Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

MAMIHLAPINATAPAI

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. Comenzamos el año con MAMIHLAPINATAPAI, el entendimiento con la mirada. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
31 de MARZO

Relatos

JUN140. EL ESPEJO TIENE DOS CARAS, de Gabriel Bevilaqua

Ayer, mientras hacía el nudo de mi corbata, el espejo me reflejaba cepillándome los dientes. Deduje que se había descompuesto, y llamé, gracias a las páginas amarillas, a un reparador de espejos. Éste, tras verse reflejado sin demoras, y comprobar que, en cambio, yo era exhibido con la guía telefónica en una mano y el celular en la otra, me dijo que el espejo no tenía ningún problema, que la cuestión pasaba por mi imagen.
—¿Puede repararla? —le pregunté.
—No, eso se escapa de mi esfera laboral, pero no se preocupe: mi cuñado es médico de imágenes especulares —me dijo y me extendió una tarjeta.
Desgraciadamente, el facultativo sólo disponía de turnos libres para dentro de un mes. Incapaz de quedarme de brazos cruzados hasta entonces, me planté frente al espejo e increpé a mi imagen. Cuando se me agotó la saliva, dijo que no era necesaria tanta agresividad. Y pasó a referirme sus aflicciones: su mujer lo había abandonado por otro, le habían bajado el sueldo apelando a la crisis, se estaba quedando calvo… Curiosamente sus problemas coincidían con los míos.
Ahora, mientras el espejo me refleja haciendo el nudo de la corbata, yo recién estoy cepillándome los dientes.

JUN139. TESTIGO MUDO, de José Ángel Gozalo Molina

Como cada mañana desde hace años, dos jóvenes se miran frente al espejo todavía empañado del baño. Toda la casa huele a café recién hecho y tostadas.
Suena música de fondo mientras él se afeita, y ella le observa de reojo dándose los últimos retoques de maquillaje, que borra las marcas de una larga noche de cómplices caricias.
No le piden más a la vida. Sólo que nada cambie.
El mismo espejo que tantas veces los ha visto abrazarse, es testigo mudo del beso de despedida, con sabor a pasta de dientes y de un <> susurrado al oído.
Cuando el vaho se desvanece de nuevo, la mujer ya no está allí. Sólo queda el reflejo de un hombre carcomido por la soledad, que vive de recuerdos.
En realidad, ella se marchó hace mucho tiempo. Casi el mismo en el que la enfermedad deformó su hermoso rostro, y ya no fue capaz de soportar su imagen en el cristal.
Bajo el espejo roto, tirado en el lavabo, los policías encuentran un bote vacio de pastillas.
En el suelo, el cuerpo sin vida de un hombre, con una mancha de nacimiento, que ha cambiado al lado contrario de su cara.

http://pensarenletra.blogspot.com.es/

JUN138. EN BUSCA DE LA FELICIDAD, de Mariano Álvaro

Colecciono espejos. Sí, lo sé, es extraño. Mis conocidos aseguran que soy un tanto ególatra y un poco narcisista. ¡Qué saben ellos! ¡Tristes ignorantes! Pero prefiero que pienses así de mí a que descubran mi secreto.
Hace ya muchos años, cuando tan solo era un niño, jugueteaba frente al espejo que era la puerta corredera del armario empotrado de la habitación de mis padres. Mi abuelo me descubrió y yo sentí la vergüenza que precede a la inocencia del niño.
-No te ruborices, Juan, no hacías nada malo, o, ¿no será que has encontrado el espíritu del espejo y me lo quieres ocultar?
-¿El espíritu del espejo, abuelo? ¿Qué es eso? –lo interrogué con los ojos abiertos como platos.
-Existe un espejo en el mundo. Nadie sabe dónde está, pero cuenta la leyenda que quien lo encuentra descubre la felicidad eterna. Te vi reír y creí que lo habías encontrado.
Al día siguiente de nuestra conversación mi abuelo falleció y yo creí que se había escondido en un espejo. Desde entonces busco en cada uno de ellos su imagen y la felicidad eterna.
http://marianoalvaro.blogspot.com.es/

