Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SCHADENFREUDE

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta tercera propuesta es el término alemán SCHADENFREUDE, que viene a significar la "alegría por el mal ajeno" Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de MAYO

Relatos

AGO167. MENÚ DEL DÍA, de Esperanza Temprano

Terminadas las patatas fritas, me disponía a zampar la yema del huevo que había dejado para el final. La aplasté sin piedad con un trozo de pan que iba directo a mi boca cuando las vi flotar en el líquido amarillo. Llamé al camarero y le señalé el plato, miró nervioso de un lado a otro y dijo entre dientes: ─Cómaselas, se lo suplico, no me comprometa─
Me debatía entre la incredulidad y la indignación cuando salió el cocinero: ─Cómaselas, por Dios, que nos van a cortar el cuello─
Tiré con enfado la servilleta sobre la mesa y me levanté, en décimas de segundo las dos hermosas moscas negras desaparecieron del plato, el camarero se comió una y el cocinero la otra mientras el dueño del restaurante se acercaba a la mesa: ─¿Algún problema,Señor?─
Me quedé sin palabras, pagué la comida, me acompañó a la puerta sin perderme de vista con sus ojos negros y saltones y me despidió cordialmente propinándome unas palmaditas en la espalda con sus patas.

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AGO166. CAUTIVA EN LA COCA COLA, de Juana Mª Igarreta Egúzquiza

No sé el tiempo que llevo encerrada entre las pegajosas paredes de esta botella de Coca Cola.
Ahí afuera están ellos. Él se llama César. A ella no la conozco. Llevan largo rato sentados, en silencio, mirándome fijamente sin apenas cambiar de postura. Cualquiera diría que soy lo más interesante que han visto desde hace mucho tiempo. Pero no saben el riesgo que corren teniéndome tan cerca.
La única esperanza de alcanzar mi objetivo está en el cielo. Ese cielo que por momentos se va cuajando de plomizas nubes, augurando tormenta. Igual que aquella tarde y en esta misma terraza, César y yo, entre risas y miradas llenas de complicidad, jugábamos con una pequeña abeja cautiva en una botella de Coca Cola. Justo habían comenzado a caer las primeras gotas de lluvia y a sonar los primeros truenos, cuando un rayo impactó sobre mí fulminándome, al mismo tiempo que hacía estallar la botella de Coca Cola. Lo que nadie sabe es que mi espíritu tomó cuerpo en aquella pequeña abeja y en ella vivo desde entonces. Y aquí estoy, esperando que un nuevo rayo alcance a Cesar e impacte en la botella de Coca Cola uniendo nuestros espíritus para siempre.

AGO165. LA METAMORFOSIS, de Patricia Mejías

Al enterarse del destino final de su hijo, la señora Samsa, indignada, sale a la calle. Del polvo del camino saca el cadáver, y lo lleva, a escondidas, al ático. Durante nueve noches, a la luz del menorá, recita un antiguo conjuro: “Que tu existencia tan dura renazca en una vida mejor”. La novena noche, la carcasa se parte en dos.
—Franz, Greten. Vengan rápido —llama la madre a gritos.
La señora Samsa ve, en el alfeizar de la ventana, un ángel recién nacido de alas arrugadas y goteantes; el padre y la hija, una corona de oro puro encima de la cabezuela oval.
Hipnotizados por las rítmicas pulsaciones de luz, ambos se acercan hasta casi tocar la aureola; pero primero se topan con las mandíbulas abiertas del insecto.
Con una escoba, la madre espanta a Gregorio al jardín para el vuelo definitivo, y barre los restos de su familia a la calle.

AGO164. QUIERO DORMIR, de Purificación Rodríguez Díaz

No puedo dormir. Creo que moriré pronto porque, según dicen, no se puede vivir en perpetua vigilia. Y yo estoy continuamente despierta.

Lo he intentado todo, desde meter la cabeza debajo del agua para ver si así cerraba los ojos, hasta tapármelos con las manos para no ver nada. Todo inútil. Debajo del agua no consigo cerrarlos y mis manos siempre dejan libre algún ángulo.

