Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

WABI SABI

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta cuarta propuesta es el concepto japonés del WABI SABI. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
30 DE JUNIO

Relatos

AGO57. CUESTIÓN DE TONOS, de Inmaculada Rodríguez Flores

Llegó a casa bien entrada la tarde.  Era verano,  llevaba los pies levemente hinchados, y con tanto calor lo único que deseaba era tumbarse en el sofá.
Su esposa corrió a su lado, besó su mejilla e intentó abrazarle..
—       Estoy cansado — contestó Benji con frialdad.
—       Está bien, prepararé un té helado, sé que te encanta — contestó Grace con cariño.
Mientras el marido se duchaba, ella preparó un té con limón frío y algo ligero para cenar. Sabía que había tenido un día horrible. Además, con tanta crisis no había conseguido cobrar las facturas  pendientes. Eso era lo que le tenía de tan mal humor.
—       ¡Prepárame una de esas pastillas azul marino que lo curan todo…! Me duele mucho la cabeza… — gritó Benji desde el cuarto de baño.
—       Por supuesto, amor. — contestó Grace.
Ni corta ni perezosa le sirvió, junto al té frío, lo que el marido había solicitado.
Al rato, Benji tenía un enorme “calentón”. No lo comprendía, había llegado con una enorme jaqueca y al  tomar su “antalgín”, no sólo había mejorado su salud, sino su energía.
Desde el dormitorio Grace sonríe. Nunca le ha gustado desobedecer a su marido…sólo que confundió el tono del azul, a su favor.

UNA INSPIRACIÓN CLÁSICA DE… MAR AZUL

Marché directamente hacia la costa oriental de la isla, porque había resuelto descender a la restinga por el lado del mar, con lo que evitaba todo riesgo de ser descubierto desde el fondeadero. La tarde había caído, aunque aún lucía el sol y el calor era penetrante. Y a medida que seguía mi camino por entre los árboles, podía oír en la lejanía, frente a mí, no sólo el sonido del mar en las rompientes, sino el balanceo de las copas de los árboles que me indicaba que la brisa marina se levantaba con más fuerza que de ordinario. Pronto me llegaron las primeras bocanadas de aire fresco, y en unos pasos salí del bosque y pude contemplar el mar, azulísimo y resplandeciente de sol hasta el horizonte, y el oleaje que batía las playas y las cubría de espuma.
Nunca pude ver aquella mar en calma en torno a la Isla del Tesoro. Aún cuando el sol incendiara los aires sobre nuestras cabezas, aunque el cielo estuviera como suspenso, o aunque la mar fuera una limpia y tersa seda azul, grandes olas seguían batiendo noche y día a lo largo de la costa con formidable estruendo, y no creo que hubiera ni un solo lugar en la isla donde ese ruido no penetrara.

LA ISLA DEL TESORO, 1888. Robert Louis Stevenson

AGO56. AMANTE, de Nedelin Báez

Vestida de azul estás hermosa, justo como te recordaba. Una chica tierna, misteriosa pero tan mujer y niña a la vez. Tuve miedo de hablarte, decirte que te extrañé todo este tiempo, que seguía siendo el mismo que una vez se sentía atraido por ti. Aunque después de verte ya no me sentía igual. Te vi más mujer, con más cuerpo, más decidida pero aún más misteriosa.
Ya no me gustabas ahora también te deseaba, me sentía como un loco, estaba asustado. ?¿Porqué sentía esto por ti?
Te deseaba con locura que estaba dispuesto a hacer lo que me pidieras,sin miedo, sin penas. Quería ser tuyo nada más.
Pero nunca me perdonaste que te haya dejado todo este tiempo y peor aún es que lo volveré a hacer aunque todavía no lo sepas.
Si ! soy una mala persona ya lo se, porque te deseo y quiero que seas mia, aunque se que eso nunca pasará porque esperas a alguien especial para entregarle lo que consideras tan preciado y que solo una persona que ames y te ame lo apreciará.
Pero por un demonio ! Porqué me sigues provocando? y haciendo que mi deseo se note por encima de la ropa ahí, comprendí que eres tan mala como yo.

