Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

FOBIAS

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en FOBIAS

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LAS FOBIAS. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
30 DE SEPTIEMBRE

Relatos

78. Epopeya

Ni Batman ni Wolverine ni Catwoman acudieron jamás a su llamada cuando los abusones de sexto le quitaban el bocadillo en los recreos. Ni cuando los matones del Cerro de la Maga llegaban con sus motos ruidosas al solar y le ponían en evidencia delante de Marlène o de las hijas del cartero, las gemelas, que lejos de asustarse se montaban en los asientos de atrás y se iban a los montones de tierra a dejarse desabrochar la blusa, a ofrecer sus besos pintados de pecado. Tampoco apareció ningún titán el día que se cayó por las escaleras. Ni siquiera el ángel de la guarda, que permitió también que su madre fuera distraída el día del accidente, que aquel hombre bebiera, que cogiera el coche, que atravesara el paso de cebra a más de ochenta. Ningún superhéroe evitó la represión en la fábrica el día de la huelga, las represalias de la empresa, el despido. Ni el todopoderoso Sindicato, que miró para otro lado para defender su establishment.  Nunca encontró la heroína que vistiera entre líneas su lecho de tibieza o calmara la agonía de sus noches. Sólo una pila de cómics desgastados espera su turno en la mesilla.

77. Definiendo.

Héroe, ína: m. y f. 1. Persona ilustre y famosa por sus hazañas o virtudes. 2. Persona que lleva a cabo una acción heroica. 3. En un poema o relato, personaje destacado que actúa de una manera valerosa y arriesgada. 4. Protagonista de una obra de ficción. 5. Persona a la que alguien convierte en objeto de su especial admiración. 6. En la mitología antigua, hombre nacido de un dios o una diosa y de un ser humano, por lo cual lo reputan más que hombre y menos que dios.

-Correcto, ahora la frase, debía ser coherente con casi todas las acepciones, ¿verdad? -pregunté y asintieron todos, entonces prosiguió con voz contundente y firme.

-Los profesores son héroes.

Fue automático, me brotó una lágrima  pero pude contenerme. Menos mal, me evité una situación bochornosa. El profe riéndose a mandíbula batiente, vaya espectáculo, pero es que solo imaginarme en túnica, sandalias y con coronita de laurel…, me da la risa floja.

76. Claridad

Aunque hoy es un día como otro cualquiera, de alguna manera lo he sabido, he sentido que estoy preparada para mostrarme por primera vez ante los demás. Ejecuto mi plan al entrar en la oficina, empleando la capacidad de curvar la luz a mi alrededor para hacerme invisible. Sin que nadie se percate de mi presencia, accedo a la habitación donde se cambian las chicas de la limpieza para ponerme el uniforme a fin de ocultar mi identidad secreta. Mis habilidades no me permiten crear dos alteraciones simultáneas, así que recupero la visibilidad antes de repeler los fotones de la sala y dejarla a oscuras. Camuflada, entro en acción rápidamente mientras oigo como la gente grita aterrorizada cuando obligo a los villanos a mostrar su verdadera personalidad. En apenas unos segundos los paralizo con unas ráfagas luminosas. Deberían haberme respetado más. Ha sido todo muy rápido y he actuado por instinto. Ya no veo las cosas con tanta claridad, siento nauseas. Pero he cumplido con mi obligación de combatir el mal, ahora tengo que salir de aquí antes de que venga la policía. Voy a dejar la escopeta para tener las manos libres y abrir la puerta del balcón.

75. MARVEL CONTRA MARVEL

Mi madre tiene superpoderes. Como es muy lista ha escogido los más chulos.
Con su visión de rayos X siempre encuentra todo, hasta las parejas de los calcetines que se comió la lavadora.
Si ella dice que va a llover ya puedes ir sacando el chubasquero, aunque sea verano y parezca que el sol va a derretir el asfalto.
La he visto superar la velocidad de la luz por las mañanas, preparando los desayunos mientras escribe la lista de la compra y ata los cordones de los zapatos de Ana.
Maneja el lazo de la verdad como nadie, incluso mi hermano mayor confiesa hasta la última copa al volver de la calle.
Estoy seguro de que puede hacerse invisible, porque sabe exactamente a qué y cuánto tiempo juego en el ordenador cuando finjo encerrarme a estudiar.
Pero su mejor superpoder, con diferencia, lo estrenó anoche, cuando mi padre entró en mi cuarto y me acarició por debajo del pijama, susurrándome cosas que no entendí. Me quedé alucinado cuando la vi triplicar su tamaño y volverse de color verde.
Ahora sé que mamá es increíble y que papá puede convertirse en la Antorcha Humana si ella se enfada.