Creo que la razón por la que nunca he sabido lo que es un sueño reparador, como suelen llamarlo los que duermen, es que mis ojos reciben tantas imágenes y tan continuamente, que mi cerebro no es capaz de procesar tanta información de golpe y siempre tiene trabajo pendiente.

Es un auténtico tormento que me está volviendo loca. A veces no puedo pensar con la claridad de antes, cuando, aunque tampoco dormía, era más joven. Noto que estoy más lenta de reflejos y eso puede resultarme fatal, lo sé.

Ayer mismo, casi palmo de un zapatazo propinado por un niño perverso, empeñado en que el pastel que yo estaba comiendo, era suyo. Estaba sobre una mesa y yo lo había visto primero. Mientras me ponía a salvo de milagro, osó gritarme:

¡Muere, maldita mosca!

AGO163. ODA AL BICHO, de Fernando Andrés Puga

Moscas, abejas, gusanos.
Arañas, escorpiones, cucarachas.
Escarabajos, grillos, garrapatas.
Pulgas, hormigas, langostas, bichos bolita.
Luciérnagas.
Ciempiés.
Es infinita la variedad de insectos en La Tierra y acaso haya algunos que aún no conocemos. Si hay vida en otros mundos, han de ser insectos.
Pasarán los hombres y mujeres, quedarán los insectos. Y se habrá de acabar el alimento, a menos que nos dispongamos a comer insectos.
¡Que vivan los insectos! Por siempre. Adoremos a nuestros benefactores, dadores de confianza en el futuro, generadores de esperanza para esta especie nuestra tan gastada a pesar de ser tan joven.

Y luego del brindis, compañeros, empecemos de una vez a masticar este suculento plato de termitas que acaban de servirnos. Espero que esta vez ya puedan manejar con habilidad las antenitas. Es sólo cuestión de acostumbrarse.

AGO162. ARRIBA EL TELÓN, de Juancho Plaza

Atraída por una singular fragancia, por lo que de lejos parece ser un pedacito de cielo y por su pulcra imagen, toda vestida de negro, de vendedora de Biblias, se eleva. En pleno ascenso descubre que lo que parecían nubes de algodón de azúcar, irresistibles a su goloso paladar, no son sino una compleja trama de pegajosos hilos que, envolviéndole, se convierten en grilletes, más férreos cuanto más se debate. Maldice mil veces que ni siquiera su mirada de múltiples facetas, le haya advertido del fatal destino hacia él que ha dirigido su vuelo. Agotada y cautiva, siente los ojos de su captora clavados en los suyos y como sus pasos, martilleando sobre la seda, entonan un réquiem tantas veces repetido. Solo entonces, mientras su macabra modista urde la mortaja a su alrededor, alcanza a ver a otras como ella, envueltas y milimétricamente distribuidas, con la precisión que lo haría un agrimensor, en aquel campo de muerte. Se apaga la mosca y la araña asume s
u esencia.
Por la mañana, al abrir las ventanas, un viento fresco barre los rincones, deja caer al suelo un polvo color ceniza y el escenario preparado para la siguiente representación.

AGO161. CONVIVENCIA INÚTIL, de Fernando Martínez

Tengo una mosca detrás de la oreja y otras dos revoloteando la papilla endurecida de Isabelita. Varias cucarachas recorren el suelo a sus anchas. Un par, las más intrépidas o desesperadas, están a punto de coronar la montaña de platos del fregadero. Me arrepiento ahora de no haber accedido a comprar el lavavajillas. He descubierto que esas minúsculas hormigas argentinas han invadido el ecosistema de las autóctonas y el mío, que vienen para quedarse, que no le hacen ascos ni a la longaniza ni a otras carnes menos curadas. Que los repelentes tienen una función limitada y que las picaduras de mosquito ya no duelen cuando pierdes la cuenta. He aprendido mucho en este tiempo, pero sigo preguntándome cuanto más va a tardar María en volver del estanco, por qué tuvo que llevarse a Isabelita con ella y para qué necesitaba comprar tabaco si ella no ha fumado nunca. Tengo tanta hambre, tanta que, estoy seguro. Si María no vuelve pronto, moriré de inanición persistente.

