Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

FOBIAS

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en FOBIAS

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LAS FOBIAS. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
30 DE SEPTIEMBRE

Relatos

NOV37. EL TEMPLO DE LAS ALMAS, de María Elejoste

Recuerdo el silbido de la flecha acercándose, el impacto en mi pecho. Dolor. Caí. El sonido de los cascos de los caballos acercándose. Oscuridad. Abro los ojos y me encuentro de pie frente a una puerta de bronce. Se abre al simple roce de mi mano. Una sombra me recibe y me invita a despojarme de mi armadura, me siento ligero. Me guía hacia el centro de una estancia infinita llena de cirios cuya luz crea figuras en las paredes.  La sombra se detiene frente a una fuente de agua, debo lavarme. Me siento en paz. Mi acompañante prosigue su deambular hasta difuminarse frente a las velas. Ya se donde estoy, he oído hablar a los moribundos: es el templo de las almas. Soplo, exhalo mi último aliento sobre una vela sin encender y nace una pequeña llama. Es diminuta pero su calor traspasa mi piel. Oscuridad. Muy lejos de allí una pira funeraria despide mis despojos y la espada de mi estirpe. Abro los ojos y unas manos cálidas me recogen. –Es niño- exclaman. Rompo a llorar, vuelvo a empezar.

NOV36. A SORBOS, de Amparo Bárcena

Recientemente descubrí la calle. Vi en ella la posibilidad de dejar boquiabierto a más de uno -incluidos mis avergonzados progenitores- y me gustó la idea.
En mi ocupación anterior como profesor de Ciencia Sociales- tan seria, tan aburrida…-escupía conocimientos. Ahora lo que me satisface es aparentar que como el fuego y contemplar cómo, para esos bajitos a los que antes adormilaba en clase, me he transformado en un héroe malote que hace travesuras en cualquier esquina. Pasar de ser su peor pesadilla a hipnotizarles cada fin de semana me produce una satisfacción imposible de pagar. Ahora soy feliz.
Mientras busco, entre otras, la mirada sorprendida de la pequeña Lidia o la sonrisa picarona de Tomás, me digo satisfecho: ¡Esto es otra historia!

 http://lamedores.wordpress.com/  (Lindasta07)

NOV35. ESPIRITUS, de Ana Fúster

Con lentitud casi reverencial inspira y sopla una vez más, la que piensa será la última. Los músculos, entumecidos, le hormiguean cuando comienza a descender sin apartar la vista del caos ocre, negro y rojizo que se va vertebrando conforme se aleja. En ese momento, la llama ya muy exigua de la lámpara se extingue. Él, con la seguridad que aporta la rutina, tantea el suelo en la oscuridad hasta encontrar una segunda lámpara, y tarda en prenderla un tiempo aún no mensurable. La luz devora la tiniebla, él alza la mirada y su grito tembloroso de asombro retumba entre las rugosas paredes. Sobrecogido por la repentina visión, intuye que ese día el espíritu del fuego se ha unido al del hacedor de imágenes que habita en su mano para entre ambos infundir el sueño de la vida a los bisontes que pueblan el techo de la cueva.

NOV34. ALQUIMIA DEL HOGAR, de Christine-kistila Cleret de Langavant

De Castilla me encantan sus pueblos puestos a gratinar al sol y siempre me maravillo del milagro del adobe: mezcla de paja y barro con agua que, por la gracia del fuego, se vuelve solidez cobriza.
De la misma manera, como el fuego, debemos conseguir crear una unión luminosa a pesar del monótono cotidiano vivir.
Me gusta del fuego su fuerza viva: vibraciones y palpitaciones de las llamas bailando en arabescos y sombras sobre los muros, chispas que brotan como maíz en la sartén ¡pop! ¡pop! Llenos de fantasía.
…Pero al fuego hay de saber dominar así que, para que no se apague el amor vivo, hay de insuflarle fuerza con el fuelle del cariño, besos y caricias… sin olvidar usar tampoco el atizador del lenguaje compartiendo vivencias.
A la edad que sea esforzarse, obstinarse, en alimentar la fogata veraniega o la lumbre invernal usando tanto pequeños sarmientos que gruesos leños… pero cuidadin, con tiento porque… ¡si echas leña al fuego se pueden alimentar pasiones destructivas!…
En efecto los rencores, que normalmente se cuecen a fuego lento, podrían al derramarse llevarse por delante el amor compartido…

