Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SCHADENFREUDE

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta tercera propuesta es el término alemán SCHADENFREUDE, que viene a significar la "alegría por el mal ajeno" Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de MAYO

Relatos

ENE155. HIPNOSIS, de Jes Lavado

Al despertar se encuentra en cuclillas sobre el escenario. Lleva una cresta de fieltro rojo sobre la cabeza y, con las manos en las axilas, agita los codos arriba y abajo mientras cacarea como una gallina. Estupefacto, enmudece y observa a su alrededor. El patio de butacas está casi desierto. Sólo la segunda fila aparece ocupada por sus tres compañeros de oficina: Rosales, sabelotodo y lameculos profesional, tiene la cabeza entre las piernas y un paraguas ensartado en mitad de la espalda; la señorita Martínez, una arpía de pechos caídos y lengua venenosa ─la misma que contó a todos que su mujer le había abandonado por su ginecólogo─, admira las molduras neoclásicas del techo con los ojos fuera de las órbitas y el teléfono móvil atascado en la garganta; y García ─quien se ha empeñado en que les acompañara al teatro, animándolo a salir voluntario: “ya verás qué risa”, le había dicho mientras le propinaba irritantes palmaditas en el cogote─, luce un cable de micrófono enrollado al cuello y una estilográfica clavada en cada ojo. Frente a esa escena espeluznante, Gutiérrez, todavía agachado en pose gallinácea, sólo acierta a preguntarse dónde estará el hipnotizador. Y quién le ha despertado.

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ENE154. GRACIAS A UNA DESCONOCIDA, de Puri Otero Domarco

Cuando despertó sintió correr por sus venas la fuerza de la sangre, era un torbellino de sensaciones que iba desde los labios de su boca hasta los labios de su sexo.Se detuvo a observarlo todo a su alrededor y descubrió un mundo nuevo , ahora ya podía correr, bailara, reir, cantar y soñar.
Todo esto era algo que para ella estaba muerto, desaparecido de su vida, pero desde dentro de su corazón ahora la vida latía a un ritmo galopante, pero a la vez ritmico y acompasado.
Fuera todo seguía igual, pero para ella todo era diferente y con esa alegría se enfrentó a la vida que se le brindaba para disfrutarla desde otra perspectiva.
El camino iba a ser largo,era algo que ella estaba dispuesta a lograr, no solo por ella, sino sobre todo por aquella desconocida que el destino habia querido llevarse para siempre de este mundo y a cambio el entregó lo que a ella ya no le hacia falta, pero a mí si, y sin el cual yo no podia seguir viviendo» su corazón».
Si estoy viva gracias a ella. Quiero rendir un homenaje a todos los donantes de organos.

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ENE153. RECORTES, de Francisco Senís Fernández de Ybarra

Cuando despertó, como siempre desde hacía cuarenta años, al Sol todavía le faltaba mucho para salir. Sin embargo, Isidoro solo tardó doce minutos en salir de casa, a cumplir su misión. Una vez en su puesto, Isidoro continuó barriendo: movimientos regulares, siempre de izquierda a derecha, con la presión justa, la barrida perfecta. Cada cinco metros un montoncito; cada cinco montoncitos una parada: retrocedía y los recogía introduciendo los residuos en el carro. Estaba dejando la acera del viaducto como los chorros del oro, como siempre desde hacía cuarenta años, con el orgullo y la responsabilidad del que se sabe el mejor barrendero de la ciudad. Como siempre desde hacía cuarenta años, sin faltar ni un día, uniforme impoluto, botas relucientes; sin dejarse jamás una colilla, ni un papel. Como siempre para cualquiera que lo viera al pasar, pero no para él. Al llegar al centro del viaducto, sin pensarlo saltó. Su último pensamiento no fue tanto para los ajustes del Ayuntamiento como para el joven y condescendiente encargado que con cierto cruel deleite le hizo saber lo poco valorado que era su trabajo.

