Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

ANIMALES

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en ANIMALES

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el 5º de este año serán LOS ANIMALES. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de AGOSTO

Relatos

JUL81. VOCES, de Yolanda Nava

Ahí estaba otra vez. Tenía que darle esquinazo. Cada vez era más insistente y ni en sueños lo abandonaba. Al principio era un murmullo apenas audible, pero había ido creciendo y adoptado un tono intimidatorio con un deje burlón bastante irritante. Probó a plantarle cara con otra más firme y grave que le replicara cuanto adujera, pero era peor, ahora ambas voces pujaban por llevar la razón y no cesaban en su duelo por alzarse con ella. Una insistía con su machacón: “gallina, no hay huevos” y la otra contestaba: “es humillante, preferiría no hacerlo”. Tenía que acallarlas o acabarían con la poca cordura que aún conservaba. En mitad de estas cavilaciones una tercera voz reclamó su atención: la de su mujer, que sin miramientos y con un tono firme y seguro le decía: “toma el teléfono, marca el número y di que NO, que por mucho que peligre tu empleo no estás dispuesto además de hacer diez horas al día en la oficina, a salir los sábados disfrazado para publicitar el producto. Que se busquen otro pollo”.

JUL80. Si, PERO TODAVIA NO, de Anna Jorba Ricart

Cada día me siento en el banco de piedra frente al rio. En la otra orilla, los ábsides erguidos y las ménsulas de la cornisa en canecillos esculpidos de la iglesia románica, me acompañan. El lugar es tan tranquilo. El sonido constante de la bravura del agua me hace imaginar el sinfín de gotas apresuradas, como si unas y otras, en espuma blanca, sobresaltadas por encima de las rocas, quisieran llegar cuanto antes al mar abierto para liberarse. Aquí leo, me relajo, reflexiono. Me invento el eco del campanario de espadaña que dejó de repicar. Me acaricia la brisa fresca que baja de las altas montañas. Miro la tierra que acoge bajo su suelo, epitafios in memoriam de antepasados y afirmo que es un paraje ideal para descansar eternamente, pero…prefiero no hacerlo.

CANTÓ EL GALLO… EN CASTELLÓN

Nos despertamos con buenas noticias; y es que el verano está siendo de lo más prolífico en cuanto a vuestros éxitos por el ciberespacio. 
Y la Cadena Ser en Castellón, en su concurso semanal, 
parece ser un espacio muy afín a los amigos de ENTC.
Esta semana un precioso micro de 
ESPERANZA TEMPRANO
se ha llevado el honor de ser el ganador.
Podéis leerlo en este ENLACE.
¡¡Enhorabuena Esperanza!!

JUL79. A LA TERCERA, LA VENCIDA, de Blanca Oteiza Corujo

Preferiría no hacerlo, pero no hay vuelta atrás, esta vez sí que me voy. Con la mochila a mi espalda colgada me dirijo sin rumbo fijo a donde mis pies quieran conducirme. No seguiré planos ni cartas de navegación, tan sólo mi corazón. Me guiaré por las estrellas en la noche y acompañaré al sol durante el día. ¿Descansar?, sí, cuando mis pies no quieran seguir dejando huellas en el barro. Conversaré con las gentes que encuentre aquí y allá, saludaré a los que adelante por el camino y hablaré con algún forastero que vea perdido.
Preferiría no hacerlo, pero esta vez sí que te dejo. Quédate con tu casa, con tu coche y tus sueños que no son sino pesadillas enjauladas que se repiten. Quédate esperando a que algún hada te toque con su varita mágica o que la fortuna llame a tu puerta como el vendedor ambulante. Sigue sentado en el mullido sofá que tienes de compañero inseparable y sigue hablándole de tus sueños e inquietudes que se diluyen en el agua del vaso que bebes.
Preferiría no hacerlo, pero ahora sí que te abandono.

