Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

QUIJOTERÍAS

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en QUIJOTERÍAS

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el tercero serán QUIJOTERÍAS Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE MAYO

Relatos

SEP17. BLANCANIEVES Y LA FRUTA MADURA, de Ginette Gilart

«Tralará larita, limpio mi casita…” Estaba Blancanieves ordenando la casa, cuando llamaron a la puerta. Era una anciana con un cesto lleno de manzanas para vender. Al verlas un poco pochas, Blancanieves preguntó:
_¿No están muy maduras?
_Sí, pero necesito tanto el dinero…
Blancanieves, como alma generosa, le compró todas las manzanas. Con ellas preparó una deliciosa compota; ya tenía postre para los enanos.
Todos se deleitaron con la fruta menos Blancanieves, que últimamente había engordado unos kilitos y estaba a dieta.
Cuál fue su sorpresa cuando, uno tras otro, se quedaron tiesos como la mojama.”Bueno, se dijo a sí misma, no hay mal que por bien no venga. Al fin y al cabo, estos enanos me tenían esclavizada; todo el día limpiando, remendando y cocinando. Después de la bruja de mi madrastra, la tiranía de los enanos, solo me falta un príncipe idiota”.
Así que, preparó su ligero equipaje, agarró su escoba y voló hacia su nuevo destino.

 http://cantabriaendoslatidos.wordpress.com/

SEP15. LA MANZANA, de Eva García Martín

Septiembre: la transición del luminoso verano a la gris rutina, retorno a los quehaceres, a los lugares, a las personas de siempre. Era el primer recreo y en corrillo, mis compañeros rivalizaban por contar sus conquistas y hazañas estivales: Diríase al escucharles que, en tres meses, ya lo habían vivido casi todo.
-¿Y tú, David, no has hecho nada este verano? – Me preguntó de repente uno de ellos al percatarse de que aún no había abierto la boca.
Varios pares de ojos se volvieron hacia mí, expectantes.
– Cada día al salir de casa -comencé- espiaba sus exquisitas curvas, su piel dorada y suave, deseando poseerla. Una cálida tarde, la encontré ruborosa como fruta madura, tumbada en el suelo, esperándome por fin y no pude resistir más la tentación: Me agaché y desnudé aquella carne dulce a dentelladas embriagándome de su fragancia, lamiendo su humedad con avidez, devorándola hasta hacerla mía…
Sonreí al percibir el instante de atónito silencio, la excitación contenida, la tensión hormonal que me rodeaba. Después estallaron todos a la vez
– ¡Y te la…!
– ¡Pero quién era..!
– ¡Y donde …!
La campana llamando a clase me salvó. Aquel curso empezaron a llamarme ‘el poeta’…

SEP13. NOSFERATU, de Paloma Casado Marco

Ondea en tu pelo un aroma de lavanda y hierbabuena. Acerco mis labios, y dejo que mi lengua recorra golosa el levante y poniente de tu cuello rendido, Piel de melocotón, dorada por el cansado sol de otoño, fruta madura. Sabor de plenitud en tránsito hacia la corrupción  impuesta por la muerte. Penetran impacientes en tu carne de uva mis colmillos, y los taninos de tu sangre me embriagan hasta llegar a lo más hondo. La vida, que te abandona, comienza a abrirse paso por mis venas. Tu cuerpo yace con el color cerúleo de la luna, que indiferente y fría, se esconde entre las nubes.
Soy el príncipe de la noche, el que te acecha trémulo cuando el sol declina su mandato sobre la tierra. Pronto, abrirás los ojos sin comprender la sed apremiante en tu garganta, y la violencia nueva en tu boca entreabierta. Viajarás de mi mano en las horas oscuras, y la muerte no tendrá señorío

