Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

ANIMALES

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en ANIMALES

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el 5º de este año serán LOS ANIMALES. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
días
3
8
horas
2
2
minutos
3
3
Segundos
3
2
Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de AGOSTO

Relatos

SEP95. HOY NO HA SALIDO EL SOL, de A. Lorenzo Hernández

Hoy estoy triste, amada mía. Las cerezas siguen sin madurar, el arroyo está seco y tú no estás aquí.
Estoy  palpando este futuro gris que empieza a despuntar. Habrá un tiempo en que la fruta madurará sin  olor que perfume el ambiente, habrá un tiempo que engullirá el tacto aterciopelado de los melocotones y los sabores solo serán esencias, mínimas y escasas. Habrá un tiempo en que el verde se convierta en adorno y la piedra en disfraz del asfalto.  Las frutas que antaño alegraban  veredas en los parques envejecerán sin madurar,  los árboles frutales, las flores y tú   encerrados  entre paredes de cristales dejarán de reír y los colores perderán los matices; entonces intentamos enterrar la conciencia junto a una semillita, en botes reciclados. De la misma manera que ya los muertos no alimentan amapolas, de la misma manera que se ha enlatado el canto de los gallos, así, casi sin darnos cuenta,  de la misma manera,  amada mía, que he dejado de cargar la pluma para escribirte cartas, que ya no necesito bolígrafo y papel, de la misma manera que te dejo un te quiero entre las ondas y  puedes aplastarlo con un dedo sobre una tecla ambigua.

SEP94. EL PRINCIPIANTE, de Gabriel Bevilaqua

Tras varios meses el libro ha madurado. Con suma delicadeza lo desprende del tallo y corre hasta el atril. Una a una pasa sus páginas y, al llegar a la última, blasfema como un desquiciado. Luego se hunde en un largo silencio del que emerge con un murmullo:
―Hice todo correctamente: planté la semilla bendecida por las brujas en una maceta con tierra de camposanto, recité el conjuro en latín y derramé la sangre nutricia de aquella muchacha que iba a casarse.
Entonces, desde algún lugar recóndito de la memoria, le habla Simone de Beauvoir:
―La gente feliz no tiene historia.
Y el principiante comprende el porqué de las páginas en blanco.

 http://elefantefunambulista.blogspot.com.ar/

SEP93. VERDE DONCELLA, de Carmen Martínez Marín

Érase una vez una verde doncella…Así empezaba siempre el cuento a su nietecita Clara, sin palabras rebuscadas; sí con muchos giros y vericuetos inesperados que hacían que la niña abriese los ojos con gran admiración hacia el abuelo. Tenía el arte de contagiar entusiasmo, él conocía bien la narración oral. ¿Y cómo sigue?.. Espera, espera que todavía no hemos llegado al final. Con su voz temblorosa, pero templada, lo hacía largo, lento y con muchos detalles. Clara expectante nunca dejaba de sorprenderse. Sabía que él lo agradecía. Boquiabierta prestaba  atención hasta  la frase mágica…Y  aquella verde doncella, sólo le faltaban unos días de sol para adquirir el brillo y la mácula sonrojada por los rayos, para dejar de serlo. Abuelo, esa soy yo. Él  siempre le respondía lo mismo: sí, tú algún día serás como la fruta madura.
Pasaron los años y Clara supo que “Verde doncella” era aquella manzana que el abuelo, después de sacarle brillo, frotándola sobre sus pantalones le daba del huerto. Ahora que él ya no está, ella lleva la producción. Cuando las envasan en cajas, repasa el calibre, el brillo y la maduración. Se acuerda de las noches de cuento del abuelo.

 http://aymaricarmen.blogspot.com/

SEP91. TRES HERMANAS, de Mª Carmen Gómez Caro

He abierto el álbum al azar y mis ojos se encuentran con la primera foto. En un día claro, sentadas en el suelo del patio, estabais las tres hermanas, niñas aun, sonriendo. La mayor tendría siete años, la pequeña gateaba, y la mediana miraba curiosa sus sandalias rojas. Erais mi trocito de cielo,” las tres de todos mis cuentos”.
De la noche a la mañana crecisteis y comenzó la primavera. Y trajo amores y fracasos, exámenes, fiestas, gritos y llantos, renuncias, engaños. La vida fue bailando con mis tres niñas su música de reveses y entereza.
Cierro el álbum y miro por la ventana, como si desde allí pudiera ver todo lo que se fue. Tuve miedo alguna vez, lo admito, pero se quedará callado en lo más hondo del olvido. Porque el  tiempo pasó, sanaron heridas, se abrieron caminos, volvieron las risas.
Hoy estáis en la treintena, y llegáis a mi casa hablando de libros, repartiendo besos, acunando a vuestros hijos, y os veo otra vez sentadas en mi patio sonriendo, como si nunca os hubierais ido. Sois la fruta madura de este árbol orgulloso, las tres hermanas “como en los libros de cuento”.

