Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

ANIMALES

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en ANIMALES

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el 5º de este año serán LOS ANIMALES. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
días
4
3
horas
1
2
minutos
1
4
Segundos
1
4
Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de AGOSTO

Relatos

MEI HA TRIUNFADO CON SU … LAPSUS

… y si lees esta noticia no creas haber llegado a un deja vu o haberte saltado las páginas hasta el pasado mes de octubre es que 
MEI MORAN
(de nuevo) 
ha ganado el concurso semanal del WONDERLAND que RNE 4 convoca conla Escola d´Escriptura de l`Ateneu Barcelones.
Podéis leer su LAPSUS si clikas AQUÍ…
Enhorabuena, MEI

ABR28. LA ARMADURA, de Susana Revuelta

El combatiente atraviesa victorioso el umbral de su fortaleza y contempla con admiración en el espejo el porte del vencedor. Durante varios minutos se recrea ufano con la imagen. ¡Cuántas conquistas logradas con esa vestidura! El sabor del éxito le despierta el apetito y su cerebro se anticipa al olor de los huevos con chorizo que esta noche se va a zampar.
Al quitarse el yelmo aparta la vista de su rostro, no reconoce esa mirada de cobarde. Se desprende de la coraza y frunce el entrecejo al descubrir su barriga peluda. Tampoco se identifica con ese cuerpo fofo y rompe de un puñetazo el espejo. Se está poniendo de muy mal humor… y ese pestazo… Pero no tiene ningún sentido seguir fingiendo, aquí en casa no necesita el disfraz.
Entra en la cocina y se le envenena el ánimo del todo al ver a la foca friendo unos salmonetes. Nunca imaginó que el matrimonio pudiera deteriorar así a una mujer. Y además, hoy no le apetece cenar pescado. ¿Tanto cuesta complacerle? Enfurecido por la afrenta, se da media vuelta y regresa al vestíbulo para desenvainar su espada.
Otra vez provocándole, la muy zorra. Pues ella se lo ha buscado.

ABR27. CABALLEROS SIN PRINCESAS, de Blanca Castañeda

Antidepresivos, ansiolíticos, vodka… un día detrás de otro dejando que la vida pasase de largo, ante sus narices y sin poder cambiar el papel para el que había nacido. Su historia era conocida por todos. Hubo un tiempo en el que los niños la escuchaban recostados en sus cunitas, mientras los mayores narraban los mitos que construían ese mundo de creencias compartidas.
No entendía nada.
Por más que recorría el mundo no daba con una sola princesa a la que rescatar. Las mujeres estaban ocupadas en sus quehaceres, en sus creceres perdón, y no deseaban que nadie las salvase de ningún peligro.
Al parecer habían aprendido a vivir sin miedo y eso las había dado un grado de libertad realmente interesante en su búsqueda de la felicidad.
De repente, alguien se acercó a su mesa redonda en el bar de carretera donde se encontraba en ese momento.
“Me invitas a una copa?” oyó.
”Claro ¿cómo te llamas?”, preguntó feliz.
Desde lo alto de unas plataformas del 45 y con una larga melena rubia cayendo sobre el hombro izquierdo escuchó: “Manolo, pero puedes llamarme Lola”.
El luminoso “Casa Arturo” hacía guiños sobre el dos caballos plateado que esperaba en la puerta.

bersoblanco.blogspot.com

ABR26. NUNCA MÁS VOLVERÉ A CREER EN CABALLEROS, de Carmen Aguado

Esa imagen de caballero perfecto se desvanece delante de mis narices, los días de flores, arrumacos y bombones se han perdido y nunca van a regresar. Se ha ido, él había prometido que nunca iba a volver a engañarme, pero lo ha hecho, y yo como una tonta confié en él. Se ha ido con la muchacha de trenzas rubias y aire risueño, y no me ha dejado más que una nota entre la lista de la compra. Doy un grito ahogado ¿qué hay de todas esas promesas de enamorado? Los recuerdos sólo sirven para alimentar el odio. Salgo de la casa que hemos compartido durante más de treinta años, nunca más volveré a creer en caballeros.

