Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SCHADENFREUDE

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta tercera propuesta es el término alemán SCHADENFREUDE, que viene a significar la "alegría por el mal ajeno" Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de MAYO

Relatos

UNA INSPIRACIÓN SIN PALABRAS

Fiel a su cita mensual, Rafa Heredero ha buscado una oportuna inspiración para los asuntos del mes.
Preciosa propuesta sin palabras… la peli es Sopa de Ganso
Gracias Rafa

66661. EL DIABLILLO DILETANTE, de Belén Molina

Aurora incendiada la de la mañana en que llegó al valle sufriente, tras 6 meses de calor de infierno y sequía agostada, un ser pequeño, hostil y rezumante de rabia.
Sin cruzar palabra con nadie alcanzó la casa de la Petrona, la mujer más vieja de la comarca, la que nos había visto nacer a todos. Su voz de trueno escupió 666 exigencias y convocó al rayo que mató y arruinó a todos los habitantes del valle.
Ardieron árboles, se quemaron cultivos y se calcinaron hombres, cerdos, vacas y gallinas. Aquel demonio rojo no calculó que bajo los escombros quedarían larvas, huevos, promesas de vida. ¡Pobre diablo, pensó que acabaría con todo y no era más que un aprendiz!

JUN72. LA OTRA, de Isabel Oliva Yanes

Me gusta mirarme en los espejos, en los escaparates y vidrieras. Aquella vez fue distinto. Tengo un espejo de pie alto. En él finalizo siempre mi repaso. Ese día sonó el teléfono y, mirándome en el espejo, lo cogí. Me quedé observando fijamente. El aparato lo sujetaba con la mano derecha pero en el espejo era la izquierda, llevaba el reloj en la izquierda pero “la otra” no. Mis piernas estaban cambiadas. ¿Por qué, si se trataba de un simple reflejo, se comportaba al revés que yo?

Nunca había reparado en ello y pasé la jornada pensativa. Al llegar a casa y desvestirme me tumbé en la cama contemplándome en el espejo. Si yo guiñaba el ojo derecho, ella el izquierdo. Sencillo pero inquietante. Pasaron las horas. Anocheció y seguía contemplando a esa otra yo que por momentos cambiaba ante mí, que tenía los ojos más rasgados, labios más finos, orejas puntiagudas, uñas largas y que caminaba hacia mí, de rodillas y con esa mirada roja y esos dientes puntiagudos de pantera… Descubrí por fin el secreto que suponen todos los espejos del mundo: son ventanas abiertas a nuestro universo desde donde pueden contemplarnos, vigilarnos y atacarnos… y… ¡son tantos!

JUN71. EL ESPEJO DE LUCÍA, de Ángeles Medina

Cada veinticuatro de junio frente al espejo se hacía la misma pregunta, ¿quién soy? Su mirada de mujer olvidada le respondía con otra desconcertante interrogante, ¿por qué? 

Observaba sus arrugas con ternura. -Huellas de un tiempo feliz- Afirmaba en sus pensamientos. Una diminuta verruga en la mejilla izquierda, le provocaba una inexplicable sonrisa; ¡cuántos besos apasionados, siendo lunar! -La pícara peca- Solía susurrarle al oído, su esposo. 
Finas canas resaltan ahora el negro azabache de sus cabellos. -Quizás Lola tenga un hueco mañana en su ajetreado salón de belleza- Pensaba mientras se atusaba el pelo con persistencia, como si al pasar el cepillo por su enmarañada cabellera, aquellas tintadas blancas fuesen a desaparecer sin más. 
Su nariz torcida le recordaba el innombrable puñetazo, varios días inconsciente y la cicatriz por siempre en la memoria. Pero, su demanda tiene ya, por fin veredicto. El esperado juicio se celebró en la mañana de San Juan. -¿Casualidad o cosa de meigas?- Divagaba mientras decidía, escrutar el rostro de su carcelero con efusivos ojos azules, ávidos de indiferencia. 
Hernán tendrá su condena. Hoy, el espejo de Lucía refleja su justa libertad.

