Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SERENDIPIA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en SERENDIPIA

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LA SERENDIPIA. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
días
0
9
horas
0
4
minutos
2
6
Segundos
4
3
Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE NOVIEMBRE

Relatos

MAR80-A. UNA TRISTE REALIDAD, de Francisco J. Sánchez Mira

Julia andaba de forma pausada, sin prisas, parecía pensativa y triste, las manos sobre el pecho, en sus labios, en apenas un susurro, una oración. Realmente, pensaba, no tenía una necesidad imperiosa por llegar. ¿Para qué correr si en definitiva siempre iba a ser lo mismo? Además, desde donde estaba veía perfectamente que seguía sin haber acuerdo, no parecía que se fuese a solucionar en ese día del año 2084 ¿Y en qué se había cambiado? Tenía setenta y ocho años, cincuenta y tres desde que llegó a la congregación. ¡Y nada había cambiado! Una pesarosa mirada a la vieja chimenea de la Capilla Sixtina la devuelve a la realidad, es un hecho, el mundo… tiene otro PAPA.

MAR79. VERNE-VISION, de María Elejoste Larrucea

Rosario, México, 23 de Mayo de 2084. Hoy, a petición de mi padre comienzo este diario. Esta tarde nos ha desvelado lo que lleva tanto tiempo ocultándonos. Es el mayor estudioso de la obra de Julio Verne y de niño me fascinaba los cuentos con los que nos sumergía dentro del Nautilus. De joven cuando dimos la vuelta al mundo en 80 días, y luego en 80 horas, y en 80 minutos… qué locura… Y claro, al cumplir los 18 que nos llevó de fiesta sorpresa a la Luna… Cuando descubrieron la entrada al centro de la tierra todo cambió. Musitaba que solo faltaba uno, solo uno. Se encerró durante un año interminable en su despacho con cientos de ordenadores simulando Dios sabe qué… Después se emperró en que aprendiésemos supervivencia extrema, a plantar semillas, a navegar, en fin, cosas del siglo pasado. Al principio fue divertido, pero el día que insistió en venirse a México y comprar un barco, pensamos que el pobre no estaba bien… Hoy me ha demostrado que mañana se cumple la predicción. Hemos dudado sobre cómo bautizar al navío: unos decían Adán, otros Noé, papá insistía en Verne. Al final todos hemos aceptado “eternidad”.

MAR78. REVELACIONES, de Ana Fúster

Tras haber visto una antiquísima película de finales del siglo veinte y haber releído unos artículos publicados en prensa en el ya remoto 2012, el ingeniero de realidad virtual Juan Mukanda Yu había retomado la hipótesis de trabajo, largo tiempo olvidada, de que lo que llamamos mundo es una simulación informática. Aquella noche de otoño de 2084, iluminado por la leve fosforescencia de su multipantalla 3D, que flotaba como un planeta azul y translúcido frente a sus ojos, logró aislar la secuencia primigenia de comandos de la que emanaba todo, y tuvo la certeza de que Dios había sido un ingeniero informático. Bastante chapucero, por cierto.

RELATO FUERA DE CONCURSO, YA QUE SU AUTORA ES JURADO ESTE MES

MAR77. EL SALMO, de Jone Miren

Estaba desesperado. Tenía una crisis de identidad aguda. De repente se vio inmerso en un mundo tan desconocido como solitario y entro a formar parte de esa comunidad tan desprestigiada llamada soledad. La vida ya no era la misma, la ciudad ya no era la misma. Todo había cambiado abruptamente. Es el daño colateral que conlleva el haberse olvidado del código pin. Sin ese código, ninguna puerta se abriría ante él. Sus amigos sólo existían detrás de esos cuatro dígitos que no podía recordar. Era imposible comunicarse con nadie, su campo estaba desierto, lo había perdido todo. Intentó recordar las palabras exactas que decía su madre cuando no encontraba las llaves de casa. Era algo así como una plegaria, una invocación. Se arrodillaba, juntaba sus manos, cerraba los ojos y musitaba palabras fervorosas. Él se reía al verla en ese estado reflexivo y místico. Le resultaba extraño y hasta casi tonto, pero la realidad es que las llaves siempre aparecían. Así que hizo lo mismo, se puso de rodillas, abrió el viejo misal de su madre y leyó el salmo 2084.