SEP90. TORTILLA DE PATATA, de Aurora Royo

Reconozco el inicio del verano porque el patio de mi casa se llena con los aromas y los sonidos del  proceso de preparación de la tortilla de patata, el  reiterado sonido de los tenedores batiendo contra el fondo de los platos. Por fin empieza el calor y los vecinos dejan abiertas las ventanas de sus cocinas.
Por eso todos los septiembres son especiales para mí. Terminado el calor, se amortiguan los sonidos de la tortilla de patatas, la oscuridad vuelve a hacerse con el atardecer y el silencio de mi patio me hace sentirme triste y vacía.
Sin embargo, este septiembre es el más especial de todos. Pasada la barrera de los cuarenta me siento como fruta madura.

SEP89. EL ASILO, de Òscar Pareja Bañón

Desde el exterior, el asilo parece enterrado pero una vez  cruzas su torcido y viejo umbral, te das cuenta que no es así, que dentro hay más luz y vida de la que puedas imaginar. Los viejos pasillos llenos de claroscuros se confunden con los nuevos artistas callejeros que trazan dibujos sobre las paredes. Rugen y susurran sus cimientos, provocando temblores en la débil luz de un quinqué que se adentra en la oscuridad e ilumina la ascensión del polvo a cada paso.
        En cada habitación, un fragmento de vida. Un objeto que recuerda a su dueño. Un cesto de manzanas rojas, junto a un fragmentado espejo. Un enorme tridente vestido de algas fosilizadas. Una vieja rueca que contiene una gota de sangre que golpea, invisible, su pedal. La enorme maqueta de una torre encantada. Un vestido roido de piel de Dálmata que sigue oliendo a tabaco. Una baraja de cartas a las que le faltan un fragmento. El llanto de unos zapatos deteriorados por la ausencia de su par.
         Al cerrar la puerta de dirección, extraigo la caperuza de mi hija. Ellas me dicen: \»Bienvenida, hace tiempo que te estábamos esperando. Madame Mim te acompañará a tu habitación\».

SEP88. UNA VISITA DESEADA, de Daniel Sanz Merino

Envolví su manto de noche entre mis dedos, la así de su brazo y sin esperar su consentimiento, me la llevé de allí.
Su carita reflejaba el más cruel de los castigos… la desilusión.
¿En quién iba a creer ahora? ¿Qué le quedaba en la vida? Si el ser que más amaba, se le diluyó de entre los dedos y se deshizo, como se deshace el hielo, al darle el sol.
«Cómo fruta madura». Pensé al instante de mirarla a los ojos y ver su expresión ausente, ida, y no de otra cosa que no fuera el pensarle, regalar sus últimos pensamientos a quién tanto daño la causó…
No pude por menos de abrazarla y regalarla mi aliento, sintiendo en la penumbra de la noche, la soledad de su perfume, su desvaído abandono; su necia manera de dejar que se le fuera la vida por un inocente culpable… (¿Tienen la culpa acaso los humanos de dejar de amar, más fácil quizás, que cuando aman?)
Sentí entonces los latidos desbocados de su corazón, y comprendí al instante… ¡Él la mató!
No, no se negó… ¿Quién es capaz de resistirse ante la oportuna visita de la muerte?

  http://soldenoche-daniel.blogspot.com.es/

MÁS INSPIRACIÓN… DESDE EL HOTEL MOOSE

Ya sabéis que una mujer sólo se enamora una vez en su vida y si la cosa no ocurre hasta entrados los cuarenta años… En fin, ¡hay que apresurarse!
Veréis, no estaba vacunada contra el amor mediante algún flirteo juvenil. Empecé a trabajar como institutriz desde muy joven, y una institutriz no tiene demasiadas oportunidades para poner a prueca su templanza. Así que el golpe, aunque tardío, había sido muy fuerte. Es ahí cuando una mujer se encuentra consigo misma: cuando se enamora. No importa si es vieja o gorda o aburría o simplona. Siente ese cosquilleo debajo de las costillas y se cae del árbol como una fruta madura. No me importaba que Roger Mifflin y yo hiciéramos una pareja tan extraña como la del doctor Johnsson y su esposa, sólo estaba segura de una cosa: que en cuanto volviera a ver a aquel diablillo me entregaría totalmente a él… si el quería, claro. Por esto, el viejo Hotel Moose e para mí un lugar sagrado. Es allí donde supe que la vida todavía me reservaba cosas frescas, cosas mejores que amasar pastelillos para Andrew.