UN PAR DE CAMPEONES

Nos ha llegado el chivatazo de un concurso fallado hace unos días, el Primer Concurso Casa de África PURORRELATO, y que tiene por protagonistas ENTC  a un par de amigos que se perfilan siempre en todas las quinielas… 
Vaya racha…
Ha ganado el concurso
MAR HORNO
y ha sido seleccionado para su publicación
EDWINE LOUREIRO

¡¡FELICIDADES!!

AGO159. MUESCAS, de Laura Garrido Barrera

Aplasta el escarabajo con el talón, y tras el chasquido de sus élitros, siente un profundo bienestar interno. Busca otro bicho, idéntico, y lo pisotea con igual decisión. Siente un pequeño desahogo que relaja sus nervios. Con una piedra realiza una segunda muesca en la pared donde se apoya su catre.

Sus acciones son criminales. En cuanto ve sus cuernos en movimiento, los persigue con saña hasta aplastarlos. Cuando se abre el ventanuco, sus ojos vidriosos se iluminan pensando que entre la lechuga puede encontrar alguno más, y sabe que no dudará en masticarlo. Busca el orificio por el que entran y lo ensancha con la cuchara para que sus visitantes no encuentren escollos a su paso. Pasadas tres semanas ya le cabe un brazo, y transcurrido un año, el cuerpo entero.

Una mañana asoma por el agujero un visitante menudo que viste a rayas negras y blancas. Es parecido a los escarabajos, lo nota en sus enormes pupilas dilatadas. Se excita, y tras un golpe certero con la palangana de hierro, realiza una nueva muesca en la pared. Se mira en el espejo, y se sienta sobre sus cadenas con la certeza de que ha encontrado otra víctima.

AGO158. GÉNESIS 9, de Eduardo Iáñez

Hoy he vuelto a soñar con un viaje inesperado y, después de un sueño inquieto, me he levantado con una inusual percepción de mí mismo. Sin vacilación la he achacado a la blandura interna de mis órganos, contenidos en un exoesqueleto de quitina de color pardo; a las largas y finísimas antenas que rematan mi cabeza y me permiten una inusitada apreciación de mi entorno; y a mis dos ojos compuestos dorsales, tan engorrosos como redundantes me parecen mis tres ocelos superiores. Todo ello me ha provocado una repulsión momentánea, a la que me he sobrepuesto obedeciendo a la imperiosa necesidad de salir de casa.
Fuera comenzaba a caer una fina lluvia, que nos ha renovado a todos por igual: a dictiópteros como yo, a laboriosos coleópteros y vivaces dípteros, a lepidópteros en cualquiera de sus fases de metamorfosis, a odonatos de magnética mirada… Juntos hemos dejado a un lado nuestros temores al contemplar cómo hoy, después de una semana de incertidumbre, las naves han comenzado a posarse con suavidad. Hemos avanzado sin temor hacia ellas y hemos entrado ordenadamente. Nuestros iguales nos esperan ya para conducirnos en un recorrido ajeno, por fin, a las debilidades del género humano.

AGO157. CHEF – D’OEUVRE, de Jerónimo Hernández de Castro

El chef se inclina sobre su obra, sin que de su riguroso examen escape ni una brizna de cebollino fuera de lugar. Pronto emitirán el veredicto y la prestigiosa y cercana estrella en juego podría venir a identificarle como uno de los grandes. ¡Si el abuelo levantara la cabeza! El fundador del restaurante familiar estaría orgulloso de su nieto que, con la incorporación de nuevos conceptos de la diversidad cultural del planeta, había renovado técnica y elaboración de producto para poner la antigua casa de comidas en la vanguardia gastronómica.
Próximo al gran momento, no podía olvidar al amor de su vida, ella que jamás se apartó de su lado y a quien cautivó con un discurso de sabores para alcanzar su corazón, enamorado desde el paladar. Con una pizca de tristeza lamentó que el plato decisivo no sería nunca servido a su amada pero no disponía de un segundo más. Su obra maestra estaba a punto para emplatar y los rigurosos jueces Michelin aguardaban en el comedor: Crujiente de cucarachas sobre verde caramelizado de saltamontes tiernos.

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