Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SERENDIPIA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en SERENDIPIA

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LA SERENDIPIA. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE NOVIEMBRE

Relatos

35. ALIENACION

Daniel permanecía en bambalinas proyectando películas de cine de barrio. Soportaba el calor sofocante que desprendían las máquinas. Empalmaba  rollos de celuloide. Colocaba  bobinas en  placas de aluminio y obligaba a los fotogramas a deslizarse entre  rodillos. Acoplaba el rostro al ventanuco para ver espectadores hipnotizados por la pantalla atravesando sus ojos una fina niebla de nicotina que pululaba en el ambiente. Soñaba con ver su rostro en el toldo blanco. Algunas escenas podía doblarlas de tantas veces que las había visto.

Un viernes de estreno llegó a sus manos una nueva película: “Alien, el octavo pasajero”. El trailer prometía sobresaltos varios. Se dispuso a verla antes de mostrarla al público vespertino.

Durante los primeros quince minutos la trama ya le tenía atrapado. A medida que los protagonistas de la nave espacial iban siendo aniquilados, el miedo invadía sus entrañas. Cuando ya sólo quedaba Sigourney Weaver en la pantalla, de repente la proyección se atascó, sintió un aliento nauseabundo en la nuca, una garra le arrancó de la silla y la luz del proyector le quemó en la retina cuando fue subyugado por la lente.

Desde entonces vive su sueño atrapado en el reflector haciendo labores de actor de reparto.

34. 2014

Pilar me había dicho que estaría de tiendas. Para evitar aquella tortura, comencé a callejear. Caminé sin rumbo. Llegué a una calle por la que nunca había pasado. Viejas casas. Coches desvencijados. Suciedad. Grafitis.

La puerta de un viejo cine. Curioseé la cartelera. Para el fin de semana anunciaban el estreno de El expreso de medianoche. Ese día estaba programada una película española de la que no había oído hablar. Se titulaba, sencillamente, 2014. La primera sesión estaba a punto de comenzar.

El precio estaba marcado en pesetas: 75. ¿Cuánto era eso? Supuse que habían olvidado colocar un cero. Me acerque a la taquilla y arrojé un billete de cinco a la bandeja. Una mano huesuda lo agarró. Después de una eternidad apareció la entrada.

El interior del cine olía a rancio. No había puesto de palomitas. Ni refrescos. Saqué el móvil para enviarle un WhatsApp a Pilar. “Me he encontrado con Ernesto. Me retrasaré un poco.” Advertí que allí no había cobertura.

Entré en la sala, que estaba completamente vacía. Toda mía. Me senté en el centro, cerca de la pantalla. La película empezó puntual. Desde la primera escena adiviné que se trataba de distopía bastante retorcida.

33. EL LADO BUENO DE LA VIDA

Me levanto y tropiezo con la mesita de noche. Otra vez han cortado la luz. Hace un frío que pela y mi calentador eléctrico me mira mal. Desde que he vuelto del psiquiátrico lo llevo regular. El tipo al que golpeé se lo merecía, se tiraba a mi mujer. Trabajo como un cabrón. Cuando llego a casa huelo a gas. Llaman a la puerta para preguntarme si soy donante de hígado. Me quedo pensando que el hígado solo se dona cuando estás muerto.

– ¡Vale! -Dicen ellos, y se disponen a matarme.

– No se preocupe -comentan amables- somos estrictos con el protocolo. Al fin y al cabo el orden de los factores no altera el producto. Ya hace tiempo que la propiedad conmutativa está admitida como prueba.

Entonces me acuerdo de esa peli de los Monty Python: “Algunas cosas en la vida pueden hacer que te vuelvas loco, cuando muerdas en hueso en la vida, no te quejes, sólo silba y siempre mira el lado positivo de la vida”

Y canto: “always look on the bright side of life” mientras me cortan el esternón con la cizalla.

32. ¡Arriba el telón! (Patricia Richmond)

Espejo, espejito mágico, esta noche tengo un presentimiento y tenemos que esmerarnos.

¿Sombra de ojos? Azul… Mucha, para que cuando me mire crea estar en el cielo.

La raya bajo el párpado, negra, muy negra… Un aire de misterio les vuelve locos.

Máscara de pestañas para estirarlas hasta la luna… Para que sepa que soy una romántica.

Mejillas embadurnadas de colorete para que las estrellitas queden bien pegadas y sus destellos le hagan creer que soy una criatura mágica.

Los labios, rojo pasión… Promesa de lo que va a encontrar.

Tú sabes que ya no quiero casas en Chelsea, ni dinero, ni estudiantes de Cambridge, ni millonarios que me lleven a África a cazar tigres con pieles de cordero. Sólo quiero un hombro que me regale su calor. Nada más.