JUN70. LA MEMORIA DEL ESPEJO, de María Sergia Martín (Towanda)

Cinco minutos… ¿Listas, chicas?… 

Base de maquillaje ¡Vaya!, se está terminando… Lore, ¿me dejas la tuya?… Cógela tú misma, Yeny. 
¿Alguien ha visto mis pestañas?… ¡Están aquí!… 
¡A escena! 
El mismo vodevil dura ya varios lustros y percibo que, últimamente, las risas y las burlas son más frecuentes que los aplausos y ovaciones. El Gallego debería retirar este anticuado espectáculo y dar un aire nuevo al local, o venderlo. Es un buen tipo y pierde dinero con nosotras. La Lore opina como yo, pero la Vane dice que aún es un gran show. Pobre Vane. Hoy ha confundido varios pasos de baile y los abucheos y pitidos nos han impedido continuar. El Gallego ha sacado pecho y nos ha defendido como un león. Luego ha acudido a consolar a la Vane. Creemos que siempre estuvo algo enamoriscao de ella. 
Es hora de dejarlo Lore… Sí, Yeny, sí…
Con algodón de desmaquillar, impregnado en crema hidratante, voy borrándome los ojos, las cejas, los labios y este absurdo lunar en la mejilla… Y mi espejo; ése que antaño me hacía guiños, hoy me devuelve la tierna imagen de un hombre viejo y demasiado solo, cansado de interpretar por más tiempo su comedia. 

JUN69. EL OTRO LADO, de Carmen Llombart

Un día desaparecieron. Todos los espejos se fundieron a negro y nunca volvimos a ver nuestros reflejos. Los buscamos en los cristales de los escaparates, en el agua del estanque, en las grandes pupilas de los niños… Pero desde aquel día, nada brilla, todo es mate. Y nosotros vagamos arrastrando la silenciosa ausencia de aquella gente idéntica —pero inversa— que tenía el corazón a la izquierda.

JUN68. RELATOS PERRUNOS , de Silvia Asensio García

Me desperté con una sensación rara, como de vacío interior. No sabría exactamente como describirla, pero cuando bajé la vista y vi aquella pata peluda, di un grito que resonó por toda la estancia. 

Abrí los ojos como platos, ¡esa pata se continuaba con el resto de mi cuerpo, que tenía el mismo aspecto! Fui al baño para cerciorarme, me miré en el espejo como pude, dando saltitos y más saltitos, hasta que pude tener una visión más general de mi y si, no cabía la menor duda, parecía un auténtico Golden Retriever. Era de lo más real, hasta llevaba puesto un collar antipulgas. 
Me rasqué la cabeza pensativo o ¿serían las malditas garrapatas? Mi mujer se dirigió a mí como si nada ocurriera. No pareció inmutarse al verme. 
— Carlos, ¡termina de vestirte que vamos a llegar tarde a la cena! 
— Le contesté un “ya voy” que de perruno no tenía nada. 
Me miraba una y otra vez y no entendía nada, hasta que mi mujer fue a pintarse los labios frente al espejo y entonces lo comprendí todo…

JUN67. REFLEJOS APREHENDIDOS, de Amparo Martínez Alonso (Petra Acero)

Cogió el martillo y golpeó con cuidado. Con el mismo cuidado con el que vivía. Cuidado de no enfadar a papá, de no provocar una queja en clase, de no molestar a los vecinos —sus impecables trenzas y su dulce mirada se reflejaban receptivas—. Cuidado en el trabajo, en el matrimonio: mejor callar que dar un escándalo —sus labios rojos y su espalda recta reverberaban complacencia—. Cuidado durante el embarazo, por la salud del bebé —dejó de trabajar, de quedar con las amigas…, engordando sola ante el espejo— ¡Cuidado cómo vistes, cuidado con lo que haces y dices!… Golpeó más fuerte, sin modales. ¡A cara descubierta, con su legítima sonrisa! Otro martillazo, otro y otro. ¡Rompiendo aquella imagen! Con fuerza, sin cuidado. Hasta que el pasado aprendido se quebró en un espejimo de esquirlas.