74. TOMAR LAS RIENDAS

Desde que mamá voló una noche de abril tras su sueño de ser artista, Toñín se hace pis en la cama, Carlota va al colegio sin peinar y con los zapatos al revés y las botellas de whisky del mueble bar desaparecen entre piedras de hielo en el vaso de papá. Dejé el instituto el día en que me enteré, por la casera, que debíamos más de un año de alquiler y el desahucio ya estaba en el juzgado, así fue como descubrí que papá había perdido su trabajo pero seguía saliendo todas las mañanas aparentando que lo tenía. He encontrado varios trabajillos de extranjis, gracias a ellos vamos tirando. Papá no pregunta, tiró la toalla hace tiempo, solo le escucho llorar cada noche mientras peino a mis muñecas y les cuento que el jefe es un fresco y aprovecha cualquier situación para rozarse conmigo y que me ha prometido pagar el alquiler si me vuelvo más cariñosa con él. Carlota y Toñín están muy contentos porque les voy a comprar ropa nueva. Ayer hasta pude comprar filetes de ternera para comer. Hoy las macetas de la cocina están volviendo a florecer.

73. Superhéroes en tierra hostil (Alberto BF)

Bassâm no coleccionaba cromos de superhéroes, como el resto de sus compañeros en el orfanato de Nasiriya. Nunca valoró esos estúpidos disfraces, ni esas máscaras infantiles que ocultaban el rostro de vete a saber qué embaucador fracasado con necesidad de gloria “anónima”.

No, Bassâm no era así. Él era más de hazañas cotidianas, de mirar a los ojos a los adultos que de cuando en cuando aparecían por su destartalado edificio y radiografiar sus emociones, o de calmar con frecuencia el dolor de sus compañeros, enfermos de soledad, con una descarga indispensable de cariño. La criptonita para otros, él su energía ya la traía de serie.

Por eso la primera vez que vio a Farid supo que, tras una apariencia corriente, se ocultaba un ser sobrenatural con una fuerza interior fuera de lo común. Era diferente al resto, se trataba de un titán camuflado en cuerpo frágil que con sus grandes dosis diarias de vitalidad devolvió en pocas semanas la ilusión y las ganas de vivir a las veintiocho criaturas con las que convivía.

Actitudes tan subversivas molestaron a los villanos de la zona. Desgraciadamente, Farid nunca tuvo blindaje antibalas ni capa acorazada, para júbilo de los cobardes.

72. SUPERHORMIGA

Trepas lentamente los peldaños que conducen a la copa.

Entrarás de puntillas en la cabaña para no ser vista, para que no te señalen, te acurrucarás al fondo. Aun así, seguirás escuchando murmullos, les verás susurrarse palabras al oído.

Detestas sus juegos de estúpidos superhéroes. Temes a Spiderman y sus pringosas telarañas en las que solo tú caes prisionera. Temes subir al Batmóvil, los trombos en las curvas, los derrapes. Odias los Rayos-X de Superman, tus pechos minúsculos, sus risas crueles. Jamás te dejan elegir. No vales para superhéroe, dicen. Superhormiga Invisible, te apodan.

Estas a punto de abrir la puerta. Las bragas se te pegan a la piel del sudor, la furia fría. Superhormiga, murmuras entonces, y desciendes los peldaños con firmeza. Superhormiga, repites sin miedo. Superhormiga, gritas señalando a la cabaña.

Te sientes enorme mientras menguas de estatura, te arrastras por túneles hasta el corazón del árbol, roes la madera con fauces de feroz termita, devoras el tronco hasta escuchar un chasquido de terremoto. Saltas al exterior. Te alejas unos metros. Contemplas el viejo arce que se viene abajo con la cabaña y los súper-idiotas dentro, mientras te arrancas indiferente los trocitos de astilla atascados entre las muelas.

71. Todavía quedan hombres buenos (Ginette Gilart)

Cuando llegó al puente y vio como aquellos energúmenos acuchillaban, con saña, a la muchacha tirada en el suelo, no se lo pensó dos veces; agarró su monopatín y se precipitó sobre los asaltantes dando a diestro y siniestro.
No todos los superhéroes llevan capa.