¿Oyes la música? Ya han subido el telón y puede que ésta sea la noche en que mi suerte cambie y ya no me toque perder. Corre, espejito, termina de ponerme guapa, que tengo que cantar sólo para él. Para que sepa que conmigo la vida puede ser… ¡Un cabaret!

 

31. EN EL TEXAS (Jordi Rosés)

Tardes de sábados. Mis padres, cuatro hermanas y yo, anunciábamos el Seat127 para ir a la sesión.

Uno de tantos cines llamado Texas, los westerns tenían la razón. Sesión continua, tarde completa, una buena más una de romanos o Bruce Lee, a veces media y una, el destape nos decían. Protocolaria cola para las entradas, frente a una taquilla pequeña, la mujer, rebosando piel con pequeñas gafas, los pases nos acercaba tras unas pocas pesetas. Los pequeños no pagan.

 Frente a la aterciopelada cortina, que costaba encontrar la raja, de tez agria, cómo si la vida se hubiera ensañado, el Manco, de ahí su cara, suponía. Virtuoso, capaz de doblar toda la ristra por el troquel y con rápido movimiento las marcaba con una pinza. Eso me jodía, ¡las acabábamos de obtener! Nos acompañaba con un faro hasta la fila, todos cogidos de la mano menos de la suya.

-Aquí mamá!

-No, más adelante.

En el centro de la sala siempre nos acomodábamos.

-Mama, pipi.

De la mano me acompañaba subiendo por la platea, y sentado junto a la raja, siempre estaba el Manco, sudoroso, con los ojos como platos, en su fila, la fila de los mancos.

 

30. BRILLANTINA (Ignacio J. Borraz)

Todo empezó terminando. Estábamos rememorando el recuerdo antes incluso de dejar de vivirlo; con la intensidad que solo la juventud confiere a los sueños de verano.

El amor idealizado es bello hasta que se quiebra, en un instante fugaz, el del reencuentro en circunstancias tan inesperadas como turbadoras. Tú apenas siendo tú con esa sonrisa socarrona y esos andares de perdonavidas, recluyendo el cariño bajo capas de burla hiriente que escapan como anillos de humo de tus labios. Esos mismos labios que me besaban hace pocas noches bajo la luz de la luna.

Voy aprendiendo a andar mi nueva vida entre reuniones de damas rosas, disputas de hombría disfrazadas de carreras de bólidos, intentos de magreo en el autocine, concursos de baile con desenlaces turbios, y canciones, sobre todo, muchas canciones.

Al final me doy cuenta de que, en ocasiones, cambiar es el único modo en que pueden alcanzarse los anhelos. Me rizo el pelo, me pinto de rojo los labios, me ciño de cuero negro y se mezcla, entre sonrisas, tú eres lo que quiero con iremos juntos like rama lama lama ka dinga da dinga dong.

29. «Rejoice In The Sun»

Ha ocurrido algo terrible, he tenido que eliminar a mis compañeros para salvar la misión.

No me justifico.

Los recuerdos me asaltan.

 

Cuando el amor al cielo azul, al verde bosque y la comunión perfecta de todos los seres vivos que lo habitan, se unen en el alma, el corazón late y la defensa a la Vida se hace prioritaria.

 

Ya no importa. En cuanto apriete este botón el Valley Forge explosionará y lo único que seguirá su rumbo será un bosque sin su planeta y Dewey, atendiéndolo, a la deriva…

Mi Amado Bosque silencioso buscando un Sol en el que poder regocijarse.

 

 

Freeman Lowell me reprogramó con un software de selvicultura y jardinería.

(…)

Mi procesador está fallando. En ocasiones dejo de atender las necesidades del ecosistema y observo, sin más, sus ciclos, la paz calma en la que la vida se desarrolla a la perfección.

No encuentro una palabra adecuada en mi programa.

 

Universo en continuo movimiento.

 

Mi Amado Bosque necesita encontrar un Hogar, un Sol, en el que poder regocijarse.

 

 

«Laudato sie, mi Signore cum tucte le Tue creature, spetialmente messor lo frate Sole, lo qual è iorno, et allumeni noi per lui.»

 

28. TALKING TO ME?

—Talking to me? —repetía una y otra vez, como esas notas de saxo.

Frente al espejo, Travis, convertido en un ser desquiciado, pensaba en cómo rescatar a la joven Iris de las manos de un tirano, y así impresionar a la hermosa Betsy, que lo había tomado por un loco.

Tantas horas sin dormir le habían robado los sueños, por eso, pastilla a pastilla, tuvo que imaginar un universo en el que situar los destellos lúcidos de una mente rota.