JUN137. LIBERACIÓN, de Puri Otero Domarco

Había estado toda la noche elucubrando un plan para deshacerse de ella , se levantó y se fué derecha hacia el espejo, y como siempre alli estaba , sin pensarlo dos veces cogió la pistola, apuntó a su cabeza y le pegó un tiro.
El cristal se hizo añicos , ella esbozo una sonrisa y guardo el arma. Se había liberado de su otro yo, pero del otro lado ella seguía viva y al descubrirlo lloro, la sensación que habia experimentado no era lo que habia pensado, los problemas seguían acuciandola,ya nada la retenía ,ella a la que acababa de matar era su única compañía y ahora estaba sola.Por eso volvió a coger la pistola y apuntó hacia su cabeza. El disparo sono en toda la habitación, la sangre lo inundó todo, y en uno de los trozos del cristal pudo verse reflejada su sonrisa.

INSPIRACIÓN PARA LOS ÚLTIMOS ESPEJOS


Los espejos pueden hacernos románticos, y ése es su secreto. ¡Qué tortura tan sutil sería destruir todos los espejos del mundo! ¿Dónde buscaríamos entonces la confirmación de nuestra identidad? Te lo aseguro, querido, Narciso no era un egoísta… Era sencillamente uno de nosotros que, en su indestructible aislamiento, reconoció, al ver su imagen, al único camarada hermoso, al único amor inseparable… ¡Pobre Narciso! Posiblemente fue el único ser humano honrado en este sentido.

Truman Capote. OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS. Edit. Anagrama

JUN135. EL REFLEJO, de Magdalena Carrillo Puig

Cuando se miraba en el espejo no le gustaba lo que veía, le costaba reconocerse en aquella imagen. No podía aceptar el transcurso del tiempo. No quería parecerse a aquella persona a quien se le descolgaba el mentón y que cada día tenía las mejillas más lánguidas. Había probado todas las cremas y tratamientos sencillos sin éxito.
Aquel día le dio por hacer carusas y al poco ya se increpaba:
-¡Que no me gustas! Te quiero tersa y sonriente.
Entonces fue cuando la imagen, disgustada con la cotidiana retahíla, le replicó:
-¡Pues si crees que a mí me encandila estar aquí adentro, vas lista! Al menos tú sales y entras, te mueves y observas, habitas la vida. Te propongo que cambiemos nuestros roles a ver cómo te sientes.
Y dicho y hecho. Alicia aceptó.
La imagen salió y nunca regresó a mirarse en el espejo.

JUN134. INTRUSO, de Kalton Bruhl

“Nunca te librarás de mí”, le había dicho el intruso, antes de dejarlo encerrado. Debía escapar. Era su única esperanza. Logró forzar la puerta y salió de la habitación. Llegó a la sala de la casa y se tranquilizó al verla vacía. Cuando estaba a punto de alcanzar la puerta principal, le pareció ver algo con el rabillo del ojo. Giró la cabeza despacio. El intruso lo llamaba desde las sombras. Obedeció, sabiéndose perdido. Cuando estuvo frente a él, el intruso le introdujo un revólver en la boca. Sintió el sabor del metal y cerró los ojos, antes de que su sangre cubriera por completo el espejo.

¡¡¡ESTÁIS EN TODAS PARTES!!!

