Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

ANIMALES

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en ANIMALES

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el 5º de este año serán LOS ANIMALES. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de AGOSTO

Relatos

FEB33. INMORTALIDAD, de Marta Trutxuelo García

Dorina atravesó la calle comercial y su imagen desfiló delante de las tiendas, colándose entre los vestidos de moda, bajo la mirada inmóvil y celosa de los maniquíes. Al acceder al portal cautivó con su mirada felina a un vecino que, ante tal visión, lamentó abandonar el inmueble. Antes de pulsar el timbre Dorina sacó un espejito del bolso y guiñó un ojo a la chica que le sonreía desde el vidrio.
Aún debía esperar unos minutos. Paseó por la estancia, decorada con imágenes en blanco y negro: una melena danzando al viento, aquellas manos heridas por el trabajo, esa mirada de sorpresa… Todas salpicadas de una nota de color rojizo. ¿Pasaría ella también a formar parte de aquel olimpo de retratos? Ella, apenas una aspirante a modelo.
Él la invitó a sentarse y le dijo: “La cámara te inmortaliza pero te recuerda que eres mortal”. Dorina no comprendió entonces sus palabras porque observaba, hipnotizada, cómo el fotógrafo elegía el objetivo, procedía a encuadrar, enfocar y… disparar.
La instantánea resultó perfecta: los ojos rojos, efecto del flash, se corrigieron en el ordenador; la nota de color sangre, efecto del disparo, reveló a una Dorina gris el significado de aquellas palabras.

FEB32. EL ESPEJO, de Margarita Clemares

No era un fantasma quien surgió del vapor del agua caliente. Era mi imagen, la primera del día. Esa que cada mañana me costaba reconocer, esa que me estremecía ya por cercana, ya por lejana. Me había acostumbrado a no mirarla, aunque a veces no podía evitar echar una mirada de reojo para comprobar que seguía ahí, torturándome, arañándome lágrimas de unos ojos ya secos. Una mañana, la niebla del espejo se resquebrajó como el hielo en invierno y la imagen no apareció. Tampoco la eché de menos. Me había acostumbrado a ignorar su presencia. Pero ese día noté que había en mi pecho un agujero que a pesar de la ropa no conseguía tapar. Y al final añoré la imagen, una imagen que me negaba a reconocer como mía pero sin la que no podía seguir viviendo.

FEB31. RETRATO ETERNO, de Antonio Nieto Díaz

A pesar de que amaba la vida por encima de todo, un día de invierno se fue para siempre. No tuve  consuelo del exterior; sus cosas, sus vestidos y su perfume acamparon por toda la casa tal y como las dejó como esperando su vuelta.
Los años pasaron y sus pertenencias desaparecieron de mi entorno; tan solo quedó su imagen en mi mente y el retrato que le hice pocos meses antes de su marcha. Ella permanece joven en esos  vivos colores  al óleo. Me mira con su  eterna  sonrisa que inunda mi ser. No acierto a comprender  por qué yo envejezco y ella no

FEB30. ENTRE POLVO Y MARAÑAS, de Érika González Leandro

Hace un mes y tres días que solo soy un ovillo de lágrimas. No tengo nada en la nevera y aunque no quiera tengo que salir a por comida. Mis primeros pasos son débiles y vacilantes pero pronto consigo andar de forma segura, me alegra ver que al menos algo de mí sigue firme. De regreso, me detengo en el banco de un parque y pese al cambio de escenario, vuelvo al polvo y a las marañas de mi mente. Ante mis ojos, un grupo de niños que espolvorean sonrisas que se pierden en medio de las nubes. Por momentos oigo sus voces, alegres y ajenas al mundo que les rodea. Uno de ellos se cae y llora desconsoladamente, tiene las rodillas raspadas y la sangre le sale a borbotones. Su madre quiere llevárselo pero él, sin querer perder ni un minuto de juego, se suelta de la mano y vuelve a los columpios sin miedo a volver a tropezar. Me voy a casa con ese retrato en la cabeza, sé que estoy herida como las piernas del niño, aun así nadie me quitará la ilusión de subir de nuevo al amor.

