Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

BLANCO Y NEGRO

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en BLANCO Y NEGRO

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán relatos que desarrollen el concepto BLANCO Y NEGRO. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
30 DE DICIEMBRE

Relatos

MAY63. MI PRÍNCIPE AZUL, de Dylan Martínez

Te trajo el otoño, quizá arrastrado por el viento como un vendaval de hojas secas, con la misma fuerza me envolviste en tu locura de niño grande, hermoso, tierno y fuerte.
Acaso llegaras en el momento oportuno, porque me dejé llevar sin oponer resistencia.
Me acunó tu ternura, tus tibias manos, marcadas por los surcos de una vida llena de pasiones y vicios ocultos; debí darme cuenta por tus pies desnudos que nunca habías dejado de ser un viajero.
En la soledad de esta noche de nívea luna, con mis manos aferradas a unas medias de seda negra y tu esencia aún caliente deslizándose entre mis muslos, contemplo tu bello rostro azulado y pienso, que quizás deberías haberme preguntado qué me pasaba tan sólo una vez y este, nuestro cuento, habría tenido un final bien distinto.

MAY62. ¡CUIDADITO CON LOS DESEOS!, de Marga González Acinas

Siempre quise ser una princesa.
Mi padre decía: “eres la princesa de mi corazón” pero yo quería ser una princesa de verdad.
Tanto lo deseé que debí ablandar el corazón de algún duende juguetón y un buen día me desperté en una cama enorme. A partir de ahí todo fue enorme y yo empecé a sentirme insignificante.
Me esforcé de verdad tomé clases de protocolo, de idiomas, de dicción y de mil cosas pero no logré adaptarme.
Cuando llegaba a la sala del trono vestida con mis mejores galas, veía fruncir el ceño a la reina, mi madre, desconcertada por mi elección. Si me esforzaba en ser “maravillosa” en una recepción, el rey, me miraba fastidiado.
Un buen día me harté y confesé la verdad: que soy una impostora, que jamás tuve sangre real y que lo único que quiero volver a mi pueblo a abrazar a mi padre y volver a jugar con mis amigas, que echó de menos las albóndigas, el autobús del cole y la piscina municipal.
El rey me miró airado y llamó a mi tutor para darle instrucciones, desde entonces siempre tengo ganas de llorar y sólo sueño con volver a ser la que era.

MAY61. LA PRINCESA EN SU TRISTEZA, de Conrado Santurino

¿Por qué está triste la princesa? Pues porque tiene que estarlo, porque no tiene otra alternativa. Nació con la cualidad de caer bien a los demás aunque esa conformidad no era correspondida por ella y en su fuero interno odiaba profundamente a todo ser humano que tuviera a su alrededor y hacía todo lo posible por amargar, por aburrir, por desesperar. Por eso estaba triste, no era correspondida en su odio.

MAY60. PLURIEMPLEADO, de Javier Sánchez Campos

Entre la cirrosis/y la sobredosis/andas siempre, muñeca

Sonó el móvil. ¿Sí? Contestó. Vale, no tardo, estoy en un atasco, joder, no puedo saltar por encima de los coches. Colgó.

Ahora es demasiado tarde, princesa/ búscate otro perro que te ladre, princesa

Otra vez el impersonal sonido del aparato. Joder, dijo, qué hago, hostias, pues que buceen si se ahogan. No te hablo mal, te hablo como sé. Hay un atasco y no puedo hacer más. Diles que cierren la llave de paso. De nuevo, colgó.

Tú que sembraste en todas/las islas de la moda/las flores de tu gracia

El teléfono parecía dispuesto a arruinarle el día. ¡Si me vuelves a llamar no voy! ¡Que cierren la llave de paso, no me has oído, QUE-CIERREN-LA-PUTA-LLAVE y recojan el agua que con un mocho! ¡YO NO ESTOY GRITANDO! ¡A mí qué coño me importa que seas mi jefe! ¡Vete a la mierda, Luigi, tú y la crisis! sentenció, y tiró el móvil al asiento del copiloto.

Sigue con tus movidas/pero no pidas/que me pase la vida/pagándote fianzas

Rabioso, se arrepintió del día que firmaron la hipoteca del castillo.

MAY59. MUCHA PRINCESA PARA TAN POCO PRÍNCIPE, de Alfonso Carabias Antúnez

– Alteza – dijo el doctor con reverencia – ¿en qué puedo servirle?
– La princesa Doctor; no puedo con ella.
– ¿La princesa? – Preguntó intrigado – ¿Qué ocurre con ella?
– Pues que no la entiendo Doctor; hay días que duerme sin parar y no consigo despertarla, cuando por fin lo hace me dice que no cuido mi imagen y soy poco menos que una bestia comparado con ella; y eso que a ella el mes pasado le dio por dejarse melena y el cabello le caía por las almenas.
– No sé doctor, está muy rara, se la ve con gente extraña, algunos súbditos me han dicho que la han visto hasta con siete a la vez, y la última vez que apareció en el reino venía con unas desconocidas que decían ser hermanastras suyas. Por no hablar de lo que debe estar fumando, ya que también me ha dicho en ocasiones que monte con ella en su alfombra para dar un paseo por las estrellas.
– Debo comunicarle alteza que el problema no es de la princesa – dijo el doctor. Su Majestad presenta el mal del príncipe inquieto.
– ¿Cómo?, explícate
– Verá alteza –replicó el doctor – usted deje que le cuente y luego elija cuento.

