Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

BLANCO Y NEGRO

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en BLANCO Y NEGRO

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán relatos que desarrollen el concepto BLANCO Y NEGRO. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
30 DE DICIEMBRE

Relatos

MAR98. AMOR SACRIFICIO Y SUBVERSIÓN, de Itz Reyes

– Piénselo una vez más, Señor Viceministro. Una vez ejecutado el procedimiento, no habrá manera de reversarlo.
– Ya lo he pensado demasiado. Hazlo.
Su estoicismo se vio quebrado por unos segundos al contemplar el rostro de su amada inconsciente y anegado en lágrimas.
– Procedimiento de laser-lobotomía-ultrasónica selectiva 867-marzo-18-2084 completado exitosamente.
– Hecho, no lo recordará ni a usted, ni ningún momento en el que usted participara. Igualmente fueron eliminadas todas las ideas subversivas contra el régimen.
– Bien. En cuanto hayan cruzado la frontera, házmelo saber.
Tres meses después el Señor Viceministro recibe la nota “La caja de música deleita a quienes la rodean. No ha hecho preguntas”.
Ahora ella tendrá la oportunidad de ser feliz, de realizar sus sueños de una familia, de una casa hermosa con jardín.
Mientras quemaba la misiva, entran dos oficiales, cada uno sosteniendo un arma que le apuntaban directamente.
– ¡Siempre sospeché que la resistencia tenía informantes infiltrados dentro del régimen, pero nunca imaginé que fuera alguien de alto rango!
El estruendoso estallido de un arma inundó la habitación y quien acababa de hablar caía agonizante.
El oficial tras de él le corregía.
–No es a un informante a quien apuntas, sino a nuestro líder.

MAR97. S.O.S., de Amparo Hoyos Sanchis

Anneka caminaba por la playa de arena color antracita cuando, semienterrado, vio un objeto brillante que recogió entre sus manos enguantadas. Parecía una vieja botella de vidrio cuyo interior dejaba apenas entrever una nota, que no se decidió a extraer, por miedo a resultar intoxicada: mejor llevarla al laboratorio gubernamental.
En el interior del recinto el aire era puro y se despojó del casco. Puso el objeto encima de una mesa-escáner, donde un pequeño robot abrió la botella hasta vaciar su contenido. Doblada entre un plástico, apareció una inscripción. La tinta estaba borrosa, apenas era legible. La mesa tradujo la nota automáticamente. Sustituyó los espacios vacíos por palabras que daban sentido al mensaje: “ Miami, mayo 15/ 2084. Me llamo Martin, tengo doce años. Sé que estos mensajes pueden viajar durante mucho tiempo impulsados por las corrientes. Me gustaría decir, a quien lea esta nota, que nuestros bosques están desapareciendo, la mayoría de los animales están en peligro de extinción, los gobiernos no hacen nada. Tal vez, ustedes puedan encontrar una solución”.
Instintivamente, Anneka levantó la mirada hacia el monitor donde se podía leer: Alesund (Noruega) enero 10/ 2227. “No sabía que en el año 2084 quedaran árboles todavía… “.

MAR95. FASE DE ESPERA: EN EL HOLOGRAMA, de Paz Alvar

4 de junio de 2084, 05:59 de la mañana. Espero tumbado en el nicho la señal que indica que el tiempo de descanso ha terminado. Cinco, cuatro, tres, dos, uno… Se enciende la luz y unas preciosas fotos de lagos y bosques iluminan hoy mi celda desde sus paredes de cristal. “Buenos días, Richard. ¿Qué tal ha descansado hoy?” Contesto desganado a la pregunta metálica para impedir que se repita una y otra vez hasta obtener respuesta. Día 7.325. Uno más a la espera de que el piloto verde anuncie las condiciones óptimas para la vida en el planeta.
En el centro de la habitación, sobre un espejo que me devuelve siempre la misma imagen, el precepto que rige nuestras vidas me recuerda: “Si piensas, puedes equivocarte”.
Como cada día, pego mi cara al holograma de cristal y haciendo sombra con las manos intento buscar un resquicio entre los abetos y el agua pura del paisaje, que me permita averiguar lo que ocurre afuera.
La voz vigilante me increpa: “Por favor, apártese de la pared”. Mientras, en el exterior, la lluvia ácida se derrama sobre las ruinas de mi ciudad.

