Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

MAMIHLAPINATAPAI

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. Comenzamos el año con MAMIHLAPINATAPAI, el entendimiento con la mirada. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
31 de MARZO

Relatos

NOV109. ESPERANDO A LOS BOMBEROS, de Leticia Oliva

Miro con angustia como crece inclemente, potente, derribando a su paso la autoestima, consumiendo como el fuego las dignidades, esta crisis que no parece tocar fondo.
Miró con impotencia los ojos de mi padre, él que fuera hombre fuerte  se quiebra ahora y deja escapar lagrimas, está frustrado… lo sé, a él no le gusta no trabajar; a sus 50 años nunca había faltado un día y ahora que ya lleva un año sin nada  ya no contiene la ira,  no lo culpo por los golpes, yo sé que papá no es malo, es su autoestima destruida.
Mi madre le riñe como si fuera su culpa, también la comprendo a ella, hace tiempo que la olla no se llena más que de lágrimas, discusiones y gritos.
Suspiro triste porque no habrá clases, así se cierra ese refugio donde entre letras y números soy libre de las inclemencias de la realidad.
Revuelvo mi té mirando a la ventana, a lo lejos el humo de las protestas  anuncia que el incendio de la disconformidad sigue consumiendo vidas, familias, y veo que la moral ya no es más que cenizas,  es una lástima que este incendio no lo apaguen los bomberos.

 http://trysha-rincon-magico.blogspot.com/

NOV108. LO SABÍAMOS, de Sergio Fernández Martinez

Era martes cuando te vi, igual que la última vez. Ha  pasado un tiempo, 43 días. Se cruzaron nuestras miradas. Sé que me vistes y ambos sabíamos lo que iba a pasar. No podía dejar de mirarte mientras  tus lascivos ojos color hielo detalaban tus deseos, ya no tan ocultos. Ellos inconscientemente me buscaban casi sin querer entre toda esa gente, ajena a este juego macabro de lujuria sin sentido. Los míos, sin embargo, seguían fijos en tí,  alternando entre tus ojos y tu falda como si ellos solos fueses capaces de decidir que me gustaba mas de tí. Los dos sabíamos lo que iba a suceder.
Tu diste, otra vez, el primer paso, sabiendo que mi perseverante timidez jugaría en nuestra contra. Yo te esperaba en la puerta del garito cuando cogiste su mano y te dirigiste hacia mi. El vuelo de tu falda casi tocó mi pantalón cuando pasaste a mi lado. E l te abrió la puerta de su jaguar y la cerró cuando ya no podia verte. Te volviste a escapar. Los dos sabíamos que esto pasaría.

 Elviajeropreventivo

NOV107. FUEGOS DE ARTIFICIO, de María del Carmen Guzmán Ortega

Cuando se vieron por primera vez surgió la chispa, no una, sino miles de chispas que salían de sus cabezas  llenando el bosque de luces de colores.
Él se acercó a ella que temblaba de emoción y deseo. Seis ojos que se contemplaban con ansia, ocho brazos que se alargaban para rozarse, pero cuando cuatro antenas se juntaron, el encuentro se convirtió, primero en un castillo de fuegos artificiales y luego en la traca final.
Parte del bosque amaneció quemado, y hay quién asegura haber visto salir de él una nave espacial que cruzó el cielo como un cohete.

NOV106. A ELENA, de Isaac Antonio Pérez Fernández

Era una fría noche de invierno y nos disponíamos a dormir mi mujer y yo. Le di las buenas noches, la bese y abrazándola por la espalda nos quedamos dormidos. De pronto haz luminoso me despertó junto a un dolor sordo en el pecho. Vi a mi mujer llorando y no oía su voz pero le veía en su rostro que gritaba, me zarandeaba notaba en mi rostro la caída de sus lágrimas, mi pecho estallo en dolor recorriendo todo mi cuerpo como el fuego abriéndose camino en un seco bosque. Gire la cabeza y dormí viendo en la mesilla mi viejo reloj que marcaba las 4:34 y el viejo retrato del día más feliz de mi vida, el día que me case.