JUN66. VIDA ROBADA, de Purificación Menaya

Hastiada de la realidad, atravesé el espejo con la esperanza de encontrar un mundo mejor que el mío. Encontré en él una réplica exacta de mi habitación, pero simétrica. Mi reflejo me recibió con alegría: “Te estaba esperando, verás cómo esto te gustará”. Sin darme tiempo a reaccionar, salió fuera del espejo y me dijo adiós con la mano; yo le respondí como una autómata. Desde entonces solo existo cuando ella se encuentra en el dormitorio. Esclava de sus caprichos, por la mañana he de maquillarme con esa nueva barra de labios que ha comprado y me pintarrajeo con sombras de ojos chillonas, vulgares. Abre la puerta y desaparece tras ella, e instantáneamente, me desintegro en la nada. Cuando cada noche regresa y se acerca a mirarme con sonrisa triunfal, cómo le envidio esa vida que yo no supe saborear. Me acuesto cuando me contagia sus bostezos, aunque yo no tenga ni pizca de sueño. Ayer volvió con los ojos enamorados y no lo pude resistir más. Le pregunté a qué sabían los besos. Se acercó a mis labios y los besó. Yo solo sentí el frío del cristal y un estremecimiento de soledad y rabia rompió el espejo.

http://purificacionmenaya.blogspot.com/

JUN65. ADICTA, de Tíndaro del Val

No soporta ver su escuálida figura reflejada en el espejo. Ya no se arregla, se muestra descuidada y huidiza en el trabajo. Todos los días recorre los pasillos del hospital arrastrando los pies y los pacientes ni siquiera levantan la vista para verla pasar. Se dirige como siempre a la sección de neonatos, del mismo modo que un adicto acude a por sus dosis. Se acurruca en una esquina y observa durante horas a los recién nacidos. No se atreve a tocarlos, ni siquiera se acerca a ellos. Simplemente observa sus movimientos, el ruido de su respiración, el alegre sonido de sus primeros gorjeos…. Y siente un escalofrío de vitalidad que le recorre todo el cuerpo.
Sale de allí mareada, confusa. Se mezcla entre el gentío de la abarrotaba ciudad y vuelve a casa sin fijarse en el camino que toma. Se desploma en su sillón favorito y se cubre con un manto de silencio. En un rincón reposa su oxidada guadaña.

JUN64. NUNCA MÁS, de Nicolas Jarque Alegre

Su relación estaba condenada al fracaso. Él no la trataba bien, siempre se reía de ella sin motivo aparente y disfrutaba menospreciándola, por las mañanas sobre todo, y al acostarse, sin proporcionarle una tregua, su único propósito era mofarse de las pintas con las que se enfilaba a la cama. Ella, tan susceptible, sucumbió a sus artimañas y empezó a evitarlo. Dejó de vestirse para él: abandonó sus alegres prendas floreadas que la distinguían como la hija de la primavera y se instaló en la oscuridad del invierno; rehuyó su desnudez y la escondió para sí, avergonzada por esos kilos de más que se adquieren por la buena vida y los efectos naturales del paso del tiempo. ¡Qué tonta con lo hermosa que tú eres!, le replicaba cuando se desahogaba y compartía conmigo su pesar. Y como la quiero tanto y sus lágrimas son mi cruz, decidí poner el punto final a su tormento. Me presenté ante él, me lo cargué al hombro y lo bajé a la calle para que el primer camión de recogidas de escombros hiciese mi trabajo. Desde entonces, no más espejos que se interpongan en nuestra felicidad.

UNA INSPIRACIÓN… PROPIA

Muchas de vosotras y de vosotros ya sabéis bien lo que es escribir desde el otro lado del espejo, porque ya aparecéis en el recopiltaorio que la Internacional Microcuentista hizo sobre el tema. 
Para los que no lo conocéis, podéis echar un vistazo a este enlace, donde, además, encontraréis todos los relatos seleccionados. 
¡¡¡Hala, a inspirarse!!!

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