SEP12. GUSANO TRAIDOR, de Sotirios Moutsanas

  Me llamo Efialtes,  soy un antepasado del que traicionó a los 300 de Leónidas. Aunque durante miles de años todos nos desprecian, nosotros sus ascendientes estamos orgullosos de nuestro abuelo y por eso generación tras generación nos nombramos como él.
En este inhóspito mundo bajo tierra tengo que matar al depredador y los aliens. Esta es mi misión, el ordenador me dio una de 40 billones de posibilidades de sobrevivir. Dejé mis armas en el suelo y esperé. De súbito apareció con sus dos y medio de altura y armado como langosta. Me Arrodillé, y proferí:
—El enemigo de mis enemigos es mi señor y amo.
—Toma.
Cogí una poderosa lanza y le seguí. Matamos a centenares de aliens, cada cien que mataba yo mataba diez, se caían como frutas maduras. Finalmente nos topamos con la reina madre. La lucha fue memorable, finalmente cuando clavó su poderoso disco descuartizándola, yo sigilosamente por detrás le clavé la lanza. Un grito horripilante se escuchó. Me llamó “gusano traidor” y expiró. Le corté la cabeza, prueba irrefutable de misión cumplida.
En la nave mi capitán me suplicaba “¿cómo mataste al depredador?” Muy simple, siguiendo la estrategia de mi abuelo. “La traición.”

 http://en.wikipedia.org/wiki/Sotirios_Moutsanas

SEP11. EL BESO, de Miriam García León

Y al fin nuestros labios se juntaron, rozándose lentamente. Cerré los ojos para disfrutar del momento y cuando volví abrirlos, me encontraba en un paraíso bañado de dorados rallos de luz y un olor a fruta madura que extasiaba mis sentidos. Era el beso más dulce que jamás había sentido.

SEP10. MADUREZ, de Irene Pastor


Mi padre lleva toda la vida acusándome de una falta de disciplina y rigor en lo que hago. Soy consciente de que he desilusionado a gran parte de la familia, a todo aquel que se ha empeñado en decirme cómo debo ser y no he dudado en romper mi relación con ellos. Contemplan mi vida como una continua amenaza dispuesta en tópicos ridículos: los amigos del fútbol son unos bárbaros, las partidas de cartas de los jueves son un vicio, consumo sustancias ilegales que destruyen mi salud, no busco un trabajo serio, mis novias siempre les parecen unas golfas, llevo una vida por encima de mis posibilidades…
Al final son ellos los que me echan de casa y me incitan a buscar fuera lo que es imposible encontrar entre los míos. Al fin y al cabo a los amigos los elige uno y la familia es un impuesto obligado, un empeño en vigilar un supuesto interés común que casi nunca coincide con el propio. Mi padre dice que voy a caer como la fruta madura, y que entonces ya será tarde. Mis hijos opinan algo parecido.

SEP09. IMÁGENES, de Jesús Urbano Sojo

Se siente como fruta madura, cuando se mira al espejo y observa arrugas, donde antes había tersa piel, y patas de gallo, rodeando esos hermosos ojos verdes que tantos kilómetros de cielo y horizonte han observado. Usa cuatro tallas más que hace treinta años, puede que la buena vida le haya ganado la batalla a la delgadez. Tiene varices decorando como tatuajes sus largas piernas, eróticas en otro tiempo, cansadas en la actualidad. Sin embargo, no suspira, no siente melancolía, ni tristeza, porque nota las manos de su pareja rodeando su cuerpo. Para él no han pasado décadas, la sigue viendo como el primer día.
-¡Qué bella eres princesa!- Escucha a su oído.
Y el reflejo del espejo le muestra la mujer que era antaño, tal y como él la ve.