AGO55. MISMOS ERRORES, de Nicolás Jarque Alegre

Me enviaron para reconstruir aquel lugar donde los vientos del norte y del sur convergen, las cigüeñas no se atrevían a volar, las flores no crecían y el cielo mantenía un perpetuo azul marino. La tarea no era sencilla porque no encontré ninguna casa en el que el viento no hubiese hecho mella, las ratas campaban a sus anchas y los seres humanos yacían demacrados por la peste. Inicié mi trabajo: el primer día prendí fuego a todo el pueblo; el segundo día, barrí las cenizas y desempolvé el cielo para diferenciar el día y la noche; el tercer día, labré la tierra yerma y planté hortalizas, arboles y flores; el cuarto día, suministré agua creando una red de cañerías; el quinto día, construí casas, adosados, oficinas y hasta estatuas en honor a mis hermanos; el sexto día, compré una pareja de cada especie animal y los solté para que se reprodujesen; y el séptimo día, yo no descansé y me lancé a publicitar la nueva promoción por inmobiliarias, medios de comunicación e Internet. Ya en mi nube, mientras reposaba, observé como los primeros moradores ocupaban mi creación. Para mi desgracia la bautizaron como Seseña II.

 escribenicolasjarque.blogspot.com

AGO54. A LA DERIVA, de Joaquín Valls Arnau

Eran sus primeras vacaciones en aquella hermosa bahía, en cuyo extremo se erigía un pueblo que antaño había sido de pescadores. Una tarde alquilaron una barca a motor de cuatro plazas, con un toldo de lona. Al entregársela les indicaron que podían desplazarse libremente por el interior de la bahía pero sin salir a mar abierto, donde había bastante más oleaje y el color azul del mar presentaba una tonalidad más oscura.
Al cabo de un rato pararon el motor, con el propósito de comer unos bocadillos. Sin que se dieran cuenta, la barca se fue acercando peligrosamente a la costa. En cuanto fueron conscientes de la situación, intentaron a la desesperada poner de nuevo en marcha el motor, pero fue en vano. Para entonces, se hallaban ya a escasos metros de las rocas.
De súbito, vieron que una motora se aproximaba a gran velocidad. Al llegar a su altura, se detuvo. El hombre que la conducía, con gorra de marinero y gafas oscuras, alargó un brazo hacia el interior de la barca y, sin ninguna dificultad, consiguió poner en funcionamiento el motor, sacándolos del apuro. Acto seguido se marchó, tan rápido como había venido, sin mediar palabra.  

(Concursa CAN)

RELATO FUERA DE CONCURSO YA QUE
 EL AUTOR ES JURADO DE ESTE MES

AGO53. REENCUENTRO, de Raúl Gómez Lozano

Los días que el anciano pescador pasaba en el asilo lo erosionaban como olas a una vieja roca. Sentado al lado del ventanal, escudriñaba durante horas enormes trozos de infinito mientras abrazaba con firmeza su cuaderno.
Cuando el viento le trajo al fin aquella melodía, un brillo apareció en sus ojos. Abrió el cuaderno, pintó de azul hasta el último centímetro del folio y se zambulló en él. Apareció al otro lado del mundo, robusto como Poseidón. Volvió a disfrutar de su barco, volvió a luchar con titánicos peces, volvió a naufragar, y volvió a creer enloquecer cuando ella lo rescató.
Era hermosa como el reflejo de la luna y su canto nacía del mismo Paraíso. Su mitad animal no impidió que se amaran con pasión y, pese a separarse obligados por la diferencia de sus mundos, prometieron reencontrarse allá donde no existe el tiempo. Cuando llegase el momento, ella le avisaría.
Fue tal la fuerza con la que se introdujo su voz en él, que los gritos de las enfermeras se perdieron en el vacío, incapaces de evitar que aquel viejo pescador abandonase la vida con una sonrisa en la boca y un cuaderno extrañamente húmedo entre los dedos.

