Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SCHADENFREUDE

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta tercera propuesta es el término alemán SCHADENFREUDE, que viene a significar la "alegría por el mal ajeno" Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
días
1
7
horas
0
2
minutos
2
6
Segundos
0
8
Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de MAYO

Relatos

OCT102. NOCHE DE DIFUNTOS, de Rocío de Juan Romero

Llegaba la noche de difuntos y, como cada año, Bastián se sometió al rito de rescatar su traje de luto, el que llevara en el entierro de su esposa, y añadir un clavel rojo en la solapa derecha. En el cementerio se reunió con Catalina, la joven “bruja” del pueblo.
-¿Qué quieres preguntarle a tu mujer?
– Pregúntale si me quería.
-Ya sabes que siempre responde que no.
-Pregúntale si quería a sus hijos.
-Ya sabes que tampoco.
-Pregúntale dónde escondió el dinero.
Catalina lanzó las tabas sobre la losa de la fallecida, y las leyó.
-Tu mujer cree que aún no has purgado lo suficiente. Vuelve el año que viene.
Bastián se quitó el clavel rojo, lo dejó sobre la tumba y, mientras se alejaba, sonrió al pensar en la imagen de Catalina, tomando la flor para adornar sus hermosos cabellos oscuros.

OCT101. EL IMPULSO, de María Sergia Martín (Towanda)

El inesperado accidente de Mariola nos sumió a todos en la más absoluta tristeza. Traté de preparar a Mavi para encajar tan duro golpe temiendo que aquella pérdida pudiera malograr su embarazo. Ambas eran grandes amiga y, aunque en los últimos meses, no se vieran demasiado mi esposa le profesaba un inmenso afecto.

El cuerpo de Mariola fue incinerado y una semana después la familia y las amistades más cercanas decidimos rendirle un homenaje, justo en el mismo acantilado desde el que se precipitó al mar que tanto amaba. Pudiera parecer morboso, pero quienes la conocíamos supimos que el evento sería de su agrado.

Se dispuso un velador blanco y, uno a uno, desfilamos todos sus amigos recordando las virtudes de la fallecida. Lo rabiosamente hermosa que era, su inteligencia, su éxito…

Nadie mencionó lo posesiva que podía llegar a ser; su afición a beber hasta perder la consciencia; lo dominadora e insaciable que era practicando sexo; el poder diabólico de su seducción y lo enganchado que estuve a ella; lo que odiaba cualquier norma… Recuerdo sus sonoras carcajadas y su firme negativa cuando dije que la dejaba… apenas unos segundos antes de despeñarse.

No pude evitarlo; amo a Mavi.

OCT100. ¿DE VERDAD QUE NOS OYE?, de Luis Cruz Cubero Villalba

Te miro. Seguimos en esta fría sala del hospital. Sí, tú sigues diciendo que no es tan mal sitio, que te tratan muy bien. Pero yo solamente veo tristeza y el vacío que nos espera. Te vas a marchar, amor. Qué injusto me parece. ¿Por qué nos tocó a nosotros? No puedo entender nada. Tú, tumbado en la cama. Hemos venido tarde. ¿Por qué todo es así?

Amor, te veo mirándome con ojos tristes. Pero yo creo que no es tan horrible. Las enfermeras me atienden en todo, tenemos televisión. Hay cariño dentro del horror. No desesperes. Se acerca mi despedida pero aunque no puedo hablarte, te veo y te siento. Ten esperanza. Quisiera pasar una luz que deslumbrara esa tristeza.

Veo a mi madre llorando y triste, mi padre no habla. Dicen los médicos que nos escucha y nos siente, pero yo solo veo la impotencia de mi madre ante el adiós. La luz de mi padre se apaga.

Papá se va. Mamá, ¿de verdad que nos oye? ¿Nos seguirá viendo cuando se vaya? Quisiera que siguieras siempre aquí.