NOV105. CON UN OSO NO SE JUEGA, de Félix Vicente

Los juguetes no pueden elegir dueño. Ese es su verdadero trauma y auténtica desdicha. Esperan ansiosos en sus cajas de plástico, moviendo apenas los ojos para no ser descubiertos, rezando en silencio por su destino incierto. El oso Fred llevaba una vida tranquila y apacible allá en los estantes superiores. Salía por las noches con su colega Spiderman, un muñeco de trapo al que la falta de su ojo izquierdo le había salvado de las garras infantiles. Desde ahí podía ver a sus colegas tirados, manoseados y luego despreciados, abandonados de cualquier manera en las cajas abiertas. El día que lo depositaron al alcance de aquellas manos párvulas y caprichosas se preparó. La estrategia ya estaba diseñada de antemano.
La niña que lo espachurró entre promesas de amor eterno y vestuario imposible no ha olvidado las palabras susurradas de Fred ni sus ojos como fuego disuadiéndola de aquello.

NOV104. EL ARDOR DE LAS PALABRAS, de Javier Ximens

Después de unos años creando el poema destinado a declarar su amor a la joven viuda —ahora ya madura—, por fin lo tenía acabado, quedándole tan solo decidir si en el verso mil seiscientos treinta era mejor poner una u otra palabra, cuestión esta a la que se consagraba durante las tres últimas semanas.
Se sentía muy gozoso de haber hallado las locuciones precisas para sus cabellos sedosos, las cejas escarzanas, la recoleta mirada, el fulgor de su sonrisa, la constelación de lunares del cuello, su exuberante castidad, los gestos de gala y así hasta las uñas de los pies: de nácar irisado. Dudó mucho con los pechos, pero se dijo que debía ser decidido y los adjetivó como melíferos. Sin embargo, estaba dubitativo hasta la extenuación para escoger la palabra adecuada al sentir de su propio corazón.
Una mañana que paseaba por el parque reflexionando sobre las pasiones que se abrirían o cerrarían por la decisión, le avisaron de que su casa estaba ardiendo. Al llegar a la devastada vivienda y ver los manuscritos calcinados, continuó preguntándose —ahora ya sin sentido alguno— si era más preciso decir que había sido el fuego o la llama.

 http://ximens-montesdetoledo.blogspot.com.es/

NOV103. EL CAMINANTE, de Nieves Torres Alonso de la Torre

La silueta del caminante se recortó contra el cielo rojizo y a Alma le dio un vuelco el corazón; por fin algo rompía la calma asfixiante del pueblo. El abrigo negro, raído y el sombrero de fieltro le daban a aquel hombre un aire misterioso.
El padre de Alma le sacó un plato de comida y le ofreció el pajar para descansar. Al caer la noche cargó la escopeta y trancó la puerta.
Los despertó, antes del amanecer, el estruendo del pajar al desplomarse envuelto en llamas. No había rastro del cuerpo entre las cenizas, sólo el sombrero calcinado. La falta de restos les confirmó el origen sobrenatural del vagabundo y la leyenda creció al mismo ritmo que la barriga de Alma.
Nueve lunas después, Alma parió un niño con el pelo rojo como el fuego y ya nadie dudó de que el mismo demonio los había visitado.
Alma, al recordar la noche en que le quitó al caminante el cigarrillo de los labios para besarlo, sonrió ante la imagen de sus dedos entre el vello rojizo de aquel pecho.
Poco después, tomó al bebé, lo envolvió contra su regazo y se fue lejos con él.