 http://lacallejueladelaspalabras.blogspot.com.es/

AGO52. AZUL INTENSO, de Yolanda Nava

Juguetes con los que no jugué. Libros que no leí. Películas que me perdí. Citas que cancelé. Comidas que no deleité. Noches en las que no trasnoché. Bailes a los que no acudí.
Esfuerzo. Tesón. Ilusión. Desvelos. Más ilusión y un recurrente sueño como primera piel.
 De frente un mar inmenso se besa con el cielo, se funden allá al fondo mientras me concentro. Suena el pistoletazo y estoy sola con mi valiente vela y el azul como reto. El viento –generoso- silba en mis oídos una melodía que interpreto.
Avalancha de abrazos que saboreo. Gloria que rozo con los dedos. Vítores que esbocé apenas en mis sueños.
Felicidad circular, deslumbrante oro colgando de mi cuello. Alguien me pregunta de qué color son los sueños. Miro el horizonte y contesto: azul, azul intenso.

UN AGRADECIMIENTO… Y UN JURADO AZUL

Creo hablar en nombre de todos los que han pasado por la situación de ser jurado de este concurso a la hora de agradeceros muy sinceramente vuestra buena disposición a aceptar las selecciones de estos meses con una exquisita nobleza, y asumiendo y entendiendo (es lo lógico) que a tod@s nos gustaría incluir a algún relato más o alguno distinto. Es una labor difícil que termina con un resultado como suma de los distintos gustos y criterios del jurado… y una pequeña pizca de fortuna.
Como es norma en esta segunda convocatoria de ETC dos de nuestros ganadores del mes pasado entran a formar parte del JURADO DEL MES siguiente mediante una invitación que suele seguir criterios de paridad. 
Este mes de agosto nuestro jurado «azul» lo formarán Paloma Casado y Joaquim Valls por parte de los participantes; y por parte de los organizadores, Mari Carmen Cobo representando al Molino de Bonaco y Juan Antonio Morán representando al Sendero del Agua.
Por último, recordaros que si queréis concursar en el concurso paralelo que nos ofrece el CAN no es necesario que enviéis un relato distinto, sino que basta con insertar alguna de las embarcaciones que muestran e su web en vuestro relato para este mes y añadir al final el aviso de CONCURSA CAN.

AGO51. RENACIMIENTO, de Begoña Heredia Ortiz

Se sentía cansado, sin vida. Forzó  el paso del caballo y  recorrió por  unas horas más el camino, hasta que  a lo lejos vio aparecer la franja fronteriza entre el cielo y el mar. Recortó con sus ojos la silueta del acantilado desde donde divisó la aldea; ya no era la misma, no la que   había abandonado años atrás. Ni  su  hijo, ni su   esposa, ni padres, ni hermanos esperaban su  regreso. Sus cuerpos yacían   solitarios en algún lugar esperando sepultura. Su pasado moría enterrado entre las ruinas de un pueblo fantasma,  quebrado por la mano ensangrentada de soldados  que como él  luchaban sin comprender la razón. Dos años de guerra en el nombre de algún dios, en el nombre de la justicia  ensalzada por un  rey ambicioso,  le habían arrebatado  todo cuanto poseía. El cielo se pintó de luto. Vio en los ojos vidriosos de  sus compañeros el reflejo del mar, que lloraba  con ellos. La rabia inundó sus  entrañas y sintió la punzada del odio. Avanzando hacia la orilla, gritó hasta que  el azul profundo de las aguas  reconfortó  su alma. Y allí mismo, frente al inmenso mar,  juró que volvería  a levantar su pueblo.