JUL78. PREGUNTAS Y ESCALOFRÍOS. de Calamanda Nevado Cerro

—Sí, si me la recuerda…— contesté a Luis mientras paseábamos, excitados por el parecido, junto a la orilla del rio. Observamos mejor a la mujer; igual forma cansina de andar, hombro derecho claramente caído, misma pierna izquierda delgada por la polio, ese extraño pandeo de brazos… “Es nuestra hija, es Elisa”, soltamos sin reservas. “Si está en prisión solo cabe pensar que ha escapado”, espetó Luis nervioso.
Hubiera preferido no hacerlo hoy, pero… no pasaba gente y quise asegurarme. Mi marido, temeroso, prefirió no hacerlo y tuvo la ocurrencia de marcharse; me abstuve de razonarle; reuní fuerzas y grité — ¡Elisa!— Ella giró bruscamente su corpulencia dejándome ver su nariz chata y el flequillo descuidado. Me observó como si todo le diera igual. Titubee ante sus pasos desequilibrados; sorbía o lamia algo sobre un papel de plata que lanzó al viento. Al tenerla cerca vi su bigote y el pantalón ceñido; ¡le marcaba bulto de paquete! Me pasmé del sobresalto y con la saliva indigestada vomité.
Aunque el asco solivianta, por fin le hable. Me abofeteaba cuando tres policías vocearon en la altura del puente. “Quietas… ¡No lo hagas Elisa!”; mis manos no la sujetaron; aprovechó para suicidarse y huyo.

JUL77. AHORA SOY POPULAR, QUÉ LE VOY A HACER…, de María Elejoste Larrucea (MEL)

El día que nací, mis padres no estaban presentes. Él promocionaba su primera novela firmando autógrafos en unos grandes almacenes. Mamá insistió en acudir al acontecimiento pese a que papá quería que diese a luz normalmente. Ella dijo que preferiría no hacerlo alegando que ya llegarían más hijos, y lo de publicar más libros estaba por ver…
En fin, que vine al mundo sólo. Pero no me desanimé, tenía toda la vida por delante para compartirla con ellos. Error. Mi padre logró fama y nos abandonó por una tal “botella”; en esa época me enseñó a gatear…
Mamá se apuntó a unos cursos de autoayuda para superar la situación, encuéntrate a ti mismo o algo así, lo malo es que no le gustó lo que vio y se perdió del todo. Otra vez más estaba solo, pero me vino bien, empecé a contar estas cosas y la gente me pedía más y más anécdotas de mi vida, preferiría no hacerlo, pero me pagan una pasta, hasta me han ofrecido un contrato indefinido, ¿cómo humorista?, no hombre no, que ruina… escribo discursos para los políticos.

RELATO FUERA DE CONCURSO POR SER JURADO EN JULIO

UNA INSPIRACIÓN… PREFERIBLE

Capítulo 22. El papel de las cosas preferibles 
Pues ¿quién duda que el varón sabio tiene una materia más amplia para desenvolver  su espíritu en medio de las riquezas que en la pobreza?. En ésta no hay más que un género de virtud, no abatirse ni dejarse deprimir; en las riquezas, la templanza, la generosidad, el discernimiento, la organización, la magnificencia tienen campo abierto. No se despreciará el sabio aunque sea de pequeñísima estatura, pero preferirá ser alto. Y débil de cuerpo o con un ojo de menos estará bien, aunque prefiera gozar de la robustez corporal, y esto a sabiendas de que hay en él algo más vigoroso. 
Soportará la mala salud, la deseará buena. Pues algunas cosas, aunque tengan poca importancia para el conjunto y puedan ser sustraídas sin destruir el bien principal, añaden algo, sin embargo, a la alegría constante que nace de la virtud. Así las riquezas lo conmueven y alegran como al navegante un viento propicio y favorable, o  un día bueno y un lugar soleado en el frío del invierno. Y, por otra parte, ¿cuál de los sabios –hablo de los nuestros, para quienes el único bien es la virtud- niega que  también las cosas que llamamos indiferentes tengan algún valor en sí y sean unas  preferibles a otras?. A algunas de ellas se hace algún honor; a otras, mucho. Y no hay  que engañarse, entre las preferibles están las riquezas. “¿Por qué entonces, dirás, te  burlas de mí, si tienen para ti el mismo lugar que para mí?”. ¿Quieres saber hasta qué  punto no tienen el mismo lugar?. Para mí las riquezas, si se pierden, no me quitarán  más que a sí mismas; tú te quedarás pasmado, y te parecerá que estás abandonado de  ti mismo si se alejan de ti; en mí las riquezas tienen algún lugar; en ti el más alto; en  suma, las riquezas son mías, tú eres de las riquezas. 
SÉNECA; De la felicidad. Edit Anaya

JUL76. PREFERIRÍA… de Antonio Nieto Díaz

― Venga Juanito levántate, tienes que ir al colegio.
― Mamá, preferiría no hacerlo.

― Mira, Juan, o estudias o te pones a trabajar, pero así no podemos seguir.
― Madre, preferiría no tener que decidirlo.

