Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

BLANCO Y NEGRO

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en BLANCO Y NEGRO

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán relatos que desarrollen el concepto BLANCO Y NEGRO. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
30 DE DICIEMBRE

Relatos

MAR72. PUNTO ROSA TRES-DÉ, de Nieves Martinez Menaya

El vapor de la prisa se expande como una nube incierta que penetra en un desierto de miradas. Tokyo. 2084. Avenida 714 con la 62. Procesiones ingentes de silencios deambulando sin destino aparente transitan como hormigas perdidas con párpados cansados que apenas se sostienen. Sólo el tren que vomita los despierta con su canto marchito anunciando paradas. El neón, exultante, te invita desde el cielo con gestos y promesas. Y tú accedes.

He olvidado mi nombre y ya no sé del olor de la carne. Hoy necesito recordarme en mi cuerpo y llevo unas monedas. Busco una de esas cabinas rosas y voy al Menú Opciones : “Sudor I , sudor II , sudor III…. satén, seda, algodón….” En las Sex- Point hay más gente esperando, pero hoy no tengo tiempo.
Vuelvo a casa algo más relajado. Ese abrazo virtual “ Algodón, lavanda, nuca, 3 minutos…”,
me ha hecho recordar esa boca almendrada que se cruza conmigo en la oficina.
Esta noche , los “Reponedores de Fluidos” tienen mucho trabajo; mañana es sábado y habrá mayor demanda, aseguran. Volveré. Con más tiempo, sin duda

MAR71. LÁGRIMAS VERDES, de Yolanda Nava

“A las once de las noche en el Planetario, disfrazados con atuendos futuristas”. Me inquietó el modo en el que íbamos a celebrar el encuentro de antiguos alumnos, pero viendo quien firmaba la invitación lo entendí todo: Rufino, el número uno de nuestra promoción que al parecer sigue con su pasión por el espacio. Llego puntual, visto un traje plateado con antenas y todo, al que he colocado un dispositivo digital a la altura del pecho que escanea imágenes: insuperable. Concentrado en la imposible tarea de reconocer a mis colegas, no veo acercarse al ser que palmea mi espalda y me alarga una mano verdosa de tres dedos, sus ojos alargados me miran inquisitivos, mientras su voz metálica me anuncia que es Rufino. Me comenta que ha estado escribiendo un libro, que hoy ha puesto “fin” en la página 2084. Inicia un apasionado discurso sobre la fusión humano-espacial que me aburre. Estoy concentrado en la autenticidad de su disfraz. Harto de que siempre me supere en todo me lanzo sobre su cara, tiro fuerte para quitar esa careta tan perfecta, él grita diciendo que le deje en paz, que le hago daño. Y lágrimas verdes ruedan por sus escamosas mejillas.

MAR70. LA COLECCIÓN, de Blanca Oteiza Corujo

Una tarde más, Prudencio se sentó en la mesa con su caja, esa de cartón desgastado que cuidaba como un tesoro. Tras acomodarse y mirar un rato por la ventana abrió la tapa y comenzó a sacar uno a uno los posavasos que guardaba en su interior. Los había coleccionado durante años, traídos de las más variopintas discotecas y locales de moda pasajera. En ellos podían leerse los nombres más horteras que uno puede imaginar, en fondo de vivos colores y sugerentes decoraciones como palmeras, dioses e incluso mujeres bailando ligeras de ropa. Los fue acumulando poco a poco sin darse cuenta que había formado una larga colección. Ahora no sabía muy bien qué hacer con ellos, pero le daba pena desprenderse de su mayor tesoro entre aquellas paredes impersonales de la residencia. Así cada tarde sin mucho más que hacer los sacaba y los colocaba encima de la mesa mientras recordaba tiempos mejores. Uno, dos, tres, y así los iba contando uno a uno hasta el último, el 2084.