MAR76. (sin título), de Marcos Santander Llona

Estábamos a punto de celebrar cien años desde la Gran Inversión. A 1985 le quedaban pocas fechas en sus adentros, e íbamos a iniciar 1984, origen y previsible final del periodo conocido como Gran Hermandad que los bisabuelos de nuestros tatarabuelos habían desarrollado para bienestar, orden y mejor estructura de aquel caos que decían había reinado en la casi totalidad del siglo XX.1

En los primeros años de aquel periodo hubo de soportarse movimientos contrarios a la Fundación y luchas que, afortunadamente, fueron neutralizadas a pocos años del inicio. A partir de dicha acción se vivió un perfecto, agradable y próspero segundo periodo que constituyó el núcleo central de aquella era prodigiosa. La población prole no había conocido nada mejor desde hacía muchos años. Únicamente, desde apenas diez años, habían comenzado movimientos contrarios a la Gran Hermandad que reivindicaban particiones en las tres vastas zonas en las que se dividía la Tierra, propugnando entrada en otros diferentes periodos de organización social propios del primer paso, ascendente, del siglo XX.

En cuestión de pocos años más entraríamos en aquel periodo que, a decir de los intelectuales proletarios del mundo, habría sido el tiempo de mayor abundancia de ideas distintas y de caos.

MAR74. PESADILLA, de Andrés Rodríguez Gimeno

Ángela se sobresaltó. Abrió los ojos y rápidamente dirigió su mirada a su marido; observó cómo, ajeno a su desvelo, dormía plácidamente. Le dio un beso y lo abrazó. Se secó el sudor de la frente y suspiró : «Vaya bobada, cómo iba a acuchillarlo, con lo que le quiero«; tan sólo había sido un mal sueño…otra vez más. Ángela se relajó y se durmió

Al rato, de nuevo se despertó. Como las últimas noches, la pesadilla se le repetía. Agitada y con la boca seca, Ángela encendió la luz de la lamparilla y se tomó un vaso de agua, que habitualmente tenía sobre la mesilla. Fue entonces cuando, aterrada, vio un cuchillo en el pecho de su esposo y sus propias manos ensangrentadas. Se esforzó por poder despertarse de esa horrible y recurrente pesadilla , que no paraba de atormentarla. Pero esta vez le resultó imposible: Ya lo estaba.

MAR73. MEDICACION PARA LA VEJEZ, de Claudia Elcira Díaz

Tengo en mis manos una carpeta que era de mi padre, el fue medico. Cuando fallecio yo guarde todos sus papeles. Pero con el tiempo yo tambien me recibi de medico. Entonces mi curiosidad fue mirar sus papeles de medicina que a lo mejor habia algo interesante que me podria ayudar a mi.
¡Asi fue!…en uno de ellos dice del ser humano 2084 que pudiera valerse por si solo en su vejez, me parecio hasta gracioso, pero… en una parte de este escrito me emocione y mis lagrimas corrian por mi rostro como si tuviera un rio que parecia inundar hasta mi cuerpo. Esta emocion se debe porque en este escrito queria inventar una medicacion que pudiera resolverse este problema. Segui leyendo…y que habia muchos que no tenian paciencia para atender a los ancianos y otros si, y salvarlos de esto. Pero esto quedo asi, inconcluso, porque el fallecio. ¡Pero ahora!…¡estoy yo!.. para resolverlo.Espero tener un resultado satisfactorio,y si no se logra,les voy a pedir a todos que tengamos paciencia y coloquemos nuestro amor porque todos vamos a llegar a ser ancianos, si la vida no se termina antes de lo pensado.

MAR72. PUNTO ROSA TRES-DÉ, de Nieves Martinez Menaya

El vapor de la prisa se expande como una nube incierta que penetra en un desierto de miradas. Tokyo. 2084. Avenida 714 con la 62. Procesiones ingentes de silencios deambulando sin destino aparente transitan como hormigas perdidas con párpados cansados que apenas se sostienen. Sólo el tren que vomita los despierta con su canto marchito anunciando paradas. El neón, exultante, te invita desde el cielo con gestos y promesas. Y tú accedes.

He olvidado mi nombre y ya no sé del olor de la carne. Hoy necesito recordarme en mi cuerpo y llevo unas monedas. Busco una de esas cabinas rosas y voy al Menú Opciones : “Sudor I , sudor II , sudor III…. satén, seda, algodón….” En las Sex- Point hay más gente esperando, pero hoy no tengo tiempo.
Vuelvo a casa algo más relajado. Ese abrazo virtual “ Algodón, lavanda, nuca, 3 minutos…”,
me ha hecho recordar esa boca almendrada que se cruza conmigo en la oficina.
Esta noche , los “Reponedores de Fluidos” tienen mucho trabajo; mañana es sábado y habrá mayor demanda, aseguran. Volveré. Con más tiempo, sin duda