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FEB29. RETRATO DE MUJER HERIDA, de Mª José Baña

Atrapa golosamente mis labios con la avidez de un sediento.Su mano baja jugueteando por mi cuello, se para en mi pezón, alcanza mi ombligo, se acerca a mi sexo…
-¿Dónde has puesto mi polo negro?Tengo cena con un cliente a las ocho.
Furiosa, clavo los ojos en el espejo.En mi retrato se ha dibujado un trazo amargo en la boca.Me borraría un ojo, me aplastaría la nariz, me rayaría el pelo y tacharía con una cruz esa cara de extraña que debo de ser yo¿Un cliente?Una burda excusa sacada de las películas.Ni siquiera me merezco una mentira original….
-Toma, aquí tienes el polo negro y no vuelvas tarde.

FEB27. RETRATOS DE MUJERES, de christine-kistila Cleret de Langavant

Hay fuentes que austeras barbotean comentarios piadosos y tan avaras que el musgo invade sus pilones ¡Quien quisiera sentarse en sus fríos brocales!…
Otras fuentes al contrario son alegres como campanillas y sus voces cristalinas encantan el oído, el mas mínimo turista desea sus pies mojar ¡Y la espuma de las enaguas florece en los brocales!…
Quien no conoció fuentes lánguidas y nostálgicas con una voz tan trémula que hacen nacer la tristeza en el transeúnte ¡Nadie se atreve en rozar sus sensibles brocales!
Quien no sueña conocer estas fuentes como orientales cautivas, con sus pelos-algas desparramados sollozan y fabulan en su idioma bárbaro ¡Mucho tiempo nos quedaríamos alucinados a la vera de sus extraños brocales!

Hay mujeres que son fuentes de vida o fuentes de incordio, fuentes de inspiración o de desesperación…

FEB26. AMARGOS RECUERDOS, de Gloria Arcos Lado

La anciana se enfrentó a la imagen del retrato, que le traía a su memoria viejos recuerdos, con autoridad, casi con altivez y desprecio.
Y es que, cada vez que contemplaba la imagen del bello joven, venían a su recuerdo tiempos felices, pero también una punzada de dolor insoportable.
Por eso, cuando esto sucedía, intentaba apartar estos recuerdos de su memoria, agitando la cabeza para hacer que desaparecieran definitivamente de su mente y de su vida.
Aquel hermoso retrato de Oscar, enterrado entre trastos viejos en el último rincón de la buhardilla, era para ella la memoria viva de la bella historia que pudo ser, y no fue.
Había decidido desterrarlo allí, al lugar más alejado de la casa, para no tener que recordar aquel lejano día de 1970, cuando humillada y rodeada de sus invitados, abandonó la Iglesia, donde le esperaba ansiosa para darle el sí quiero, al percatarse que nunca vendría.
Sin embargo, se había negado a quemar el cuadro, ya que cuando la soledad y la nostalgia le apremiaban, se dirigía en secreto al desván, para evocar sola sus antiguos amores.

FEB25. ESTAMPAS, de Susana Revuelta

Vestida con el traje oscuro de acudir a los oficios dominicales y con el cabello recogido en un moño, quiso Francesca quedar inmortalizada para el retrato. A pocos metros de ella, un canoso señor Romanelli abrazaba a su bronceada esposa, con el azul del Mediterráneo al fondo. Unas filas más allá, el joven Giovanni saludaba sudoroso a lomos de su caballo. Todos sonreían.
Aunque era agosto y el sol hacía humear el asfalto de las estrechas avenidas, sentí un escalofrío. Peor aún fue al llegar a la zona reservada para los bambini. La pequeña Isabella, con sus coletas despeinadas y su blusa de princesa, miraba burlona a la cámara. A su lado, unos mellizos diminutos envueltos en un lienzo blanco aparecían retratados inertes. Ya muertos.
Era la isla de San Michele, en la bahía de Venecia. Altos cipreses ocultaban en su interior el camposanto de la ciudad, guardando cientos de sonrisas apagadas para siempre.