MAR69. TIEMPO FUTURO (HOMENAJE A ORWELL), de Raúl Ariza

Justo en el instante en el que cerró la nota con un adiós lacónico y aislado comenzó a temblar. Fue al darse cuenta de que tras el punto final ya no quedaba pretexto que le atase al presente, ni excusa que le sirviera para dilatar su marcha. Aún así, en un gesto reticente, se asomó a la única ventana del escaso apartamento; un inmueble espartano, apenas un cubículo ralo y feo; y vio como la noche se abalanzaba sobre unas calles asustadas. Al tiempo que las sirenas enmudecían, el humo espeso y algo turquesa que exhalaban las chimeneas de las mil fábricas lo emborronaba todo hasta hacerlo espectral. Él pegó la cara al cristal, frunció la vista y miró atento por entre medias de la bruma. No consiguió verla. Luego se subió a la silla y se anudó la soga.
Cinco minutos más tarde Julia llegó turbada por la prisa y con el latido en un brinco. El toque de queda le había pillado en plena travesía y había tenido que esconderse entre las ruinas hasta que las patrullas cesaran su inspección. Ese y no otro fue el motivo de su retraso.

http://elalmadifusa.blogspot.com

RELATO FUERA DE CONCURSO, YA QUE SU AUTOR 
FORMA PARTE DEL JURADO EN ESTE MES

MAR68. PULSO, de María Isabel Martínez Díaz

40, 41,42. Todo ha sucedido demasiado rápido, vi la pelota ¿cruzó el niño tras ella? No sé, todo está borroso.

217. ¿Cuántas vueltas fueron? El coche parece destrozado. Amasijo de hierros afilados. Dicen que no hay que perder la consciencia, mantenerse despierta. La cabeza fría, números, necesito números, contar. 218

523. Extraño, no me duele nada, sin embargo, no puedo moverme. Ruidos. Creo que vienen a rescatarme. Resistiré un poco más.

1002. Lástima, llegaré tarde al aniversario. Estarán esperando impacientes, iba a ser una sorpresa para mis padres. Bueno, lo entenderán… ¡Tengo tanta sed! Siento la boca seca. Voces extrañas se mueven alrededor. Creo que alguien llora ¿tal vez sea yo? Todo es tan confuso. Alerta, 1003…

1375, 1376. Contando, sigo despierta. Suenan sirenas, las escucho demasiado lejos. Todo está lejos. Me tiemblan las manos, no puedo pararlas. Más números, continuo, aguanto…1377

1935. Tengo frío ¿Habrán llegado todos a la fiesta? Mis hijos estarán allí, ¡son tan pequeños! ¡Qué será de ellos! ¿Hoy los recogían los abuelos, o debía ir yo? ¿Venían conmigo? La memoria me falla…no, no. Debo dominarme, seguir contando. Despejada, mi mente despejada, por ellos, mi mente…por ellos. Algo tibio resbala por mi cuerpo helado.1936…

2084.

www.tenemosmuchocuento.es

MAR67. INCRÉDULO, de Isabelle Lebais

Todo comenzó la noche anterior y la situación se volvía a repetir por la mañana, el reloj corría en su contra y no les permitía moverse de allí hasta que no terminase con su ardua tarea y ya se estaba haciendo muy tarde.
Los tres, desde el quicio la puerta le miraban con diferentes actitudes, su hija mayor con lástima, su hijo esperando a la respuesta definitiva y su mujer con resignación.
Antonio seguía en su tarea sin levantar siquiera su mirada de la mesa, con total concentración y con un cuidado extremo para no confundirse.
Ya casi llegaba al final y una sombra de decepción recorría su rostro. Levantó la mirada para enfrentarse a los testigos que esperaban el resultado.
-2083, 2084, uff…
– ¿Y?
Le increpó su mujer con un tono de desesperación que no pudo ni quiso disimular.
– Teníais razón.
– ¡No!, ¡Dilo en alto!, ¡para que se te quede grabado en esa estúpida cabeza!
Le gritó su mujer completamente exasperada a punto de decir alguna que otra barbaridad más.
– Está bien… Hay la misma cantidad de lentejas, que antes de ponerlas a remojo.