MAY58. LA PRINCESA ESTÁ TRISTE… de Cándido Macarro Rodríguez

La chica sonríe aunque sabe que no tiene motivos.
Erguida y orgullosa observa cómo se oculta el sol tras la destartalada nave industrial que hay frente a ella. El último reflejo, justo antes de esconderse definitivamente, hace que su cabello rubio se encienda. Toma una profunda bocanada de aire intentando conservar el momento. Es joven, mucho, y por eso tiene ganas de vivir pero una pena profunda se empecina en borrarle la sonrisa a cada instante.
Echa de menos a su familia a la que dejó en su tierra cuando marchó buscando un futuro mejor, como tantas. Siente miedo por ellos. Ahora es consciente de que su vida está en sus manos, literalmente.
No es la única silueta marcada al contraluz del ocaso, pero eso no es consuelo para ella.
Herida por la frustración se pregunta en qué momento su corta vida ha acabado convirtiéndose en un estercolero. En sus sueños infantiles nunca imaginó un futuro tan sórdido.
Un coche se detiene a su lado. El conductor baja la ventanilla, asoma la cabeza y le pregunta:
– Hola princesa ¿Cuánto por un completo?
Le sonríe mientras se sube al coche, aunque sabe que no tiene motivos.

MAY57. DE PASO, de Alicia Barajas

Tres días ha que no habla, no come, no consiente compañía alguna. Se la ve deambular de una estancia a otra en palacio. Al caer la noche, su inquieta sombra ennegrece el castillo y su llanto se mezcla con el canto de las cigarras y el croar de las húmedas ranas.
No encuentra consuelo a tanta aflicción.
Atrás quedaron las perdices que auguraban felicidad. No imaginó entonces que su condición de princesa fuera pasajera.
Y ahora, se pregunta con perplejidad qué diablos es eso de ser Reina.

EL "COMPROMISO" DE MIGUEL ÁNGEL TIENE PREMIO

!!!Ya estábamos preocupados de todo el tiempo que llevábamos sin buenas noticias… ya pensábamos que nos había tocado la p*** crisis¡¡¡
Pero acaba de llegar la noticia que nuestro amigo 
MIGUEL ÁNGEL PAGE
acaba de ser elegido como ganador del concurso de Microrrelatos de la Cadena Ser de Castellón.
Antes de pasar a felicitarle podéis pasar por AQUÍ y echarle un vistazo a su «Compromiso»
!!Enhorabuena¡¡

MAY56. AZABACHE, de María Estévez

Me dice que si no tengo pa comprarme un peine. Qué artilugio puede penetrar sin quedar atrapado en lo alto de mi cabeza. Desde chiquita mamá se afanaba en peinar mi pelo, pero al final se rendía. El encrespamiento era tal, que mis hermanos vaciaban un vaso de agua y actuaba como una capa impermeable. Ni una gota osaba penetrar en ese mundo enmarañado.
El día de Halowen bastaba con una capa; asustaba tanto que los vecinos accedían de inmediato para el intercambio.
Hasta los catorce años no supe que era adoptada. Mamá mi piel cada día está mas oscura. Ella me decía que era porque me empecinaba en coger demasiado sol en la playa.
Él se mofa de mí y cuando está borracho me recuerda lo de la adopción y el orfanato; me habla de mamá con desprecio. Me pone la diadema de brillantes que quedó en un baúl olvidada por los años, de cuando ella fue Miss Universo. Qué le pasa a la princesa que hoy no sonríe. Mientras me lavo para quitarme sus miasmas, pienso que mañana será el día que le de a probar mi poción.

MAY55. PRINCESA EFÍMERA, de Fran Rubio

Pómulos grabados a cincel, una cara de postal, unos años que pasaron, el rocanrol. Una caligrafía espigada y diagonal, unas piernas de pasarela, una voz que te desarma. Unos ojos que pedían aventura, una entrega sin condiciones, unos ojos que pedían protección. Una sonrisa infatigable, viajes sin billete de vuelta, mataron a John.
La gran ciudad, trabajos infieles, noches y risas, malas compañías, sustancias sospechosas, amores perros, poemas destructivos, amigos muertos, una guitarra huérfana. Todos los tópicos cebándose con la misma princesa, años que marcaron. Y al final, una sonrisa destronada, la boca sin dientes, una sangre contaminada, la última dosis.

MAY54. ¿SUEÑAN LAS PRINCESAS CON JUGUETES ELÉCTRICOS?, de Antonio Toribios

La princesa está triste y nadie sabe por qué. Su madre, la reina, la colma de mimos. Sus damas inventan tocados de ensueño. Pero la princesa se queja, la princesa se deja, caen sus guedejas desconcertadas, mientras los grajos graznan y el sol se oculta con gesto feroz.
Se llama a los cómicos pero no le hacen gracia. Vienen bufones, enanos y deformes, que se dan de bofetadas y ruedan con estrépito, pero no logran aliviar la pena. Los músicos interpretan baladas románticas o ritmos de fox-trot, pero sólo consiguen entristecerla más. Vienen coros y danzas, saltimbanquis de más allá de los montes, gladiadores broncíneos luchando contra fieras e incluso se ajusticia a algún vil opositor, pero la princesa mantiene inerte su cara de acelga, fruncida su boca de soja.
A la desesperada, su dama de confianza, la más osada, organiza un tupperware de una boutique del sexo y, bingo, eso hace brillar sus ojos mortecinos. Qué guay, dice, y cómo palmotea ante la espléndida envergadura de las vergas de plexiglás. Pero cielos, qué trastorno, no está la llave y el rey está lejos, cazando bestias feroces por Oriente. ¿No la podría mandar por UPS?

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