Jesús Alfonso Redondo Lavín

Vi el ábside románico de Fuentidueña, pero tú me sorprendiste. Sentí que tu ojo negro me miraba inquisitivo pidiéndome que te rescatara.  Allí estabas, pardo-anaranjado,... Read More

La toma de Santander por los Nacionales, seguro que, como decía Sancho a su señor, cualquier reprochador de voquibles a la moda corregiría mis palabras... Read More

Las Peñas Rocías con sus casi mil cuatrocientos metros de altura forman un farallón de piedra caliza, esculpido por el río Asón y siglos de... Read More

Todos mis ancestros trasmeranos, por generaciones, agacharon el espinazo, día tras día, segando en los prados de la costa el verde para el ganado. Los... Read More

Los acantilados de Langre, lugar espeluznante en días de galerna, fueron testigos junto a las gentes de la costa, un diciembre de hace 58 años,... Read More

Un siervo de Trifaldi, abundantemente barbado, vestido todo de verde hiedra y con un bordado de EUROPCAR en la faltriquera mostroles la máquina diciéndoles: —Suban,... Read More

Poca lectura había, para mí, un niño, en aquel cuarto de costura de mis primas en las Callejas de Rubayo; solo la revista “AMA”, el... Read More

Durante aquellos cinco días de angustia en el Centro Hospitalario Provincial a nadie llamaron y nadie los echo en falta. Sus hijos, Josechu cumpliendo condena... Read More

Junto a la fuente del Cerizo, bajo la Iglesia de Santiago, en el barrio de la Quintana de Orejo, hay un lavadero. Ya nadie lava... Read More

¿Y si la madre Tetis convirtiera en cola de sirena mis piernas? Sería maravilloso aletear en el fondo del mar, en las Canarias, levantando tras... Read More