Pues nos encanta este fin de mes, cada día nos llega un chivatazo optimista.
Hoy han salido los relatos finalistas de mayo en La Microbiblioteca. 
Si usáis este ENLACE váis a encontrar a un montón de gente conocida
FRAN RUBIO, RUBÉN GOZALO, ESTHER CUESTA, ELISA DE ARMAS, KALTON BRUHL
Enhorabuena a tod@s ell@s… 

REGISTRO DE USUARIO

En previsión del cambio que tendremos mañana en la gestión de los comentarios, hemos recibido algunas consultas para conocer cómo se pueden hacer registros de usuarios que el sistema de este blog permita. He estado echando un vistazo y creo que el sistema más sencillo es abrir una cuenta de correo gmail en Google, lo que hace que automáticamente te genere un perfil de usuario que Blogger (el sistema de este blog) reconoce y permite.
Si conocéis algún otro sistema os agradecería que lo aportéis como comentario para echar una mano a los que aún no tienen forma fácil de introducir comentarios. 
Gracias.

JUN133. UN MOMENTO DE LUCIDEZ, de Rosa Molina

Nos mandaron construir otro barracón que resultó ser una peluquería. El primero en entrar era el director del campo. Corte de pelo, patillas, afeitado y loción. Al terminar alisaba su uniforme mirándose en el espejo, satisfecho. Luego iba el médico, el jefe de vigilancia y el resto de mandos. Nosotros, pegados a la ventana, devorábamos en silencio su saludable aspecto. Un día agarraron al pobre Vasili de la solapa, ¿el camarada desea afeitarse?, y ordenaron raparle cabeza y barba, con sus risas de fondo. Cuando el peluquero acabó, Vasili se miró en el espejo, intentando recordarse, reconocer al otro, acercándose, alejándose, de un lado, de otro, tocando sus mejillas hundidas, las zanjas bajo sus ojos. Nosotros, desde fuera, con una lástima feroz, vigilábamos la calidad de su equilibrio. De repente rompió a reír y salió, triunfal, ¡estos estúpidos querían hacerme creer que el desgraciado del espejo era yo!, exclamó y nosotros reímos, aliviados, aspirando ruidosamente su delicioso perfume.

JUN132. LA VIDA, de Antonio Nieto Díaz

Llevo sesenta y cinco años mirándome al espejo del cuarto de baño y no me reconozco. Pero ¿quién es ese individuo de cara triste y pelo gris, repleto de arrugas y papada? No hace sino un “rato” que aparecía aquel otro más alegre: fue el día que le anunciaron que nació Carlitos. Y no digamos del individuo de pelo largo negro como el azabache que se preguntaba si hacía bien en casarse con Ana. El que más me gustó fue el del joven que se echaba gomina en el tupé, porque quería estar atractivo: era su primera cita y estaba delgado como un fideo. !Ah, casi lo olvido! También estaba aquel mocoso que abría la boca como una rana para verse como se le caían los dientes; después de aquello no recuerdo a nadie.
Me pregunto si la próxima vez que me mire al viejo espejo aparecerá alguien.

JUN131. DELANTE DEL ESPEJO, de Marta Trutxuelo García

Traspasó el umbral. Temor, nerviosismo, inquietud… todo un mosaico de emociones fue coloreando su faz, mientras sus ojos, como dos grandes focos interrogantes, realizaban un recorrido por la superficie irisada. Inmóvil frente al vidrio, Alicia reconoció aquellas facciones suaves, se identificó con ese perfil jovial y radiante, redescubrió la espesa melena dorada que enmarcaba su rostro… pero su mirada chocó con unos ojos que no respondían a su desafío visual. También interpeló a la luna del armario de su habitación: las mismas facciones, el perfil, la melena… y aquella mirada perdida. “Te he preparado el baño”, la voz de su marido reclamó su atención; Alicia traspasó la neblina de la estancia y cuando su mano retiró la cortina de vaho que cubría el espejo del baño asomó una instantánea aún empañada: unas facciones castigadas por la angustia, un perfil cincelado por la enfermedad, una melena rubia de muñeca, carente de vida… y una mirada esperanzada que emergía del pozo del dolor al descubrir las manos de su compañero que, con renovada confianza, rasgaban una fotografía mojada, la misma imagen que había cubierto cada espejo de cada habitación recordándola hasta aquel día, el día en que Alicia había regresado a casa.

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