CONVOCATORIA DEFINITIVA PARA LA PRESENTACIÓN DE ESTA NOCHE TE SUEÑO

EL SÁBADO PRÓXIMO, 16 DE MARZO…

Os proponemos 2 lugares y 2 horas distintas para reunirnos.

14,00 hs. COMIDA (hay cambio de lugar)
Restaurante de la Posada Cabrojo. En la salida 244 de la A8 (Salida Casar de Periedo y Virgen de la Peña) junto a la gasolinera, al otro lado de la vía del tren.
CONFIRMAD ASISTENCIA. Tenemos reserva cerrada para 20 personas.

18,00 LIBRERÍA SANCHO PANZA. En Cabezón de la Sal, a la espalda del Ayuntamiento. También estaría bien que confirmárais asistencia, pero no es necesario.

Para confirmar podéis usar este enlace

Os he puesto enlaces a google maps en ambos sitios. En caso de alguna duda o imprevisto en el último momento podéis consultar los teléfonos de cualquiera de los dos alojamientos, que están en la sección CONVOCAN de las pestañas de la cabecera o en sus respectivas webs.

¡¡¡LAS MALAS LENGUAS DICEN QUE NO VAMOS A CABER EN LA LIBRERÍA!!! 
¿¿HAY ALGUNA NOTICIA MEJOR QUE ESA??
 ¿¿ABARROTAR UNA LIBRERÍA??

UN GRAN "GRAN HERMANO"

ELOGIO DE LA INICIATIVA PRIVADA

«Jesús te mira.Vayas dobnde vayas, sus ojos te siguen. La tecnología moderna ayuda al hijo de Dios a cumplir sus funciones de vigilancia universal. Tres capas de plástico plarizado, que bloquean sucesivamente el paso de la luz, le facilitan la tarea.
Allá por 1961, una de estas imágenes de ojos corredizos llamó la atención de un periodista. Julio Tacovilla iba caminando por una calle cualquiera de Buenos Aires, cuando se sintió observado. Desde una vidriera, Jesús le había clavado los ojos. Retrocedió y la mirada de Jesús retrocedió con él. Se detuvo y la mirada se detuvo. Avanzó y la mirada avanzó.
Esta señal divina le cambió la vida y lo sacó de pobre.
Poco después Tacovilla voló a Port-au-Prince, y por medio de la embajada de su país en Haití consiguió una auddiencia con el presidente vitalicio Papá Doc Duvalier.
Llevaba un gran cuadro bajo el brazo:
-Tengo algo para mostrarle, Excelencia-dijo.
Era un retrato del dictador. Los ojos se movían.
-Papá Doc te mira- explicó Tacovilla.
Papá Doc asintió con la cabeza.
-No está mal- dijo, yendo y viniendo ante su propia imagen- ¿Cuántos puedes hacer?
-¿Cuánto puede pagar?
-Le pago lo que sea.
Y así Haití se llenó de miradas vigilantes y el inquieto periodista se llenó de dinero.

EDUARDO GALEANO. El libro de los abrazos
Propuesta-homenaje al 1984 de Orwell de Rafa Heredero.

MAR65. INVIERNO, de Alicia Villares Frías

Frente al espejo contó las canas de su cabeza. Llevaba la contabilidad en una pequeña libreta de tapas amarillas, la primera anotación, tras el encabezado que rezaba «Invierno», estaba fechada en enero de 1993: 2. Tomó el bolígrafo negro y escribió «marzo de 2013: 2083». Una ducha fría le ayudó a no pensar en más números, a detener el tiempo como su piel contraída. El asombro lo alcanzó con la toalla en la mano, aún dentro de la bañera. En el pubis, entre aquella mata salvaje de vello rizado y oscuro, un pelo blanco y liso. Lo arrancó. El cómputo mensual estaba cerrado, habría de ser en abril cuando el recuento incluyese dos cabelleras.