 http://islasconformadeletras.blogspot.com.es/

SEP08. NO HABÍA MONSTRUO, de Francisco Javier Sánchez

Como fruta madura…
Así me devuelve la imagen el espejo, tan madura ya que a poco, se pudre.
― ¡Amor! ¿Qué haces? ― La voz de mi esposa me sacó del trance.
― No es nada, amor, solo quiero estar guapo para ti ―. La dije para quedarla tranquila.
Pude contemplar la belleza espléndida de mi esposa. ¡Qué maravilla de juventud! Nunca podré entender qué vio en este ser espantoso que contemplo en el espejo, esos ojos, apenas visibles por la oronda capa de grasa que cubren sus parpados, de «color mierda» y sin brillo. Si continúo por su grasiento rostro, sólo veo arrugas y surcos, y mucha grasa… bajo la vista por su cuello, su pecho ya no esconde la decadencia. ¡Qué asco! Lo que debería de ser unas simples “tetillas” son dos enormes pechos, caídos a lo largo de su enorme barriga, inflada a lo largo de años de abusos por los dulces y las grasas animales…
― Cielo, Ven a la cama, «te necesito… estoy caliente»
Volví a echar un vistazo al espejo… No había monstruo.
Siempre que ella me llamaba salía la «bestia, que vivía en mi interior» y el monstruo, huía como un cobarde.

SEP07. COSECHA DE VERANO, de Nicolás Megías Berdonce

Como fruta madura que se recoge a finales de cada verano, así se encontraba ella rodeada de todos los suyos, estaba preparada para ser recogida después de su  largo verano, había nacido regada con el mejor amor, como lo hacen los tomates en sus vegas, se había desarrollado igual que lo hace el maíz en sus extensas tierras,  rodeada de las personas más hermosas que había conocido  y estaba esperando, de la misma manera que lo espera la hermosa mora en su moral,  para ser recolectada.
Sabía que como la sandía o el melón su vida había terminado, pero se iba feliz porque su estancia mereció la pena y logró que todos disfrutaran con ella, igual que lo hace un niño al tomar una tajada de una roja sandía.
Al  verlos a todos rodeando aquella cama, les recordó a los agricultores que a finales de cada verano vendimiaban las uvas que daban aquellos viñedos plantados por sus abuelos  años atrás.
Lo que no podía imaginar, es que como una fruta podrida en un cesto, su herencia acabaría pudriendo a toda esa familia que ahora la rodeaba en su lecho de muerte antes de ser cosechada por Dios, como creyó siempre.

SEP05. ESCUCHA, de Graciela Carroz

Silencio. Expectativa. Cientos, miles de personas congregadas aguardaban soportando el calor intenso .En lo alto, una ventana se abrió anunciando su llegada. El asombro dio paso a la atención…
Como una fruta madura que cae en tierra entregando su semilla, en cada corazón,desde esa ventana , la  voz¡ sembró!

 www.nuevodestello.blogspot.com

SEP04. LA FRUTA DE LA HERENCIA, de Jesús Alfonso Redondo Lavín

1955, Septiembre.
En nuestra casa de Lezama, con 6 años cumplidos, jugaba  con la “plastilina” de harina que hacía mi madre para entretenerme, cuando llegó el “cablegrama”. Mi madre rompió a llorar. Había muerto en Orejo el abuelo Victoriano.
Pasado el trance, todos los hermanos estaban en pie entorno a la mesa. Hablaban en voz baja. Nueras y yernos silenciosos, en un segundo plano.
Fonso, que sin ser el mayor era reconocido como el más cabal de los hermanos, mostraba sobre un gran plano las particiones. 2.000 “carros de tierra” de pasto en la margen derecha de la rectilínea zanja del arroyo del “Cerizo”, entre 10 hermanos, salían a 200 carros por familia. Que yo sepa todos quedaron o contentos o resignados. Nunca oí reproches ni se rompió la familia por aquel hecho.
Todo se repartió; excepto los frutales que bordeaban el camino a la poza de los “cuetes”, en el lugar llamado el Bastón. Eran unos pocos manzanos y perales en hilera. Quedó entendido que cualquier Lavín, de los de Victoriano, podría coger fruta de los mismos.
Aunque las peras eran duras y las manzanas ácidas, cada verano, yo, ejercía con orgullo, mi derecho como miembro del clan.

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