ABR24. ELOGIO DE LA LOCURA, de Ana de Urán

El gigante siente un hormigueo en la cicatriz de la mano izquierda, como cada vez que va a cambiar el tiempo. Le parece que la pequeña lanza de aquel hombre vuelve a abrirle la piel. ¡Aquel hombre!, el único que, por encima de las apariencias del mundo, fue capaz de verlo.

Cada vez que va a cambiar el tiempo y le hormiguea la cicatriz, el gigante cierra los ojos y vuelve a ver a su feridor, lanza en ristre y con el caballo al galope, rasgándole la mano al grito de: ¡Dulcinea!

ABR23. CABALLERO DE CLASE, de Miguel Ángel Cejudo López

Sé, tal y como he leído en los cómics, que debo defender a mi Señora de toda afrenta o ataque, y juro que aquel día lo intenté:
Ella, mi Señora, estaba en el rincón del patio donde suele ponerse con sus amigas a la hora del recreo cuando se acercó el malvado bravucón de la clase, junto a sus lacayos babosos. No se muy bien que es lo que pretendía pero estaba convencido de que algo malo tramaba, tratándose de la alimaña que es, pues a mí nunca se me acercó para nada bueno. Fiel a mi obligación y honor de Caballero acudí raudo para proteger a mi Señora e interceder por ella ante el bravucón. No llevo espada, todavía, pero se que mis palabras y mis razones son en exceso afiladas y pueden herir más que cualquier tizona. Poco más recuerdo, pues el trompazo del bravucón fue tremendo y debido a la caída me golpee la cabeza, perdiendo el conocimiento.
Me consta que mi Señora está orgullosa de mí, pues siempre que la veo junto a sus amigas y se percatan de mi presencia, se ríen y me señalan. Es evidente que mi hidalguía la hace feliz.

ABR22. HISTORIA DE MIL VIDAS, de Cristina González Prieto

Siempre amante de los relatos de cruzadas y aventuras, Morgan creció esperando que el destino cruzase su camino con la de un apuesto caballero de reluciente armadura que la protegiese y la amase por encima de todo. Más, destino cruel, hizo que se encontrara con un vil ser que fingiendo ser caballero le robó su corazón y huyó de aquellas tierras. Cada ciertos meses regresaba en las noches más oscuras para ver a Morgan, a la cual ilusionaba para después volver a dejar desolada con su partida. Morgan le odiaba y amaba a la par. Intentaba mantenerse fuerte en su ausencia, en pie por todo ese odio que sentía por haberse creído todas sus mentiras. Pero, cuando estaba ante su presencia el calor del retorno de su corazón le nublaban la razón y aun a sabiendas que el volvería a partir sin previo aviso llevándose consigo su bien más preciado, ella no podía evitar seguir enamorada.
Así fue durante años y años hasta que un día el cielo se cubrió de negro y comenzó a llover. Morgan sabía que no podía seguir esperando el retorno de su corazón por que el jamás lo permitiría. Tampoco podía esperar que un ladrón sin alma se convirtiera en un noble caballero. Así fue como decidida a no sufrir más se marchó para no volver, sin ilusión de lo que le depararía el destino ahora.

ABR21. EL CABALLERO DE DRAGÓN, de Paloma Casado Marco

Darik llegó desde las Tierras Ígneas, era un Caballero de Dragón. Cuando encontró a Runa vendiendo collares de lluvia en la Plaza Mayor de Alanda, supo que su destino estaba escrito en la pupila de esos ojos grises. Ella no pudo resistirse al magnetismo del pelirrojo extranjero que la observaba.
Fueron días de felicidad, pero pronto, las fiebres amarillas que asolaban el país, consumieron la alegre entereza de ella. El contempló impotente como su amor agonizaba en el lecho compartido.
Desesperado, quiso cambiar el orden del tiempo y a lomos de su dragón, emprendió un viaje alrededor del mundo en sentido inverso a su traslación.
Al regreso de la primera vuelta, encontró a Runa con los primeros síntomas de la enfermedad mortal. Fue en la segunda cuando se encontraron por primera vez en la Plaza Mayor de Alanda. Entonces emprendieron juntos un nuevo y definitivo viaje.
Algunas veces, en las noches de verano, se puede observar una luz que recorre lentamente el cielo. Es el fuego del dragón, sobre el que vuelan los amantes en su eterno tránsito entre las estrellas. Nunca se acercan a la tierra, para que la muerte no pueda alcanzarles.