NOV33. INSTRUCCIONES PARA SABER, de Amparo Perez Gutierrez

Como el fuego se alimenta del aire, así también la memoria. Hay un revuelo de piedras y plumas, cola y cabeza… Y las lenguas que surgen con el crepitar cuentan siempre una historia, o cientos de ellas. Siéntate a escuchar lo que cuentan las llamas. Urden el presente, el pasado y el futuro. El presente donde tu cuerpo deja de pertenecerte; el pasado de donde vienes; el futuro donde no estarás, pero no importa.
Siéntate con los demás en torno a la hoguera.
Resonarán los cascos del caballo y aullarán los lobos en los montes. Los primeros copos de nieve le tejerán al bosque una mortaja. Pero no estás aquí para atemorizarte. No importa que este fuera el elemento elegido para destruir a tus antepasados. No lo temas. No creas a quienes declaran que el dolor purifica. No es cierto. Purifica la alegría. Y las historias que cuentan las llamas no tienen porqué doler más que la vida misma. Aprende a respetar su silencio, no quieras apresurar lo que quieran contarte. Aprende a esperar y a quedarte a solas con el rescoldo, con las últimas brasas, cuando todos se hayan ido. Entonces te dirán su secreto.

NOV31. AMANEZCO, de Sara Lew

Me desperezo. ‹‹Un buen paseo no me hará mal›› pienso mientras me visto tarareando bajito. Mi canción es armónica y suave, un poco callada, para no despertar al día antes que él me despierte a mí completamente. Recorro la playa una y otra vez, desde el puerto al rompeolas. Solo las gaviotas acompañan mi presencia y voy caminando despacio a la orilla de mis pisadas. Cuando el cielo comienza a tintarse de carmines y naranjas, escalo con premura los peñascos y me siento en una roca que descuella. Miro hacia abajo. Me encuentro reflejado en el agua, en el hueco formado entre mis pies. Me veo rojo, como ese fulgor en el mar superponiéndose a mí, a mi reflejo. Siento ardor, mi sangre se calienta, se identifica con el Astro amaneciendo y me circula, me alimenta, me late y me vive. Soy el sol en mi sangre, mi sangre es el sol en el agua. El nuevo día es ese fuego que emerge dentro de mí.

 http://microrelatosilustrados.blogspot.com.es/

NOV30. CUENTOS PARA CANDELA, de Inés Zapirain López

Candela miraba divertida aquel cuerpo luminoso como el fuego.
-Cuéntame un cuento -dijo la pequeña.
-Cuál quieres? -preguntó el ser.
-Uno que no haya escuchado nunca.

-Érase una vez…
Un reino encantado, dos hermanos enamorados, y una hermosa doncella.
Ariel y Gaspar competían por su amor; pero Jimena solo amaba a uno: Ariel.
Gaspar, celoso, salió en busca de la esencia del odio. Quería que el amor de Jimena se apagara y sintiera un desprecio profundo por Ariel. Sin embargo, todos sus intentos por extinguir el fuerte sentimiento de la joven doncella fueron inútiles.  El amor no es una emoción como las demás; el amor es real. No admite hechizos, ni conjuras.
Gaspar, furioso y derrotado, se sirvió del oscuro poder que le otorgaban los celos para convertir a su hermano en estatua de cera. Y teniendo claro que jamás podría separarles, ideó algo para que no pudieran estar juntos: convirtió a Jimena en fuego.
Aún a riesgo de destruirse, ellos decidieron mezclarse; y el amor, compasivo, erigió con ambos una candela indisoluble de llama perenne, que inmutable perdura.

-¿Lo has inventado?
-Lo escribí para tu madre.
-Abuelo, ¿quieres que le diga que puedo verte?
-No, Candela; ella se asustaría.

NOV29. ÚLTIMO RECUERDO, de Yolanda Nava

La realidad se enreda con las imágenes del pasado que danzan en torno a su cama, espesando aún más el denso aire de la estancia. El viejo reloj de pared marca el tiempo a un ritmo irregular y, su corazón bombea a duras penas la sangre que recorre sus rugosas venas. Toda su existencia pasa ante sus ojos a flashes intermitentes. Quiere atrapar una rana que salta en la charca que amenizó sus juegos infantiles pero se le escurre entre los dedos,  al momento se encuentra en el tele-club del pueblo en medio de un baile, su nariz inmersa en la melena de Elisa, el olor a champú de huevo de su pelo acariciándole la nariz y el alma, quiere quedarse allí pero un ruido ensordecedor le muestra el horror que vivió meses más tarde. Se da cuenta que no tiene escapatoria, que todo acabará donde empezó aquel día de invierno de 1936… ¿o fue en 1937? y  vuelve a escuchar la orden alta y clara: ¡apunten, fuego!

