74. REMINISCENCIAS (Javier Puchades)
Quiero bajarme de este carrusel. No soporto ni una vuelta más. La angustia me impide respirar. Deseo que las lágrimas dejen de empañarme los ojos durante mis infinitas noches en vela. Solo el insomnio y los recuerdos me acompañan cada amanecer. Con los primeros rayos de sol, quisiera tener el valor de poner fin a esta desazón para así, convertirme en mariposa y volar lejos de aquí. Sería la única manera de olvidar su mirada, su sonrisa, sus caricias, incluso, el aroma de su piel. Así, dejaría de escuchar ese runrún silencioso de su coche de juguete chocando contra mis pies.
Los recuerdos de lo que fue y ya no existe, de lo que no tiene remedio y ha dejado un vacío imposible de llenar, dejan reminiscencias y crean recuerdos que son fardos difíciles de llevar. No hay muerte que no cueste entender, por mucho que sepamos que sucederá, pero la de un niño es la peor de todas, no hay lógica que la justifique, ni corazón que se consuele ante ella.
Triste y hermoso relato, Javier
Un abrazo grande, suerte y feliz año
Hola, Ángel, lo primero pedirte disculpas por mi retraso en contestarte, lo siento.
Te agradezco de corazón tu comentario, muchísimas gracias.
Un abrazo enorme.
Javier, un relato excelente, lleno de sensibilidad, de emociones encontradas y con un final que estremece. No debe haber nada más duro para unos padres, que la pérdida de un hijo.
Al principio, parece que el o la protagonista sufre por un desengaño amoroso, pero con la última frase nos descubres la dolorosa realidad que los aplasta.
Me ha encantado. Te deseo muchísima suerte.
Besos muy apretados.
Hola, Pilar, te digo lo mismo que a Ángel, lo primero es pedirte disculpas en la tardanza en contestar a tu comentario, disculpame. Te lo agradezco de corazón. Muchísimas gracias.
Muchos besos.