ABR20. ESCAPADA, de Ginette Gilart

En la puerta de la librería Sancho Panza, dos caballeros esperaban pacientemente que abriera la tienda. Tenían un aspecto extraño, vestían ropas pasadas de moda, como de otra época. Cuando llegó la dueña, se quedó perpleja y un poco asustada.
-¡ No temáis noble dama! Sólo andamos buscando un tal Alonso Quijano. Nos dijeron que aquí nos darían amplia información.
Al entrar en el local, miraban sorprendidos las estanterías repletas de libros.
-¡Allí está!-exclamó uno de los caballeros- enseñando un libro expuesto en un atril, en la tapa el dibujo del Quijote y su escudero Sancho Panza.
-Bueno, sí- dijo la dueña, un poco temblorosa- en este libro conoceréis su vida y milagros.
Al decir eso vio, a través de la cristalera, acercarse dos hombres con bata blanca en ademán de entrar.
– ¡Hermanos Cervantes!, os tengo dicho que no podéis traspasar la verja del recinto. ¡Vámonos!, el carruaje nos espera a la vuelta de la esquina.

ABR19. PACTO ENTRE CABALLEROS, de Fernando da Casa de Cantos

Un fuerte apretón de manos fue suficiente. No hizo falta más. Como ya ocurriera entre sus bisabuelos, sus abuelos y sus padres, la tradición continuaría. Nada por escrito, ningún papel. No era necesario. Era peligroso. Su propuesta habría ofendido al receptor, incluso habría mancillado al oferente. Un pacto entre caballeros no permitía tales liberalidades.
-“Me alegro de que todo siga igual, William”.
-“Por supuesto, Antoine. No se debe cambiar lo que funciona bien… Que siga así por muchos siglos”.
Ambos caballeros apuraron sus copas de cognac, antes de que una guapa y sumisa mulata les anunciara que la cena estaba servida. El calor pegajoso y dulzón que inundaba Nueva Orléans en aquella época del año se haría más llevadero si los dos personajes más influyentes de aquella civilizada sociedad seguían estando de acuerdo. La esclavitud en los inmensos campos de algodón de Luisiana seguiría inalterable. Aquel liberto que hostigaba a las masas de míseros esclavos, prometiéndoles una vida mejor, sería ejecutado. Acusado de robo en casa de Antoine Crozat, el mayor traficante de esclavos del Estado. Lo ratificaría Sir William Clairbone, Gobernador. Era un pacto entre caballeros.

ABR18. ELLA ERA UN CABALLERO, de Lorena Jiménez Justicia

Ella era un caballero: me escribía bellas palabras de amor, me cuidaba cuando lo necesitaba, afrontaba peligros por mí. Si estaba triste, me animaba con su risa, si me ofendía, me regalaba una flor, si me atacaban, ella salía en mi defensa.
Creó un mundo en que no existía el rencor ni el odio. Ayudaba a quien lo necesitase, escuchaba, luchaba contra las injusticias. La llamaban loca, pero era un caballero. Esa mujer no necesitaba ser salvada, de hecho, fue ella quien me salvó a mí, pero yo la ofendí y ahora es un caballero herido que, cual Aquiles, vive encerrada, presa de su ira, y ya no quiere luchar. He privado al mundo de su mayor heroína y, si yo fuese un caballero, me clavaría una espada en el pecho, pero el caballero era ella. Yo soy un ser cobarde, egoísta, mezquino y miserable.

Nuestras publicaciones