 http://nieves-debajodemisombrero.blogspot.com

NOV102. RELACIONES A DISTANCIA, de Mercedes Daza García

Ella sabrá lo que hace. Si viene o si va. Es consciente de lo que me molestan las cosquillas en los pies, su aliento helado en la nuca, el nuevo horario de visita… Y  nada, le da igual. Cuándo más  a gusto estoy en la cama, más disfruta. De sexo ¡ni hablar! Imposible. Me enciende como el fuego con sus jueguecitos de amante nocturna y luego, ni se deja tocar ni amanece a mi lado. Por no hablar de lo caprichosa que es, ahora me escondo, ahora aparezco. No gano para sobresaltos. Sinceramente, me tiene hasta las narices con tanto misterio.  Con esa  voz de ultratumba, qué  no hay quien la entienda. Mira que yo quiero a mi difunta esposa, pero se lo repetiré  hasta la saciedad… Cariño, ¡las relaciones a distancia no funcionan!

¡ OTRO JUEVES DE PLATA !

Hoy volvemos a confirmar el buen nivel de la familia ENTC con la noticia de que mañana, en la final semanal de RELATO EN CADENA (REC) convocado por la Cadena Ser y la Escuela de Escritores contaremos con… ¡doble representación, de nuevo!:
  Paloma Hidalgo y Mar Horno estarán en la final semanal.
Os recuerdo que el programa en directo será mañana jueves a las 17, 30 en horario peninsular español… estaremos atentos y apoyando.
¡Enhorabuena a las dos y SUERTE!

NOV101. 31 DE ENERO DE 2011, de Elena Urbano Sojo

Cogí mi chaqueta y supe que el momento había llegado. Miré a mi alrededor sabiendo que siempre recordaría aquel dormitorio, tan familiar y tan seguro. Maldije la realidad de la vida por obligarme a irme tan lejos a buscar aquel trabajo. Entré en el salón y vi a mis padres de pie esperándome. Abracé a mi madre muy fuerte, quería impregnarme de su olor y llevarlo conmigo. Con la voz apagada me dijo: “ abrígate que allí donde vas hace frío. Te quiero mucho”. Después igual con mi padre: “ estamos orgullosos de ti. Ya sabes que esta siempre será tu casa”. Yo temblaba: “ mamá, papá, os quiero”. Nos abrazamos llorando, las lágrimas ahogaron las palabras y nadie dijo nada más.
Comencé a nadar hacia la puerta mientras sentía que un calor me recorría por dentro como el fuego, las piernas me temblaban, tenía las manos sudadas, la maleta me pesaba demasiado y la cabeza me daba vueltas.
En la calle el aire frío me abofeteó, respiré y me dije: “ Ánimo, sigue adelante. El momento más difícil de éste viaje ya ha pasado”.

NOV99. PUNTO DE IGNICIÓN, de Nieves Martínez Menaya

“Tarde o temprano os lo demostraré”- añadió. Y Simplissimus cerró la portezuela.
Aunque tenue, un hálito de luna se había colado  por entre las rendijas de la contraventana y aquellos preciados frascos, alineados en el desorden crónico que acompañaba siempre  su scriptorium, debían  preservarse celosamente de la luz: eran fotones.
Aquella noche se disponía a iniciar el último capítulo de un libro al que había titulado escuetamente: “Conclusión”.
Buscaba hacía tiempo el origen de su perseverancia; su insobornable afán por devorar geografías; la altivez  de su rumbo. En algún lugar había escrito: “….el fuego es insolente, persevera,  irregular se impone, acecha, arrasa, se extingue y luego muere, pero nunca se olvida y el temor que genera es su victoria”.
Los había clasificado en largas listas manuscritas: el fatuo, el límbico, el eterno, el del beso huidizo, el que viaja desde el fondo del ojo y te abrasa en silencio; el que duerme en el cráter; el que aguarda en la antorcha los sueños del testigo o el que desciende al  árbol abrazándose al rayo…..
Pero hoy iba añadir un fuego nuevo. Y él quiso estar allí para contarlo. Siempre soñó ser punto de ignición.

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