OCT99. DÍAS DE CINE, de Jerónimo Hernández de Castro

La profesión de acomodador se extingue pero está tan seguro de la importancia de su puesto que argumenta con rotundidad: Es algo necesario, una compañía en la oscuridad, un apoyo grato mal retribuido… Me cuenta el incidente: Anoche cuando los vi llegar tarde a la película parecían una pareja japonesa con los sexos invertidos. Él, tras la chica, sumiso y cabizbajo por la recriminación de un retraso del que era inocente en su primera cita.
Cuando les indiqué que no podrían sentarse juntos, ella se dirigió con presteza a la fila de delante, y él cruzó el pasillo hasta la butaca más lejana. Ella salió sin esperar a los créditos y al no encontrarlo en el lugar donde se separaron, se fue enfadada con su paso ágil. Cuando las luces se encendieron lo encontré con la frente apoyada en la butaca delantera y esa mueca triste e irónica de los que mueren solos.

OTRA CITA… DE LEYENDA

Poco a poco se fue reduciendo, fetizándose, momificándose en vida, hasta el punto de que en sus últimos meses era una ciruela pasa perdida dentro del camisón, y el brazo siempre alzado terminó por parecer la pata de una marimonda. Se quedaba inmóvil varios días, y Santa Sofía de la Piedad tenía que sacudirla para convencerse de que estaba viva, y se la sentaba en las piernas para alimentarla con cucharaditas de agua de azúcar. Parecía una anciana recién nacida. Amaranta Úrsula y Aureliano la llevaban y la traían por el dormitorio, la acostaban en el altar para ver que era apenas más grande que el Niño Dios, y una tarde la escondieron en un armario del granero donde hubieran podido comérsela las ratas. Un domingo de ramos entraron al dormitorio mientras Fernanda estaba en misa, y cargaron a Úrsula por la nuca y los tobillos.
-Pobre la tatarabuelita -dijo Amaranta Úrsula-, se nos murió de vieja.
Úrsula se sobresaltó.
-¡ Estoy viva! -dijo.
-Ya ves -dijo Amaranta Úrsula, reprimiendo la risa-, ni siquiera respira.
-¡ Estoy hablando! -gritó Úrsula.
-Ni siquiera habla -dijo Aureliano-. Se murió como un grillito.
Entonces Úrsula se rindió a la evidencia. «Dios mío -exclamó en voz baja-. De modo que esto es la muerte.»

Gabriel Gárcía Márquez. CIEN AÑOS DE SOLEDAD.

OCT98. DESCUIDO EN AZUL, de Miguelángel Flores

Angelín cae por el hueco de la escalera mientras su madre limpia boquerones. Nadie se explicará cómo pudo abrir la puerta. Se ha estrellado a los pies de la señora Engracia, arrebatándole en la caída la docena de lionesas que traía de la confitería. Tras unos instantes de alaridos trenzados, del cuerpecito sin vida, salpicado de nata, van naciendo mariposillas blancas que, al echar a volar, dejan huecos sin niño donde antes había dulce. Y estas, a medida que ascienden, se tornan azul eléctrico. Los curiosos, atraídos por el espanto, admiran embelesados la metamorfosis múltiple, póstuma y maravillosa de Angelín. Sólo la madre, rabiosa, intenta cazarlas a manotazos con olor a pescado. A pescado azul.

OCT97. EL JUEGO, de Yolanda Nava

Cada vez que propongo a mis amigos jugar a morirse descartan la idea, no saben lo divertido que es. No importa, juego yo solo, los lunes, cuando mamá me llama para ir al colegio. He practicado tanto que me muero muy rápido: permanezco inmóvil, cierro los ojos y dejo de respirar; después entro en un túnel con una lucecilla muy atractiva, la sigo y llego al otro lado. Allí me esperan el abuelo Antonio, con sus anécdotas, y la tía Alfonsa, que es una muerta bastante triste; dice que es porque se dejó en este lado al tío Nicanor y me da muchos recados para él. Yo le digo que sí, que se los doy, pero sólo lo hice la primera vez y lo único que logré fueron burlas y un capón; desde entonces, le digo a la tía que la echa mucho de menos y que está bien, me callo que donó todas sus cosas y se casó con su rival de toda la vida: la Bernarda. Regreso a la hora de cenar, mamá se alegra tanto cuando me ve, que me apretuja muy fuerte contra su pecho llorando y riendo a la vez.

