Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SCHADENFREUDE

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta tercera propuesta es el término alemán SCHADENFREUDE, que viene a significar la "alegría por el mal ajeno" Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de MAYO

Relatos

FEB20. ANTEPASADOS, de Maricarmen Brun Martín

Siempre me había intrigado aquel retrato, que colgaba en la pared del salón de la casa de mis padres. Un sencillo marco dorado delimitaba una pintura al óleo, de grandes proporciones, realizada con una gran perfección y primor por la mano del artista.
Una mujer joven, de extraordinaria belleza, aparecía sentada, envuelta en una atmósfera sombría, mientras que en el fondo del cuadro podía distinguirse un apacible paisaje bucólico. En el rostro de la joven destacaban unos ojos de mirada intensa, que cobraban vida ante todo aquel que se paraba a mirarlos.
Pero lo que más me llamaba la atención de la pintura era la vestimenta de la dama: una toca de color marrón y de apariencia tosca, cubría su larga melena, un corpiño de vellón de lana disimulaba la sensualidad de su cuerpo. En una mano tenía una especie de báculo, en la otra, una preciosa rosa roja que rompía toda aquella sensación de tristeza y sobriedad que emanaba del cuadro. Recostada en su falda, una oveja la miraba con cara sumisa.
Un día me enteré que era la tatarabuela de mi padre y que se llamaba Pastora.

FEB16. SU OBRA CUMBRE, de María Asundión Buendía Hervás

Finalmente aceptó su invitación. Tenía mucha curiosidad por ver su lugar de trabajo. Pero sentía cierto reparo, casi temor.
Veía en sus obras un trazo inquietante, quizá el color, o las formas. El conjunto le hacía encogerse un poco, como si unas manos invisibles salieran del lienzo para atraparla, quedándose a corta distancia de su rostro.
El se comportó con una amabilidad exquisita, la tomó del brazo y le enseñó sus pequeños secretos, sus paletas, sus lienzos apilados en un rincón. Y por último su obra cumbre, maestra, la más genial que nunca pensó pintar.
Antes de retirar el manto de algodón que la cubría, le reveló que se trataba de un retrato. Un retrato muy especial para él, y quizá también para ella.
Aunque no comprendió el alcance de esta revelación, asintió y le murmuró que seguro que le encantaba.
En un gesto rápido el pintor descubrió su obra. Y quedó ella petrificada ante su propia imagen atrapada en el rectángulo del lienzo.
Y esta vez unas manos procedentes del retrato avanzaron hacia su cuello y lo apretaron hasta que sus ojos dejaron de ver su reflejo en la pintura, y su boca quedó para siempre sin aliento.

FEB15. CARNAVAL DE CÁDIZ, de Alberto Quiles

 Su retrato está en mi mente, la belleza de sus calles, de su espíritu, de su gente y de su fiesta.
Es un compendio de sensaciones el que llega con Enero y se escenifica en Febrero. Descubres que la distancia te hace añorar con una fuerza casi inhumana las calles llenas de serpentinas, el sonido característico del pito de caña o una buena agrupación ilegal en las calles de Cádiz trimilenaria.
De Marzo a Octubre pude convivir conmigo mismo con todo el cariño de sus agrupaciones en 2012. Fue a partir de Noviembre cuando necesité sentir la pasión de los viñeros, el sonido del 3×4 acompañado de viejos y nuevos copleros, sentir La Caleta en una copla o escuchar pasodobles conjuntados de voces perfectamente engranadas y embelesadoras.
Me mordí las uñas en Diciembre, temblé recordando temas de Antonio Martín, Martínez Ares o Quiñones entre otros y disfruté con aquellas que considero mis chirigotas y que amenizaron mis momentos más difíciles del año consiguiendo sacar más de una sonrisa y carcajada.
Y fue hace un par de semanas cuando el Carnaval comenzó de nuevo con una odisea de papelillos e ilusiones inundando felizmente de nuevo muchos corazones.

FEB14. DORIAN, EL RETRATO, de Ángeles Mora

Podía percibir cualquier cosa a través de sus sentidos multiplicada por diez, pero no llegaba a comprender ninguna, como si la esencia de lo que había sido hasta entonces estuviera englobada en un nuevo orden, totalmente desconocido.

Podía saborear, como siempre, pero su paladar encontraba colores en lugar de sabores. El tacto de sus manos, de toda su piel, detectaba tonalidades en vez de texturas.

Los olores que le llegaban se desgranaban en su cerebro en forma de pigmentos y los sonidos se habían transformado en suaves pinceladas de arte que se confundían con sus poros.

Su vista le reveló la verdad y con los ojos de su intuición, ese sentido intangible, descubrió que lo que una vez fue una persona, ahora flotaba convertida en lienzo.