MAR94. REPOSO, de Ángel José Vicente Matos

Marzo se presentó con sus vientos peleando con el sol nuevo. Juanito y Vanesa corren, a buen ritmo, por el sendero que rodea la Casa de Reposo. El lugar es idóneo, el ambiente ligeramente húmedo y tibio refuerza el sistema inmunitario, los sueños son más reparadores.

El último protocolo EMDR funciona mejor en ambientes calmos, necesitan actualizar muy pocas veces los niveles de neurotransmisores.

Un hombre de avanzada edad pesca en el lago. Luce melena, el domingo pasado confesó a Vanesa que perdió el pelo muy joven y que lo recuperó recientemente, entonces decidió dejarlo crecer.

La pareja terminaba su carrera. Al acercarse al hombre melenudo escucharon algunas palabras ininteligibles: Soy Pa, soy el Pa…soy Paquirrín, dijo por fin el hombre. Seguían sin entenderle. Llamaron al 1984 para que integrasen al tembloroso sujeto.

Tras comer frugalmente deciden echar una siesta y tener sexo 3 antes de permitir actuar al sueño. Fue al despertarse cuando se miraron a los ojos con extrañeza. Dos lágrimas recorrían la mejilla de Juanito.

La evidencia científica afirmaba sin duda alguna, que el trasplante de cerebros era positivo para la humanidad. Un reducido grupo se opuso a la investigación. Ellos fueron los primeros sujetos experimentales.

MAR93.LA RENDICIÓN, de Felix Valiente del Val

En aquel tiempo escogió un pueblo, lo liberó de la esclavitud y lo convirtió en el Elegido. Dictó leyes y preceptos exigentes e incuestionables. Fue vengativo y cruel con ellos, castigador implacable de las violaciones de la norma, celoso de la idolatría pagana a ídolos de barro. Mató y censuró por igual en defensa de su fe: Nadab y Abihú fueron devorados por las llamas tras ofrecer un fuego profano.

Con el tiempo los hombres devinieron en insumisos e inmorales. Comenzaron a cuestionarle y dudar de Él y su falta de piedad frente a los terrores del mundo: la guerra, el holocausto, las enfermedades innombrables. Como el día en el que Paul Gauguin epistolarmente le espetó: “Nunca tuve suerte. Siempre la adversidad. Por eso grito: Dios, si existes, te acuso de injusticia y maldad”.

Hastiado se revolvió en su altar sagrado y vuelto ya de espaldas a la humanidad resolvió dejar al hombre al albur de sus propios designios, pues éste había destruido más que creado, odiado más que amado.

En el año 2084 Dios claudicó, se rindió y se dejó morir. Esta vez, al tercer día, no resucitó.

MAR92. FUTURO PERFECTO, de Purificación Menaya Moreno

Nací en 1984. Primero leí 1984. Después, 1Q84. Acabo de cumplir cien años. Algunos visionarios imaginaron el futuro de 2084, pero ningún universo literario se parece al mundo actual. Hace tiempo se decía: «La realidad supera a la ficción». Hoy los humanos viven una ficción continua, son actores que representan el papel asignado a cada uno, sin rechistar. Esclavos que al terminar la jornada se alienan y subliman en paraísos de realidad virtual.
Nuestra colonia de la Luna extrae energía de extensos prados de tulipanes artificiales. Son hermosos, los tulipanes. Tiñen la superficie de la luna con su rojo incandescente, creando falsos atardeceres en la oscuridad espacial. Me gusta contemplarlos desde la ventana, junto a Laura, y besarla en silencio. Yo he sido feliz, gracias a mi cerebro especial. Esta tarde, apagaré las cien velas de mi tarta de cumpleaños de un solo soplido. Bajo la tutela de mi padre, evolucioné adecuadamente, al ritmo de los avances de la ingeniería. Sus discípulos sucesivos me cambian los órganos desgastados o me implantan un nuevo chip con la última actualización. Ese es el secreto de mi eterna juventud. Y de mi felicidad. ¿Que no se habían dado cuenta? Sí, soy un robot.