 http://unmundoporescribir.blogspot.com.es/

AGO50. LA ROSA MAR-AZUL, de Francisco Javier Sánchez

Se acerca el día, no puedo volver a fallar, debo ser preciso. No entiendo cómo pude equivocarme aquella vez… ¡esta vez no pasará! Ella, no volverá a mirarme despectivamente, no lo consentiré. Quiero que me vuelva a mirar con respeto, como lo hacía cuando nos conocimos, con esos ojos verde-oliva, brillantes y húmedos por la emoción de sentirse entre mis brazos… ¿Qué nos pasó? ¿Cómo pudo degenerar tanto nuestra relación? ¡Éramos tan felices, tan dichosos! ¿Qué decía…? ¡Ah, ya! No, esta vez no fallaré… la tengo justo enfrente, hermosa, radiante, fresca y perfumada… “Espero no sorprenderla demasiado, asustarla o hacer que desconfíe de mí… pero no, esta vez será diferente, comprenderá que nuestro amor está por encima de chiquilladas y absurdas monotonías. ¡Mírala, es tan hermosa…! ¡Dios! ¿Y si cree que lo hago porque hay “otra”? Ellas son tan desconfiadas… no soportaré tener que darla de nuevo explicaciones… ¿Las entendería? Pero no, ella… ¿me ama? ¡Malditas dudas! No me lo pienso pensar más, es tan bella y azul… Que es imposible que ella no la acepte como la rosa mar-azul, más bella y más hermosa.

  http://kilili-alma-sin-destino.blogspot.com.es/

AGO49. AZUL… DE MAR, de Luz Hernández Baute

Allí estaba, después de tantos pasos, de tantos días y de tantas lunas opacas. Inmóvil, con sus últimas fuerzas empujando su espalda hacia atrás, con su mirada escupiendo todos los reproches. Ante ella, inmenso y negro, el mar mecía mentiras. Ni azul, ni marino,  sólo  colores robados al cielo, con  puntillas de encaje bordadas por los vientos.  Falso, como el amor eterno, como la paz, como las manos dulces, como la risa y la esperanza.
De nuevo le dolieron los huesos, acarició los cardenales de sus brazos y se dejó caer sobre la arena.
 Las olas se acercaban, cada vez más osadas : «Tengo un lecho de algas que te espera, para abrazarte eternamente, un ballet de corales, de movimientos lentos y sutiles hará vibrar tus sueños,   bandadas de  pececillos de colores, cual serpentinas ingrávidas y alegres arrullarán tu cuerpo. Un paraíso donde el color no importa«.
Sólo paz.
Cuando el juez autorizó el levantamiento del cadáver,  el mar vestía de azul, azul robado al cielo, azul de paz.

AGO48. EMOCIONES, de Inés Zapirain López

– Cada noche sueño lo mismo: el mar me atrapa en su fondo azul… marino, al principio es placentero, me gusta. La angustia comienza cuando intento salir y una mano grande me lo impide… ni siquiera lucho… me siento derrotada-.
– ¿A quién cree que pertenece esa mano? – indaga Samuel garabateando un folio.
– Le pago cien euros la hora, ¡no pretenderá que haga yo su trabajo!-.
Roberta se levanta del oscuro diván dedicándole una mirada de fatua displicencia.
Samuel suspira asqueado. Al terminar psicología, nunca pensó que acabaría siendo el paño de lágrimas de clientes que jamás se involucran.
¿Cómo explicarle que el mar en el que se ahoga son sus propias emociones? ¿Cómo aconsejar a una joven engreída y vacía?
Roberta abandona la consulta ansiosa por llegar a su lujoso ático; su caminar es extremadamente erótico, ineludible. Ella lo sabe, y no puede evitar una honda satisfacción a cada paso.
Cuando llega, Lucas increpa enfadado:
– ¡Siempre tarde! Estoy casado, ¿recuerdas?, no puedo perder tanto tiempo contigo-.
Agarrándola por la nuca la acerca a su rostro. Roberta se ahoga en esos ojos azules… marinos; se angustia… pero no puede zafarse… porque los labios de su amante se aplastan contra su boca entreabierta, derrotándola.

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