MAR71. LÁGRIMAS VERDES, de Yolanda Nava

“A las once de las noche en el Planetario, disfrazados con atuendos futuristas”. Me inquietó el modo en el que íbamos a celebrar el encuentro de antiguos alumnos, pero viendo quien firmaba la invitación lo entendí todo: Rufino, el número uno de nuestra promoción que al parecer sigue con su pasión por el espacio. Llego puntual, visto un traje plateado con antenas y todo, al que he colocado un dispositivo digital a la altura del pecho que escanea imágenes: insuperable. Concentrado en la imposible tarea de reconocer a mis colegas, no veo acercarse al ser que palmea mi espalda y me alarga una mano verdosa de tres dedos, sus ojos alargados me miran inquisitivos, mientras su voz metálica me anuncia que es Rufino. Me comenta que ha estado escribiendo un libro, que hoy ha puesto “fin” en la página 2084. Inicia un apasionado discurso sobre la fusión humano-espacial que me aburre. Estoy concentrado en la autenticidad de su disfraz. Harto de que siempre me supere en todo me lanzo sobre su cara, tiro fuerte para quitar esa careta tan perfecta, él grita diciendo que le deje en paz, que le hago daño. Y lágrimas verdes ruedan por sus escamosas mejillas.

MAR70. LA COLECCIÓN, de Blanca Oteiza Corujo

Una tarde más, Prudencio se sentó en la mesa con su caja, esa de cartón desgastado que cuidaba como un tesoro. Tras acomodarse y mirar un rato por la ventana abrió la tapa y comenzó a sacar uno a uno los posavasos que guardaba en su interior. Los había coleccionado durante años, traídos de las más variopintas discotecas y locales de moda pasajera. En ellos podían leerse los nombres más horteras que uno puede imaginar, en fondo de vivos colores y sugerentes decoraciones como palmeras, dioses e incluso mujeres bailando ligeras de ropa. Los fue acumulando poco a poco sin darse cuenta que había formado una larga colección. Ahora no sabía muy bien qué hacer con ellos, pero le daba pena desprenderse de su mayor tesoro entre aquellas paredes impersonales de la residencia. Así cada tarde sin mucho más que hacer los sacaba y los colocaba encima de la mesa mientras recordaba tiempos mejores. Uno, dos, tres, y así los iba contando uno a uno hasta el último, el 2084.

MAR69. TIEMPO FUTURO (HOMENAJE A ORWELL), de Raúl Ariza

Justo en el instante en el que cerró la nota con un adiós lacónico y aislado comenzó a temblar. Fue al darse cuenta de que tras el punto final ya no quedaba pretexto que le atase al presente, ni excusa que le sirviera para dilatar su marcha. Aún así, en un gesto reticente, se asomó a la única ventana del escaso apartamento; un inmueble espartano, apenas un cubículo ralo y feo; y vio como la noche se abalanzaba sobre unas calles asustadas. Al tiempo que las sirenas enmudecían, el humo espeso y algo turquesa que exhalaban las chimeneas de las mil fábricas lo emborronaba todo hasta hacerlo espectral. Él pegó la cara al cristal, frunció la vista y miró atento por entre medias de la bruma. No consiguió verla. Luego se subió a la silla y se anudó la soga.
Cinco minutos más tarde Julia llegó turbada por la prisa y con el latido en un brinco. El toque de queda le había pillado en plena travesía y había tenido que esconderse entre las ruinas hasta que las patrullas cesaran su inspección. Ese y no otro fue el motivo de su retraso.

http://elalmadifusa.blogspot.com

RELATO FUERA DE CONCURSO, YA QUE SU AUTOR 
FORMA PARTE DEL JURADO EN ESTE MES

MAR68. PULSO, de María Isabel Martínez Díaz

40, 41,42. Todo ha sucedido demasiado rápido, vi la pelota ¿cruzó el niño tras ella? No sé, todo está borroso.

217. ¿Cuántas vueltas fueron? El coche parece destrozado. Amasijo de hierros afilados. Dicen que no hay que perder la consciencia, mantenerse despierta. La cabeza fría, números, necesito números, contar. 218

523. Extraño, no me duele nada, sin embargo, no puedo moverme. Ruidos. Creo que vienen a rescatarme. Resistiré un poco más.

1002. Lástima, llegaré tarde al aniversario. Estarán esperando impacientes, iba a ser una sorpresa para mis padres. Bueno, lo entenderán… ¡Tengo tanta sed! Siento la boca seca. Voces extrañas se mueven alrededor. Creo que alguien llora ¿tal vez sea yo? Todo es tan confuso. Alerta, 1003…

1375, 1376. Contando, sigo despierta. Suenan sirenas, las escucho demasiado lejos. Todo está lejos. Me tiemblan las manos, no puedo pararlas. Más números, continuo, aguanto…1377

1935. Tengo frío ¿Habrán llegado todos a la fiesta? Mis hijos estarán allí, ¡son tan pequeños! ¡Qué será de ellos! ¿Hoy los recogían los abuelos, o debía ir yo? ¿Venían conmigo? La memoria me falla…no, no. Debo dominarme, seguir contando. Despejada, mi mente despejada, por ellos, mi mente…por ellos. Algo tibio resbala por mi cuerpo helado.1936…

2084.

www.tenemosmuchocuento.es

Nuestras publicaciones