LA LIBRERÍA SOÑADA. Capítulo I


Ha sido inolvidable. Nunca pensamos que este proyecto pudiera terminar en una declaración de compañerismo semejante entre todas, entre todos aquellos que compartimos la ilusión por desarrollar pequeños universos imaginados en formatos pequeños… Fuimos menos de los que nos hubiera gustado estar, pero nos encontramos representando a muchos más de los que allí cabían.

 Fue una tarde para disfrutar. Cada uno, cada una de las que pasaron por la librería Sancho Panza de Cabezón de la Sal aportó un pequeño obsequio. La serenidad reservada de Kistila. La sencilla elocuencia de Xavier. La firme intensidad de Begoña. La elegante calma de Paloma. El despierto aplomo de Susana.  La tranquila expresión de Ginette. La diestra templanza de Emilio. La nítida naturalidad de Mar. La cercana delicadeza de Lines. El agudo ingenio de Ximens. Reunidos en un espacio tan mágico y tan apropiado propiciaron una tarde deliciosa cargada de ilusión, imaginación y talento. Mostramos nuestro pequeño libro a los que aún no lo conocían, leímos unas cuantas historias propias y de los que nos acompañaban en la distancia, e intercambiamos proyectos e ilusiones venideras con la intención de compartirlas.
De abajo hacia arriba: Kistila, Paloma Casado,Begoña Heredia, Javier Ximens, Mar González, Emilio Magdalena, Xavier Blanco, Susana Revuelta, Ginette Gilart y JAMS

En unos días, cuando recojamos las fotos de los participantes os mostraremos los detalles; por hoy sólo me queda disponer de un montón ilimitado de agradecimiento por todo lo que vivimos ayer, y el deseo de que ese espíritu que ayer nos reunió, más interesado por compartir que en competir, nos domine a todos los que por aquí pasamos.

MAR91. PATATÚS, de Sergi Cambrils Caspe

Solía enumerarlo todo. Gracias a eso descubrí que los ciempiés no tenían cien pies y que las cajas de palillos contenían menos de los indicados en el envase. Los números estaban en mi cabeza y los usaba para contabilizar lo que veía con el deseo de esquivar los pensamientos dañinos. Era un acto obsesivo y sin sentido, pero esa reincidencia numérica con las cosas se convertía en mi estrategia para olvidar a Claudia. Centraba mi mente en unidades, decenas y centenas durante el día y por las noches me atrevía con las estrellas, con el infinito. Mantenía un alto nivel y me encabezoné con una lámina de Georges Seurat, un pintor francés que llenaba sus lienzos con miles de puntitos de color para expresar su obra, en concreto con “Baño en Asniêres”. Agotaba a mi mente y no quedaba espacio para nada más, pero, a quien pretendía engañar, ella seguía instalada en mi cabeza. Un día, decidido, conté mis pasos hasta llegar al rascacielos donde vivía. No funcionaba el ascensor, así que subí con tesón los 2084 escalones para llegar exhausto a la última planta y comprobar que mi corazón dejó de latir por ella y por mí.

www.sergicambrils.com

MAR90. CAZA MAYOR, de José María González-Serna Sánchez

He probado en los pasillos de las bibliotecas y en las mesas de novedades de las grandes librerías; pero nada puede compararse con los clubes de lectura como territorio de caza. Es habitual que en las sesiones iniciales los participantes se presenten con aquellos libros que revelan parte de su ser. Suele tratarse de obras conocidas que hablan de sus almas soñadoras, si optan por Jane Austen o la siempre presente Madame Bovary; o de sus pequeñas rebeldías y sutil histrionismo, si se han decantado por Las flores del mal, por ejemplo. Yo suelo asistir acompañado de 1984, porque me gusta jugar fuerte, arriesgarme a ser descubierto a las primeras de cambio, exponer algo de mi verdad ante quienes sean capaces de traspasar el umbral de lo evidente. Componiendo un gesto adusto, en un lateral de la sala observo y elijo mi objetivo mientras siento también cómo me deconstruyen. La explosión de placer llega con las primeras luces de la mañana, al acariciar el cuello de la presa elegida y hundir la mano en su pecho. Es impagable el momento en que descubren que no soy víctima, sino verdugo.

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