EL RETRATO DE DORIAN GRAY… EN MINIATURA

Ya comienzan a aparecer otras magníficas ideas alrededor de nuestro homenaje… 
y ésta nos antecede y nos supera en originalidad.
Luisa Hurtado nos descubre un proyecto genial iniciado en 2012 llamado BIBLIOTECA CELSIUS cuyo objetivo consistía en «coger las obras magnas de la literatura mundial y utilizar el alambique para extraer la esencia de los grandes clásicos de la literatura en microrrelato» Los micros, además, debían mantener el inicio y el final de la obra… Y el micro de El retrato de Dorian Gray ya forma parte de esa interesante colección de clasicos jibarizados… 
Mejor leerlos en su lugar de origen… mediante este ENLACE
Gracias Luisa, y enhorabuena…

FEB13. EL ENIGMA, de Nuria Casado Marco

Durante las vacaciones estivales, mi hermano y yo pasábamos un par de días en casa de tía Clara. Nos gustaba su casa y nos gustaba ella. Siempre nos deleitaba con mil historias que nos fascinaban, hasta que ella con una palmada nos devolvía a la realidad.
Las habitaciones, estaban llenas de objetos que la tía había ido acumulando a lo largo de su vida. Pero lo que nunca olvidaremos, era un imponente retrato que presidía el salón, en el que aparecía un apuesto muchacho de mirada triste. Recuerdo que en un par de ocasiones le preguntamos por la identidad del joven, pero comprobamos como se ensombrecía su rostro y aparecía un rictus de dolor en su boca, con lo que rápidamente cambiábamos de tema. Pasaron los años y nos hicimos adultos. Un día recibimos la noticia de la desaparición de Clara, de la que nadie supo darnos pistas, y decidimos presentarnos en su casa. Curiosamente todo estaba como lo recordábamos, pero de repente vi a mi hermano que observaba fijamente el retrato, seguí su mirada y horrorizaba comprobé, como aquel rostro había mudado el semblante, y como detrás de él, una figura desdibujada pero familiar nos sonreía.

FEB12. EL RETRATISTA, de Ginette Gilart

Leonardo no tenía suerte con los encargos de retratos. Casi siempre los clientes salían descontentos. No lo podía evitar, por más que quisiera, su mano y su pincel no paraban hasta dibujar seres deformes , totalmente distintos al modelo.
Un día, se acercó al estudio un hombre con un aspecto deplorable, con un rictus extraño en la cara y una enorme joroba a su espalda. En primer lugar Leonardo se negó a retratarlo; el jorobado insistió diciendo que no se asustaría al ver su retrato, además le pagaría muy bien. Leonardo claudicó, pues la necesidad de dinero era imperiosa, sólo acumulaba deudas.
Desde los primero brochazos, iba tomando forma un ser de luz de una belleza sublime.

Al acabar el retrato, Leonardo miró hacia el jorobado, vio que ese ya no estaba allí; en su lugar un ángel le observaba sonriendo. Se acercó a él y le dijo :” Leonardo, tienes un don, es pintar el interior de las personas. Para que ese don no te perjudique en tu trabajo, te otorgaré otro: el de distinguir la verdad de la mentira; de esa manera cuando alguien venga a encargarte un retrato, de antemano sabrás si aceptarlo o no”.

http://ginettegilart.blogspot.com.es/
 

FEB11. R.I.P., de Beto Monte Ros

Ya no me extraña”, oí que me dijo mientras tomo mi café y observo la luz que se enciende en el teléfono móvil que he dejado sobre la mesa. “Ya ni siquiera me dedicas una mirada, durante algún tiempo estuve tranquila, yo fui todo tu pensamiento. Tu rostro frente al mío evitaba que me desvaneciera en el oscuro túnel donde se pierden las almas que nadie recuerda”. Su tono de reproche laceraba mi conciencia y poniendo a un lado la taza con la aromática bebida, alcé mi cabeza, posé mi mirada en sus grandes y hermosos ojos, caminé hacia ella y descolgué su retrato. Le estampé un último beso y lo coloqué, junto con los otros, en el cajón donde guardo mis secretos. Leo de nuevo el mensaje en el celular: acepto tu oferta, me voy a vivir contigo.

FEB10. AFÁN DE ETERNA JUVENTUD, de Anna Jorba Ricart

Aquel fosforescente cartel “Damos vida a tus años” me llamó la atención. Fue cuando la vi salir. Me pareció una Cabbage Patch Kids, hinchada como un globo a punto de elevarse. Pensé que le habrían asegurado, tras un intenso tratamiento estético, que luciría ojos rasgados, pómulos y labios luminosos, cuello erguido, tetas concupiscentes y culito respingón, para resaltar su belleza.
Sentí pena al verla. Me pareció una patética presa humana, en la espiral sin medida, hacia la ansiada “eterna juventud”.
Estuve a punto de recomendarle al pintor Basil Hallward para que hiciera un pacto, como hice yo, con el diablo, y nunca envejecer.
Recapacité. Para qué iba a desearle tanto mal.
Ella, tarde o temprano moriría por ley de vida, sin embargo yo, desde hacía siglos, atrapado en un cuerpo imperecedero, seguía consumiéndome vivo en la lujuria y corrompido en el vicio y los placeres inmorales.
Me sentí solo, sin familia, sin amigos. En aquel instante quise morir.
Al llegar a casa, apuñalé el retrato y me fui con los míos.

FEB09. EL TESORO MÁS QUERIDO, de Jerónimo Hernández de Castro

Mi primer novio era mexicano. Le gustaba cantarme una ranchera a voz en grito bajo su enorme bigote, cuando me veía a lo lejos: ¡tu retratito lo llevo en mi cartera!
Yo, roja como un tomate, a veces me escabullía sin dirigirle la palabra. Él reía fanfarrón y echaba a correr para reunirse conmigo y decirme aquellas ridículas picardías melosas que sólo recuerdo cuando veo a mi marido en el sofá.

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