70. Héroes de la vida

Las piernas apenas le sostienen al abandonar la consulta. Las palabras del médico retumban, una y otra vez, en sus oídos.
Durante más de dos horas estuvo vagando, sin rumbo, por las calles de la ciudad. Pero a medida que el tiempo pasaba una decisión cobraba más fuerza en su cabeza. Aceleró el paso en busca de su objetivo. Ajeno a todo lo que ocurría a su alrededor, no escuchaba ni el murmullo de la gente, ni los pitidos de los coches. Ya iba a alcanzar el puente, cuando un obstáculo detuvo su acelerada marcha. Era una joven en silla de ruedas.
– Te he estado observando. Creo saber lo que te ocurre.
– La vida ha sido dura conmigo, pero yo soy más dura que ella porque sigo luchando.

Han pasado dos años. Hoy juntos dirigen un grupo de apoyo para enfermos de cáncer.

69. Ángeles en paro

 

De: Administración de Potestades Celestiales.

Para: Ciudad del Vaticano.

Ref.: Ángeles de la Guarda.

 

Desde mediados del siglo XX venimos observando cómo crece el número de personas que marcan para ellos o sus hijos la casilla Ateos, Agnósticos u Otras Religiones, motivo por el que nos vemos obligados a retirar el ángel custodio que los protege. Y aunque automáticamente se les asigna un superhéroe de oficio, con el que parecen sentirse satisfechos, estos no dejan de tener sus limitaciones: el que es superveloz carece de habilidades telequinéticas; si posee una fuerza sobrehumana no domina la manipulación mental; otros no saben volar ni materializarse en seres diferentes ni alterar las leyes físicas… Nada que ver con nuestros ángeles, diseñados en exclusiva para cada ser humano, y que además de contar con una experiencia de dos mil años reúnen en sí mismos todos los poderes inimaginables para atenderlos y facilitar su salvación eterna.

Mediante esta circular los instamos a reivindicar su figura. Si fuera necesario hagan uso de las mismas armas de los superhéroes. Que protagonicen películas y cómics atrayentes, que sean el reclamo de parques temáticos con fuertes emociones, y planifiquen un merchandising irresistible.

No podemos seguir perdiendo clientes. A trabajar.

 

68. SALVACION

Entre las paredes blancas se distinguia tu silueta tan blanca como ellas, llegué y vi que dormías, te traía tu pastel preferido, sabía que no lo ibas a comer porque llevas tiempo sin tener hambre. Me senté a tu lado, y miraba tu respiración, ¡casi me duermo yo misma! Que paz irradias hijo.

  • Hola mamá – te despertaste y me hiciste volver a la realidad
  • Hola cariño , ¿que tal has dormido?
  • Bien, perfecto, tengo tanto sedante en mis venas que podría convertirme en el Ceniciento del hospital – y ahi sonríes con esos dientes brillantes .

Empiezo a contarte historias del día a día, y mi mente no deja de urgar en mis recuerdos, el diagnostico,resultados, tratamiento….la palabra, ¡cancer! ¿y tu? ¿que dijiste? Con trece años, solo me miraste y me tranquilizaste, y al salir del hospital te vi girando hacia mi , ¡mamá! Ahora tenemos que ser fuertes, lucharemos y si no ganamos, ayudaremos a otros a ganar.

Desde ahí, nos fuimos al banco de donantes, ahora se que cuando tú faltes estarás en el cuerpo de más niños como tu. Nunca pensé que serías mi tabla de salvación. Y…solo sonríes.

67. MIENTRAS DURE Y HAYA AMOR

El ruido de los truenos asusta a los niños, la tormenta se acerca y no es la lluvia que caerá torrencialmente lo que los hace más vulnerables. Les recuerda el resquebrajado ruido de morteros y granadas que caían cerca del pueblo donde vivían, cuando escapaban asustados y se refugiaban, entre gritos y llantos, con su madre y abuelos bajo el viejo puente sobre el río que atravesaba el pueblo. Con el agua a las rodillas se abrazaban a su madre, llorando a cada golpe machacador.

Ahora que perdieron a su familia en la guerra crecen en un orfanato donde su mejor amiga juega con ellos, intentando hacerles olvidar lo que pasaron. Cualquier ruido violento, cualquier grito desgarrado les devuelve al pasado, que aún está muy cerca.

Hoy ella está nuevamente con ellos, y por suerte hoy cuando el cielo amenaza lluvia con sus ruidosos llamados, confortándolos con su dulce voz, sus suaves manos, en su labor callada y noble de voluntaria en una organización extranjera, como ella.

Hoy está con ellos, y lo estará siempre que sea necesario, mientras dure su misión, mientras aún quede amor en esta tierra llena de odio sin razón ni escrúpulos.

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