CHRISTOPHER MORLEY, La librería ambulante, Edit. Periférica

(Lectura propuesta por Rafa Heredero)

SEP87. NO SIEMPRE SE GANA, de Félix Valiente

Siempre no se puede ganar y él debería saberlo. Sentado en la penumbra de su flamante despacho repasaba mentalmente los últimos años de su vida. Cómo se hizo portavoz de los indignados de la Encarnación, cómo habían acabado formando un partido político que “nunca representaría intereses personales y sí al ciudadano”, cómo habían obtenido representación parlamentaria y por ultimo cómo habían llegado al poder. De los inicios no quedaba nada. La fruta simplemente había ido madurando. Todo se hallaba ya contaminado. La palabra venderse no lo había abandonado desde entonces. Los ideales serían desde ahora tragar y medrar poco a poco.

OTRO DE LA CHAMPION…

Otro amigo de ENTC que triunfa fuera de esta su casa…
Nacho Rubio Arese, uno de los ganadores de nuestra primera convocatoria con aquel memorable Bosque sobre las olas acaba de comunicarnos que ha sido el gabador del
 XX CONCURSO DE PROSA LOS MOLINOS 2012.
De momento en este enlace sólo podemos ver la notificaación oficial; a ver si podemos leerlo pronto.
Felicidades champion, es un honor para nosotros¡¡¡

SEP86. OTRA ÉPOCA, de Nicolás Jarque Alegre

Era costumbre que por San Jorge y de forma rotativa, las familias que habitaban el feudo obsequiaran al conde con un presente. Hasta donde le alcanzaba la memoria a Calixto, el noble había recibido grandes preseas, a cual mejor, que lograba amainar la presión sobre sus siervos. Por ese motivo, el joven andaba preocupado meses antes de la festividad, ya que había llegado el turno de los suyos y su padre no les había revelado el agasajo que entregaría ni cómo sería capaz de conseguirlo.
Continuó desconcertado hasta el día en el que debían cumplir sin que observara variación en la rutina de su casa, salvo que su hermana pequeña, la misma que por orden paterno disfrutaba de una vida contemplativa, estaba siendo engalanada, entre lágrimas, por su madre. La muchacha lucía un elegante traje blanco que exaltaba su figura, convirtiéndola en una mujer. Y la envidió porque sería ella la que presentaría el obsequio, recibiendo todos los halagos. Entonces, Calixto con rabia, fue a reclamarle cuentas a su padre, y desconsolado quedó de por vida con la respuesta: —Mariana es lo mejor que tengo, ya está madura y es lo único que le podemos entregar al conde.

 escribenicolasjarque.blogspot.com

SEP85. TODO DICHO, de Ana Isabel García

Fue un perfecto atardecer de septiembre, el cielo estaba surcado por la más increíble policromía de tonos rojizos que jamás habían visto y una suave brisa jugaba con sus cabellos.
 Allí estaban, sentados frente al mar, fundidos en un cálido abrazo, callados, sin hablar, simplemente sintiendo los latidos de sus corazones.
 El sol caía hacia el mar lentamente, buscando su descanso diario, igual que la  fruta madura busca su descanso en la tierra, cuando llega a su plenitud.
El ocaso era inminente, el suave abrazo se convirtió en un abrazo eterno, cada vez más apretado, mientras, por sus mejillas rodaban lagrimas silenciosas. Se miraron a los ojos, tan profundamente que  sus almas hablaron de nuevo.
Ella se levantó, sus cuerpos se separaron lentamente, solo  sus manos quedaron en contacto y deslizando sus palmas recorrió sus largos dedos hasta las yemas, los dos miraban fijamente esos dedos, que se separaban y que ponían distancia entre ellos, fiel reflejo de todo lo que estaba ocurriendo.
 No hubo palabras, ya estaba todo dicho y a la vez que el hermoso día se terminaba, se terminaba su hermosa historia de amor.
Ella echó a andar y sin mirar atrás, siguió su camino.

Nuestras publicaciones