OCT96. PUNTO Y FINAL, de Manuel Montesinos Moreno

No me gustó que me llamara “sintagma nominal”. Me lo soltó con ufanía atirantando el sonido fricativo característico de su dialecto.
Que fuera la frase principal no le daba derecho a insultarme.
“Eres un traidor”.
“Pero cariño, ha sido sólo un escarceo. No me gustan las subordinadas. Siempre dóciles, dependientes y acompañadas a cada instante por esas malditas partículas. La chismosa conjunción tuvo la culpa.”
Pero de nada sirvieron mis argumentos, su raíz enrojecía de celos. Buscaba palabras justas a la altura de la ofensa, pero le faltaron sufijos.
“Ojalá fuera frase de otra lengua. Eres un simple sujeto, no eres nadie sin mí.”-me decía acercándose a mis vocales y lanzando por su mirada tildes afiladas-“Yo te otorgo el don de la acción y del ser y en este mismo instante te convierto en elíptico.”
Y ante la amenaza me vi obligado a clavarle un punto final en el verbo.

OCT95. CADENA PERPETUA, de Plácido Romero

I
Kohler observa el cuerpo inerte del director general. Ahora parece pequeño e insignificante. No cabe duda: está muerto. Unos golpes en la puerta le sacan de su ensimismamiento. Los de seguridad irrumpirán pronto en el despacho.
El mecanógrafo se coloca la pistola en la sien. Siente un golpe en la cabeza. Dolor. Después, nada.
II
Kohler despierta. Tarda unos instantes en recordar lo que ha pasado: el director general, los disparos. ¿Acaso ha sido todo un sueño?
De pronto advierte que una horrible criatura está plantada delante de él. Le gustaría echar a correr, pero algo le impide moverse. El belcebú comienza a hablar. ¿Qué clase de pesadilla es ésta?
III
Kohler entra en el despacho.
–¡Has vuelto a llegar tarde! –le ladra el director general.
A continuación le indica la montaña de papeles que tiene que mecanografiar.
Kohler tarda poco en comprender lo que está pasando.

OCT94. PACIENTE DEL PISO 10, de Janeth Chacon

Te esperaba, que pensabas estoy fría si,
Porque vienes como tibio
Te siento como un abrigo que me ha cobijado,
Ah creías que nublándome no te iba a reconocer,
No me importa oscuro está el rincón, toca, toca, sé que no te dejas ver ya este día te ha anunciado, La niebla ha entrado en mi cuerpo la luz que tenia se ha apagado, pero prendiste tus sonidos el tic-tac, tic, tac, pasaste no te invite; que ocurre no me quieres hablar, ahora si te niegas a mi frio, el encuentro ha llegado, bajo cero casi helada, no calienta, se ha convertido como fuego lento, esas llamas fueron creando una luz, el brillo que necesitaba para recordar que siempre estarás hay.. Ente

EL JURADO YA TIENE CITA… A FINAL DE MES

… por el retraso de nuestro jurado anterior, por los inconvenientes de encontrar un voluntario que quiera ocupar el sitio de «invitado» y porque este mes hay una locura de participantes nuestro jurado se hace oficial teniendo casi un centenar de relatos por leer…
Os recuerdo que este mes leerán vuestros relatos Paloma Hidalgo, Tindaro del Val y Pablo Mesa como ganadores del mes pasado, JAMS porque es un «abusón gafotas» y nuestra invitada (se hace por un juego de azar con los cuentos del mes anterior) como jurado de octubre es… Rosa Iglesias
Muchas gracias a todos, y especialmente a Rosa…

Nuestras publicaciones