ENE152. INSTANTANEA DE AUGUSTO MONTERROSSO EN SU CASA, de Isabel Martínez Barquero

Cuando Tito despertó del largo sueño en que lo había sumido el calor exagerado, estaba la pesadilla cotidiana: las libretas compradas en la efervescencia de un arrebato impropio de su persona, las mismas que le exigían, con la blanca candidez de sus hojas impolutas, que las emborronara sin miramiento ni mesura. Se rascó la cabeza y se aplicó a su rutina consabida de aseo y desayuno, tras lo cual cogió uno de esos cuadernos y escribió una frase en cada hoja. Tras la epopeya insólita en sus costumbres más bien frugales en materia de escritura, se miró al espejo para reconocerse. Fue entonces cuando comprobó que el dinosaurio aún seguía allí y no se había tragado a Balzac.

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ENE151. ENRIK, de Mercy Flores

Abrió los ojos justo cuando comenzó a caer, que sensación de libertad, nunca se había sentido así y estaba feliz de experimentarlo, la velocidad era tal que su carne parecía querer separarse de sus huesos produciendo un movimiento ridículo en su rostro y parecía hacer extrañas muecas de burla a la muerte. Si, había decido suicidarse en su primera caída libre de paracaidismo, que mejor que morir cumpliendo el deseo de volar. Se acercaba el momento en que tendría que accionar el paracaídas y por supuesto no lo hizo. El instructor que le seguía unos metros sobre él no paraba de gritar y gesticular para que lo abriera, estaba tan ridículo.
Enrik cerró los ojos un instante y vió su vida pasar ante ellos: su infancia, sus amigos, su familia y sintió terror al pensar como reaccionaria su madre al enterarse de su muerte, arcadas invadían su garganta y desesperado buscó la anilla del paracaídas quizás aún estaba a tiempo de parar aquello «QUERÍA VIVIR». Pero fue tarde y el terror invadió sus pupilas justo antes de estrellarse contra las rocas.
Fin

ENE150. AMOR HERIDO, de María Elena Sánchez Álvarez

Cuando desperté, el sudor recorría mi cara formando pequeñas gotas que resbalaban lentamente hacia mi lastimado cuello, haciendo un inciso para continuar su camino y perderse entre mis doloridas costillas.
A ambos lados de la cama y de pie, todos expectantes me miraban, esperando que se produjera el milagro de la palabra. Intenté con mi mirada expresar mis sentimientos, con el consuelo de hacerme entender. Allí estaban, incondicionales como siempre, mis padres, hermanos y amigos.
No supe o no quise escucharles y ahora lamentablemente tenía que darles la razón, corroborar sus dudas y desvanecer mis certezas.
Confundí las frases malsonantes con enfados pasajeros, las caricias despechadas con abrazos, la complicidad con los silencios, los espacios vitales con las ausencias.
Desgraciadamente todo acabó en tragedia: los abrazos se partieron, los silencios se convirtieron en gritos, las ausencias en persecuciones y las caricias en heridas ensangrentadas.

ENE149. CAMBIANDO DE BANDO, de Nicolás Jarque Alegre

Ya no sufría dolor y todo el cuerpo me pesaba. Sentí que me desvanecía en la camilla junto a esa enfermera desbordada que no podía darme ni consuelo. Cerré los ojos y se silenciaron los lamentos de los pobres diablos del hospital de campaña. Entonces, me vi en el valle donde nací, junto al río, en un día soleado en que los pájaros cantaban, mamá preparaba el almuerzo con la ayuda de Valentina y papá enseñaba a pescar a Juanito mientras yo estaba apoyado en un roble, escribiendo en mi cuaderno historias de amor. ¡Qué paz! Una armonía efímera, pues de repente el cielo se partió en dos y contemplé como se evaporaban los míos sin que pudieran oír mi auxilio. Lloré afligido la pérdida. Un telón negro cayó ante mí. Pensé que era el final del guerrero que fui y me despedí gritando ¡libertad! Pero en ese momento caí en un túnel húmedo de donde noté que una fuerza tiraba fuerte de mí para extraerme de la oscuridad. Y cuando desperté, horrorizado descubrí que era un bebé en brazos de un hombre vestido con el mismo uniforme contra el que luché. Sí, era mi final y el de ellos.