FEB24. EL RETRATO, de Maria da Gloria Jesus de Oliveira

No sé quién lo puso allí. El caso es que me dio escalofríos. En la vieja casa, nadie sabía qué era lo que, a la que pertenecía, y desde cuándo. Todo parecía inmortalizado. Nada fue cambiado de lugar. Y eso era lo que más me molestaba. Me estaba siguiendo a mis pasos. A veces hasta me sentía su aliento fétido. Tonterías, por supuesto. El sentimiento de descontento crecía, me impedía pensar en otra cosa. Él siempre, él siempre. Un día, agarré un hacha y comencé a golpearlo. Saltó pedazos de vidrio, de papel, de pared. Y el polvo nublando los ojos. Luego lo perdí. Ya no era el cuadro, pero él estaba allí, en el mismo lugar, cubierto de sangre.

FEB23. DIME QUE QUIERES, de Nani Canovaca López

Últimamente cuando limpia o mira el retrato, observa algo que la inquieta y que al mismo tiempo la sobrecoge. Le dan ganas de quitarlo, aparcarlo y olvidarlo, pero es lo único que de ella tiene y que hasta ahora le recordaba el verdadero amor. Esta vez y al mirarlo de nuevo con cierto desasosiego, presiente que algo le quiere decir y le grita mientras lo golpea con el puño: “Di que me quieres decir coño, dímelo ya o me volveré loca”.
No sabría decir cuánto tiempo estuvo gritando y aporreando el cuadro. Lo que la hizo reaccionar fue una sombra que aparecía más nítida que otras veces, tras la querida imagen y que entraba por una puerta que parecía ser la del desván.
No se atreve a subir sola y se dirige al cuartelillo, allí la conocen y les cuenta que le está pasando. Es muy extraño todo pero deciden acompañarla. Con recelo suben. Detrás de la puerta está el viejo baúl que fue de su padre, fuerzan el candado y encima de todo encuentran un sobre cerrado y dirigido a la policía. En el interior, una nota donde se confiesa autor de terrible crimen.

 http://misrelatosyotrascosas.blogspot.com.es/

LOS 40 DÍAS… Y 40 NOCHES

Tenemos un calendario intenso para los próximos 40 días… Para que vayáis haciendo un hueco en vuestra agenda os adelantamos algunas citas (alguna es aún provisional) que no deberíais perderos…

En unos días… resultados de los relatos del mes de enero

Lunes 4 de febrero… comunicado de relatos repescados de la 2ª edición

Viernes 8 de febrero… comunicado de los 10 relatos mejor valorados en la 2ª edición.

Jueves 14 de febrero… premio mejor relato-homenaje de enero 2013

Sábado 23 de febrero (23F)… en directo, a través de chat, fallo final de la 2ª convocatoria de ENTC.

y sábado 16 de marzo, en la librería Sancho Panza de Cabezón de la Sal (Cantabria) presentación pública y lectura de la edición “Esta noche te sueño

Iremos confirmando sobre la marcha…

FEB22. MEMORIAS, de Eva García Martín

No se reconocía en ninguna de aquellas fotos sepia, ni en las de blanco y negro, ni siquiera en las de color. Escrutó ansiosamente todas las caras encerradas en el grueso álbum, buscándose desesperada.
No era aquel bebé con puntillas, no era aquella niña con vestido de organza. No era la colegiala uniformada de gris, ni la joven vendedora de la foto de empresa: no aquella novia radiante, no aquella madre sonriente, ni la mujer madura que aparecía en diversos paisajes y escenarios. Ni siquiera esa abuela que soplaba las velas rodeada de gente con gorritos de papel.
Los años habían volado, pasando de puntillas por su vida, sin dejar rastro de su verdadera imagen.
Con un bufido lanzó al suelo aquella historia ajena y miró el espejo del tocador. Ella seguía allí, dentro, asomada a sus ojos, devolviéndose la mirada.
Buscó papel y lápiz en el escritorio y comenzó a garrapatear febrilmente. Tenía pendiente hacer el único retrato fiel de si misma y de su paso por la vida.
Y no sólo el tiempo jugaba en su contra…

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