MAR64. LA FAMILIA "DISTÓPICA", de Javier Ximens

—¿Dónde estabas?
—En la habitación.
—¡Imposible! Solo hay cinco metros al teléfono y han dado tres pitidos.
—Mamá, de verdad, haciendo la cama, quizás me he demorado para colocar el embozo al gusto de Sonia.
—Bueno, no me hagas perder el tiempo. Esta tarde tengo la partida y no quedan pastas, cómpralas. Di que son para mí.
***
—¿Cómo que dígame?, ¿es que esperas otra llamada?
—No, Sonia, cariño. Es una manera de contestar, acaba de llamar tu madre.
—A saber qué tienes tú entre manos.
—La escoba.
—¿La escoba? Mira que te he dicho que los jueves toca la aspiradora. A lo que iba, cuando termine la lavadora, tiende la ropa como lo hago yo, que si no se quedan las marcas, y ya sabes, cada prenda tiene su pinza de igual color. Y no te olvides de ir a por la niña.
***
—Hola, cielo, ¿qué tal en el colegio?
—¡Mal, te han suspendido en manualidades, la noria no funcionaba, qué vergüenza! ¡Eres el único papa que no sabe hacer nada!
***
Madrugada. Sentado en el sillón, Cándido relee «1984». Se lo recomendó su suegro en el lecho de muerte: «Toma, sueña con un mundo feliz».

http://ximens-montesdetoledo.blogspot.com.es/

MAR62. LA INDOMABLE, de Jerónimo Hernández de Castro

La pantalla del comunicador visual mostró la cara del preocupado padre de Susan B.
-¿Qué sucede hija? ¿qué ha ocurrido esta vez?
-Tienes que hacer algo papá. No sé trata de la sanción económica del mes pasado. Ayer dos agentes vinieron en busca de la abuela, sin comunicación telemática previa. Querían llevársela a la Unidad de Ingeniería Psicológica.
-¡No no puede ser! ¡A dónde vamos a llegar! ¿Modificar la conducta de una octogenaria? ¡Están locos por completo!

Susan B. bajó la cabeza compungida. -Manipular los controles de vehículos está penado gravemente musitó. Ya te lo dije. La ley que prohíbe el control manual de los aparcamientos no va con la abuela. Se niega a que una máquina aparque sin que ella intervenga. Es demasiado. Se activó la alarma por movimiento no autorizado, causó desperfectos a los vehículos próximos y el bolardo hidroneumático ha perforado el soporte de sujección.
-¿Pero tu abuela está herida?
-No sé papá. Consiguió poner en marcha la nave, después de anular el sistema de posicionamiento y no consiguen encontrarla.

MAR61. EL ÚLTIMO PASO, de Miguel Pereira Rodrigo

Con el paso del tiempo, su menguante caminar le alejaba de su puesto de trabajo. Pese a ello seguía estando cerca. Ahora, a dos años de jubilarse, le separaban 2084 pasos. Cuando abrió la puerta de casa empezó la cuenta atrás. Al llegar a la calle ya llevaba doscientos, luego todo recto hasta el primer semáforo, y tras cruzarlo, guiado por un pitido intermitente, alcanzó los mil. Giró a la izquierda, y con un alegre batir el bastón duplicó los anteriores, justo a la altura del quiosco en el que saludaba a Elías, coetáneo suyo en el barrio. Volvió a doblar la esquina sin esfuerzo, ahora a la derecha, y afrontó la recta final.
Acercándose al puesto de cupones, llaves en mano, se topó con un bullicio inusual, pero como era costumbre, lo primero era abrir el negocio. Tal vez por ello, o por la acuciante ceguera con la que mantenía una fidelidad inusitada desde hacía cincuenta años, no se percató del desencantado que desde la cornisa de su décimo piso, sobre su cabeza, se disponía a dar un último paso, con el cual, sin que ninguno de los dos lo planease, el drama resultó Kafkiano.

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