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ENE148. SIETE DEDOS, de David Vivancos Allepuz

Esta mañana, qué hartazgo, he vuelto a amanecer con siete dedos en cada mano. Supongo que también en los pies pero me da pereza, y hasta cierto desasosiego, o angustia, levantar la sábana y mirar debajo. Si bien es cierto que tiene sus ventajas, esto de los siete dedos no deja de ser fastidioso. Cuando bailo sevillanas, por ejemplo, compongo figuras fascinantes con las manos que causan admiración y mis sobrinas quedan prendadas de las fantásticas sombras chinas con las que las sorprendo al levantarse de la siesta. De acuerdo, todo eso es verdad. Es satisfactorio, sí. Pero hoy voy a tener que volver a llamar a mi representante para que suspenda el recital de esta noche. Porque es imposible que los del auditorio me consigan un teclado adaptado en tan pocas horas. Imposible. Es fastidioso, ya digo.

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ENE147. SIN CREADOR, de Félix Valiente

Cuando despertó, podían haber sido años o simplemente en el cerrar momentáneo de unos ojos, él no estaba allí.
Se sintió muy solo.
La pluma que le había regalado la inmortalidad, la persona que le había convertido definitivamente en leyenda, no se hallaba allí.
Siete palabras regaladas le habían hecho célebre para siempre. Lo malo es que también le había regalado la soledad y el abandono.

RELATO FUERA DE CONCURSO 
YA QUE SU AUTOR ES JURADO ESTE MES

ENE146. VOLVER A NACER, de Karina Delprato

Cada día me reflejaba en el cristal de la ventana, hacía meses que no podía ni pestañear.
Mis lágrimas se acumulaban en el fondo de mi alma, ahogándome en esta triste realidad.
No estaba sola, todos me acompañaban, y esperaban mi despertar. Me rodeaban, sentía que con su calor me abrigaban, y escuchaba a mi madre, cada noche llorar.
Quería poder decirle que yo soy fuerte, que podría de estos tubos escapar, pero los músculos no me obedecían y cada vez era más largo este sufrimiento, me atormentaba sin cesar.
Era un vegetal, a veces ya perdía la esperanza y pedía a Dios, que me deje descansar, no soportaba ver cómo sufrían los demás.
Mi amor, cada día me regalaba un jazmín… ese, que en cada San Valentín, esperaba ansiosa y nunca recibí.
Sentía como acariciaba mis manos y me susurraba “perdón, mi vida” en cada madrugada.
Buscaba su mirada, pero sólo encontraba su reflejo en la ventana, y a través de ella, observaba su pupila enamorada. Se había quedado dormido apoyado en mi almohada.
Estos meses eternos, perdida en mi silencio, no pedí mucho, sólo tenía un deseo y cuando despertó, pude darle el beso más tierno.

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ENE145. UNA NOCHE MUY LARGA, de Ángeles Mora

Cuando despertó, el dinosaurio todavía seguía allí. Impasible, inmóvil ante los acontecimientos que le rodeaban, como si durmiera en la certeza de que nada de aquella vida podía mellar su tranquilidad.
Eloy despertó al dolor de cabeza y miró extrañado aquella mole, sin estar muy seguro de quién de los dos había equivocado el lugar donde dormir.
Porque el dinosaurio dormía ¿verdad?… ajeno al niño que le amenazaba con su pala de plástico o a los turistas que le ofrecían monedas como tributo de agradecimiento a la decoración de aquella playa.
Eloy lo miró con desconfianza y vomitó los excesos de la noche anterior sobre la arena.
—Si a ti no te importa todo este bullicio, yo podré soportarlo.
Cerró los ojos y volvió a dormirse. La playa era lo suficientemente grande para los dos.

ENE144. PÁNICO A VOLAR ALTO, de Anabel del Valle Carmona

Cuando despertó ya había terminado el viaje. Dejo sus alas reposando sobre el mostrador y un tal Pedro le entregó la llave de su habitación. 

¡Bienvenido a casa! Deseamos que todo sea de su agrado – exclamó.
Papá ya no tenía ese pánico atroz a volar, como cuando era joven, ni tampoco a la nueva vida que le esperaba fuera de casa. Aunque reconoce que se sintió muy triste cuando mamá se abrazó a él llorando y rogándole que no se fuera, y si lo hacía que la llevara pronto con él.
Cuando me comunicaron que ya había llegado bajé corriendo las escaleras, atravesé el jardín inmaculado y abracé fuertemente a mi padre. Entre sollozos de alegría le pregunté cómo le había ido el viaje, si le había dado miedo volar, a lo que él me contestó.
– Hijo mío, desde que dejaste esta vida no tuve miedo a la muerte.

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