 http://microsyotrashistorias.blogspot.com.es/

NOV28. MALDITOS COLORES, de Claudia Elcira Díaz

LA VI PARTIR CORRIENDO POR LAS CALLES DE MI PEQUEÑO PUEBLO. LA OSCURIDAD DE LA NOCHE Y ALGUNOS LADRIDOS DE LOS PERROS SE ESCUCHABAN A LO LEJOS.EL SILENCIO ERA CASI AUSENTE COMO SI LA EXPLOSION A MAS DE UNO LE HUBIERA HECHO PERDER LA VOZ. ME QUEDE SENTADA,BAJO UN ARBOL,Y NO ENTENDER DE DONDE VENIA LA EXPLOSION.
SOLAMENTE CUANDO LA VI CORRER,BALBUCEABA
SU NOMBRE…¡MAMA!…YA QUE MI CORTA EDAD,ESOS CUATRO AÑOS ME HICIERON QUE LA VIDA TIENE A VECES UN LADO OSCURO. SU
CABELLERA SE VEIA A LO LEJOS Y SUS COLORES QUE SE MEZCLABAN Y BROTABA DE SU CABEZA…¡NO SE SI SE ACHICHARRO!…
SU CABELLO,PORQUE LA PERDI DE VISTA.
SOLAMENTE VEIA LOS COLORES QUE EL FUEGO FORMABA UN DUO DESTRUCTIVO.ESPERE QUE ME RESCATEN Y SEÑORES DE BUENA VOLUNTAD SE ACERCARON Y ME LLEVARON CON ELLOS. ME PREGUNTARON DE MI,SOLAMENTE PUDE DECIR …TENGO…MAMA.SENTI TRISTEZA…¡YO SE QUE NO FUE ABANDONO!…EL SUSTO LA HIZO HUIR,NO HABRA PODIDO VOLVER A MI ENCUENTRO…¡VAYA A SABER!… CUAL FUE SU PARADERO.¡SOLO SE QUE LA ESPERO!…Y COMO EL FUEGO,SERA EL NOMBRE DE MI LIBRO.

NOV27. TE QUIERO TANTO, de Eneritz Angulo

Se sentó, se levantó, cogió una cerveza… Nervioso. Le había dicho mil veces que le esperara en casa. El paso del tiempo hacía aumentar su frustración mientras imaginaba lo que podía estar ocurriendo. ¡No sabía donde estaba!
-¿Joder, tanto se tarda en comprar pan?- gritó. Cogió de nuevo el móvil. Quince llamadas. A las diez dentista, a las doce pilates, a la una a comer, a las cinco a por los niños,… – ¡Sofía coge el puto teléfono!- y la cerveza saltó por los aires.
Se sentó en el sofá. Con la cabeza entre las manos rogaba -no me hagas esto Sofía, otra vez no, no puedo soportarlo, sabes que no puedo soportarlo- y el estruendo seco de un puñetazo retumbó en la habitación mezclándose con el tembloroso sonido de una llave en la cerradura. La ira de Daniel se avivó como el fuego al ver la cara de Sofía, que helada por el terror y paralizada por la costumbre esperó lo que venía. La primera hostia le reventó la nariz. Y antes de perder el conocimiento revivió diez años de golpes y humillaciones al escuchar –Perdona cariño, te quiero tanto…, no volverá a pasar-

NOV26. CLITORIS, de Lourdes Abuide

No necesito más que su dedo posándose sobre él y realizando círculos acariciadores para que pierda el sentido. Su piel húmeda, caliente transmite a mi cerebro una reacción. Es como el fuego cuando encuentra un potente agente de combustión. Pero únicamente su dedo y su aliento cerca de mi boca pueden provocarme la pequeña muerte instantánea. Siempre esperaba, en ese momento concreto, mi leve  suspiro de dolor y placer.  Hoy podría saborear ese aliento y  reconocer esa piel pese a mi repentina ceguera. El ha decidido no tocar pieles que tengan los ojos vacíos. Yo deseo, más que nunca, conocer el estigma máximo del placer del tacto con un sentido anulado. No obstante  sé, que el estará en otras camas esperando mi jadeo que nunca le darán otras pieles.

NOV25. AMOR FRATERNO, de Nuria Casado Marco

Poco a poco, la gente se iba congregando en la plaza hasta convertirse en una marea humana, que profería insultos y exabruptos al paso del carruaje, donde ovillada en un rincón, se protegía aquella mujer la cabeza con las manos, de las piedras y otros elementos que lanzaban a su paso. Cuando al fin hizo un alto en el lugar donde se alzaba la pira , todas las cabezas se volvieron hacia el implacable Inquisidor , prorrumpiendo en vítores y aclamaciones de entusiasmo. A una señal de éste , la víctima era atada fuertemente a un poste bajo el que se amontonaba  gran cantidad de madera y paja que prendió rapidamente la antorcha del verdugo. Pronto , se formaron largas lenguas de fuego del color de sus cabellos y de los de su ejecutor , que contemplaba el espectáculo con aire satisfecho, las cuales iban lamiendo el cuerpo de la mujer ,cuyos lamentos eran  ahogados por el griterío de la turbamulta . En un gesto desesperado, sus ojos verdes almendrados buscaron  reflejo en los de aquel instigador, que en ese momento, empezó a sentir  un calor insoportable que le subía por los pies.

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