Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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52. ¿Sí? Sube

La única luz que alumbra el salón proviene de la pantalla del televisor. Acurrucada en el sofá, envuelta en una manta, mantiene la mirada fija en esas imágenes, su única compañía. De repente el interfono suena. Abre la puerta y lo ve subir las escaleras de dos en dos. Se dan un beso y un fuerte abrazo. En cuanto entra, el televisor se apaga automáticamente, las luces se encienden al igual que los radiadores. Ya no es necesaria la manta. Desde la cocina sale un exquisito olor a cocido. Se sientan en la mesa y él se deja servir como lo hacía con su madre. Ella le pregunta por sus cosas y él habla animado. Charlan, se ríen con los recuerdos de infancia y, terminan jugando a la habitual partida de cartas, en la que ella siempre gana.

Es tarde, tiene que marcharse ya, pero antes de irse vuelve a darle un beso con un «Hasta pronto, abuela». Mientras él baja las escaleras, la luz del apartamento se va apagando. El frío se instala y ella va en busca de su manta antes de acomodarse de nuevo en su rincón frente a la pantalla que ilumina el solitario salón.

11 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Unas escaleras mágicas que facilitan el retorno provisional e imposible de alguien que ya no está, pero cuya visita ocasional deja de ser imposible, llenando un hogar y una vida de añorada dicha cotidiana, que vuelve a difuminarse cuando se pierde de nuevo escaleras abajo.
    Un saludo y suerte, Liliana

    1. Liliana

      Exacto Ángel, el volver a ver a los seres queridos de vez en cuando supone un día de magia. Todo se transforma, aunque nosotros no nos demos cuenta, nuestra visita rompe esa rutina solitaria que les envuelve. Muchas gracias por dedicar tiempo a leer y comentar. Un saludo.

  2. Rosa Gómez Gómez

    Bien conseguida la circularidad de l micro. Transmite la soledad y el aislamiento de las personas mayores. Aquí una escena que representa su momento más feliz: la visita del nieto. En una sociedad cada vez más individualizada se agradecen ratos de convivencia y de compartir la vida con otras personas.

    1. Liliana

      Me alegro Rosa que hayas pillado el mensaje. Eso era precisamente lo que quería transmitir. La soledad en la que están a la deriva muchos de nuestros mayores por no hacerles caso. No nos podemos imaginar la ilusión que les hace que los visitemos o les hagamos una llamadita de vez en cuando. Muchas gracias por dedicar tu tiempo a leer y comentar. Un abrazo.

  3. antoniotoribios

    Un relato que es casi un poema, un fogonazo, el retrato de un momento luminoso. La visita espanta las sombras, trae el calor, los olores felices. La despedida actúa como un interruptor que apagase la escena y remitiese a la grisedad. Un saludo y suerte, Liliana.

  4. Rosalía Guerrero

    Liliana, que bien refleja tu micro la realidad de las personas mayores que viven solas. Es muy triste, pero al menos a tu protagonista se le ilumina el salón a veces. Ojalá la visiten más.
    Un abrazo y suerte

    1. Liliana

      Muchas gracias Rosalía, es verdad que esta anciana tiene la suerte de recibir la visita del nieto de vez en cuando, aunque también pasa muchos días sin hablar con nadie. Es duro hacerse mayor y los jóvenes tampoco se lo hacemos más fácil. Muchas gracias por leer y comentar.

  5. Todo el mundo tiene muchas cosas que hacer, pero en las prioridades debería estar esas visitas a los mayores. Aunque podrían ser más frecuentes, la protagonista cuenta con alguien que le alegra con sus visitas. (Hay gente mayor sin visitas…).
    Qué diferente al mundo de antes, donde las diferentes generaciones de una familia vivían juntas por no tener más opciones. Todo tiene su lado bueno y el no tan bueno.
    Buen relato para reflexionar sobre ello.
    Saludos!
    Carme.

  6. Liliana

    Toda la razón, Carme, precisamente te llamas como mi madre, que tiene ya 85 años y quien ha sido fuente de inspiración para mi relato.
    Muchas gracias por leer y comentar. Un abrazo, Liliana

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