― Cariño, ya no aguanto más: o nos casamos, o nos vamos a vivir juntos, pero esto de vivir con los padres ya me sobrepasa.
― Preferiría no moverme.

―Oiga, Juan, tiene usted que decidir: si quiere dedicarse a la empresa de cuerpo y alma o quedarse en casa.
― Gracias, Don Cosme, pero preferiría no tener que escoger.

― Yo me casé para, entre otras cosas tener hijos, y ahora tú pareces evadirte.
― No sé, Cari, aunque preferiría no tenerlos.

― No es nada personal, créame, pero o paga usted al banco o tengo que desalojarle de la casa.
― Me hago cargo, agente, pero preferiría no irme

― Lo siento, Don Juan, pero tiene usted que comprenderlo: con 90 años la medicina no puede hacer mucho más.
― Gracias, doctor, pero prefiero irme ya.

JUL75. PREFERIRÍA NO TENER QUE HACERLO, de Miguel Ángel Cejudo López

Todo empezó cuando Ezequiel nos exigió que le compráramos un coche de gama alta. Mi mujer y yo siempre le hemos dado todo lo que ha pedido para que su existencia sea lo más placentera posible pues nosotros, que venimos de familias humildes, sabemos lo que es padecer carencias de todo tipo en esta vida. Al poco de nacer ya le colmamos de atenciones, le dimos la mejor educación posible y le comprábamos lo mejor de lo solicitado. Es posible que su nivel de exigencia haya aumentado en los últimos meses, pero antes se conformaba con necesidades o caprichos más mundanos. Y nuestra desesperación ha hecho que tomemos una drástica determinación: a raíz de su última petición hemos decidido matarlo. Es insoportable el ruido que causa entre el vecindario desde que mostramos nuestra reiterada negativa a complacerle, además come compulsivamente y aunque siempre ha hecho sus necesidades donde ha querido, ahora las esparce con el pico, sacándolas de la jaula. Sí, hemos decido eliminar a nuestro papagayo aunque, sinceramente, preferiría no tener que hacerlo.

JUL74. BENITA Y SU LUNA, de Ángeles Medina

Enredos de emociones danzan en su memoria. Confinada a un mundo de fantasías donde la luna es la reina de su «palacio».
«La loca del cencerro» —la llaman—. «Benita, la hija del churrero» camina sola por el sendero del «olivar viejo», en su mano izquierda porta una campana y en la derecha un ramillete de margaritas.
Dando brincos hace sonar la esquila —quizá la oiga— Entona canciones infantiles, sonríe a pajarillos, juega con conejos imaginarios, deshoja pétalos: «volverá, no volverá, volverá, no volverá —canturrea— mientras anochece. »
Benita escuchó a sus padres, discutir por última vez, la madrugada del 19 de agosto de 1980. Genaro amaneció con la cara hundida en el perol de los churros. Flora, —su madre—se las ingenió para ocultarle la verdad.
— ¿Ha ido a rescatar a alguna dama?— inquirió con la voz quebrada, Benita. Flora, asintió sin más. «Preferiría no hacerlo… —musitó— con los ojos llorosos. » Genaro, incansable narrador de cuentos, inventaba para ella, mil historias: escuderos, bufones, reyes, dama, templarios… protagonizaban sus aventuras.
Tal vez, Benita decidió esperarle. La princesa Anastasia aún permanece encerrada en el castillo del brujo…

JUL73. AMOR DE MADRE, de Miguel Pereira

Preferiría no tener que declarar… ¿Por qué si mi hijo no hizo nada?… No sé por qué está encerrado… Roy es un buen chico… es un santo… un santo… mi Roy. Estoy segura de que él no fue… mi hijo no lo hizo… Me acuerdo cuando de pequeño… criábamos conejos…cuando los matábamos él no quería ni verlo y se pasaba sin comer… por lo menos tres días… o cuando sus primos intentaban apedrear a un gato… se dejaba la cara para defenderlos, a pesar de que él era el más pequeño… si él no podría ni matar a una mosca… además cuando Esteban me daba alguna bofetada… pocas veces pasó y lo hacía sin querer… era el primero en interponerse… seguro que él no fue… de dónde habría sacado tanta maldad… con lo bueno que era… algo impulsivo, pero bueno… seguro que no fue… bueno, y si lo hizo… fue un accidente… seguro que fue sin querer… seguro que se le escapó… si no hubiera visto a su padre hacerlo antes… si nos hubiéramos ido de casa… ¿pero a dónde íbamos a ir sin dinero?… si no fuera por su padre… seguro… seguro…

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