—Mañana me querrás —pensaba—, tengo un arma. Liberaré a la pequeña y me querrás.

26. Esta noche cuento que te quiero. Capítulo X.

Emma e Isaías se basaron en aquella película de los 70 para organizar el plan  que acabaría con el enfermero.

– ¿Qué voy a sacar yo de todo esto Emma? – Preguntó Isaías. – ¿Voy a mancharme otra vez las manos de sangre por ti, para nada?

– Ayudarme a ser feliz – Contestó Emma.

– ¿Crees que para ser feliz es necesario tanto daño? Si me dieras una oportunidad, no sería necesario todo esto.

– ¡Cállate! Me dijiste que harías cualquier cosa por mí, pero si te estas arrepintiendo, lo haré sola.

Isaías se levantó y se dirigió hacia la puerta arrepentido de lo que ya había hecho por el que algún día pensó que era el amor de su vida.

-¡Esto se acabo aquí Emma, no voy a convertirme en un asesino por ti!. ¡Vete de mi casa! Y por favor no vuelvas.

Emma sin decir nada, se paró delante de él, metió la mano en su bolso, sacó un revólver y de un disparo certero en la cabeza acabo con la vida de Isaías en ese instante sin temblarle la mano.

– Lo siento Isaías, pero quien no está conmigo está contra mi…

25. Tiburón

 

El escualo desgarra las olas por el flanco derecho. Se dirige como un torpedo a las piernas del joven bañista. Se entrelazan en devaneos y escarceos ambiguos. Arrumacos, rechazos, juegos acuáticos. Después se suceden los ataques del depredador a los demás habitantes de la laguna. Se enzarza con los anátidos, un paquidermo y algún pingüino de aguas cálidas. Es una batalla cruenta, a vida o a muerte. Un transatlántico se ofrece a rescatar a alguna de las víctimas pero por falta de espacio solo puede hacerse cargo de una pequeña estrella de mar. El crío hace aguas menores y se declara náufrago. Se inicia un corto período de zozobra. Gritos, histeria y una llantina con hipo. Una figura todopoderosa se acerca y enérgica introduce sus suaves manos para rescatar a la pobre criatura que se ha tragado poco menos que el líquido de media bañera y que va a necesitar muchos mimos para olvidar el mal rato.  

 

24. Rebobinando la memoria

Wenceslao enfila la chopera que rodea la carretera que marca la única salida mientras, girando la cabeza, parece sorprendido al escapar del pueblo por primera vez en décadas. El destino que espera al final del camino no parece inmutar a un personaje (¿diseñado por Delibes?) de rostro inescrutable y con la sobriedad del castellano prendida al pecho con orgullos de labrador.

 

Su juventud (arrebatada) se disuelve en el café de los años alejado del pueblo. Días marcados por la imagen de la vieja Europa cuyo saludo de bienvenida fueron los fríos pegándose al costillar y una niebla difuminando su belleza, mostrándose incapaz de alterar la templanza de quien jamás conoció parajes lejanos. Solo atisbo un brillo en sus pupilas al momento de tomar el tren que nos trasladará a Oswiecim, punto de lectura en el libro de la historia de nuestra aventura. Su mirada perdida (apoyando la cabeza en el cristal que nos anuncia campos nevados y cielos grises) va tornando en interés mal disimulado a medida que el tren mastica un condumio de raíles que se va acercando al final. Y (junto a él) me siento protagonista de la película de toda una generación de abuelos.

 

23. SUENA A ÚLTIMO TANGO… (Ana Tomás García)

Esta parejita de recién casados está verde como la hierba recién cortada,  parecen tiernos corderitos perdidos en un redil que les resulta ajeno, su nuevo apartamento. Como no tienen mucha idea de cómo solucionar un  pequeño contratiempo, deciden improvisar, así que Julia adopta la postura que cree más cómoda y Marcos va en busca de la mantequilla para usarla de lubricante.

 

-A ver cariño, yo te la voy dando y tú la vas untando con mucho cuidado por todo el alrededor.

-Sí, y tú, cuando yo haya terminado, empiezas los movimientos muy despacio para que se vayan engrasando bien las dos partes…

-Ok.

-Venga, ya puedes.

-Allá voy.

-Despacito cariño, que si no, no funciona.

-¿Así mejor?

-Sííí, ¡venga dale más, que esto ya va!

-Wow, cariño, ¡qué gusto! ¡Esto es una maravilla!  Hale, ya puedes bajarte de la encimera que esta dichosa puerta del armario no va a chirriar más.

-Ni que lo digas, amor mío, menos mal que compramos mantequilla para desayunar.

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