Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SCHADENFREUDE

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta tercera propuesta es el término alemán SCHADENFREUDE, que viene a significar la "alegría por el mal ajeno" Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de MAYO

Relatos

UN POCO DE INSPIRACIÓN… LA FLORIMANÍA…

…adornar casas dignas, nobles y antiguas, lugares y edificios históricos con ornamentos florales anuncia un mal gusto que imaginar se puede. Quien lo hace o permite que se haga peca contra el espíritu de lo digno y lo bello y viola el hermoso recuerdo de nuestros bravos y nobles predecesores. (…) Desde luego las flores son bellas en sí mismas; pero no están para poner en solfa y desdibujar la noble severidad y belleza de las esculturas. La predilección por las flores puede degenerar en necia florimanía.
Robert Walser. EL PASEO

MAY33. SAKURA, de Mei Morán

Cuando pudo por fin hacer las primeras salidas la primavera ya estaba muy avanzada. La vi escudriñando el campo a la búsqueda, en vano, de alguna florecilla. Macilenta y defraudada volvía a casa exhausta.
Un día saqué del bolsillo los billetes y se los puse encima de la almohada. Sus ojos tristes se espabilaron por unos segundos y agradecida me abrazó sin hablar.
El viaje fue oneroso, no hizo más que vomitar. En Tokio los cerezos ya no tenían flores y nos aconsejaron ir a Hokkaido, mil kilómetros más al norte. Al llegar ya no tenía fuerza para dar un paso, no comió nada durante tres días. Desde la ventana del hotel divisé una montaña cubierta de un manto rosado y se lo quisé enseñar. Me pareció que su último gesto fue una leve sonrisa. Aunque no sé si llegó a ver la colina florecida.

 meimoran.blogspot.com

MAY32. MALA HIERBA, de Susana Revuelta Sagastizábal

En el otoño de mi existencia una semilla prendió en mi adorado pero estéril jardín. Después de años de atenciones y cuidados había perdido la esperanza de que un brote de vida iluminara esta tierra silenciosa; zarzas y matorrales habían ido avanzando sin compasión, arruinando todos mis desvelos.
Una tarde de mayo, con el arcoíris en su mirada y el descaro en sus labios, me reveló algo acerca de un retoño en ciernes, de un nuevo jardinero… La  espesa maleza que enredaba mi mente me impidió seguir escuchando; mi alma marchita, llena de espinas y amargura, solo pudo percibir el eco de risas imaginadas.
Con la misma pasión con que regaron y abonaron, mis manos han arrancado el problema de raíz y cubierto de baldosas el terreno. Han pasado los meses y para mi sorpresa los tallos que germinaron entre las juntas han comenzado a criar cientos de florecillas malvas.

 estelasdetinta.blogspot.com

MAY31. FLORES DE LUZ DE LUNA, de José Ángel Gozalo Molina

El camarero volvió por enésima vez y Leire le dijo que esperaría un poco más.
Llevaba un vestido rojo comprado para la ocasión y se había soltado el pelo, algo insólito en ella.
Se preguntaba con impaciencia como seria su admirador anónimo, aquel que con sus poemas y sus flores le había devuelto la alegría.
Espero a la luz de las velas hasta que se consumieron.
Aquella noche no hubo flores ni tampoco cambió su vida. Leire regreso a la soledad de su casa. Había una hermosa luna llena. Se durmió mirándola a través de la ventana cuando ya no le quedaron más lágrimas.
Por la mañana, al abrir la puerta se llevo una desagradable sorpresa: Junto al periódico estaban aquellas malditas flores, las que recibía desde hacía un tiempo. Las cogió del suelo y las estampo con rabia dentro del cubo de la basura.
Mientras ojeaba el periódico un titular le llamo la atención. Habían encontrado el cuerpo de un joven entre las rocas de la playa. Si hubiera seguido leyendo se habría enterado de que por dentro, su chaqueta estaba llena de flores. Unas flores blancas que solo florecían ciertas noches de luna llena, al pie de los acantilados.

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MAY30. DENTRO DEL ESPEJO, de Amparo Martínez Alonso

No hubo flores, eran colores de luces de neón.
No hubo flores, los globos metalizados y la lluvia de purpurina no necesitan pétalos.
No hubo flores porque nadie esperaba algo tan vulgarmente normal.
El aire olía a acero frío, a metacrilato transparente, a espejos cóncavos y convexos.
El cliente la elogió, sus jefes la felicitaron, los asistentes no encontraban palabras: original, rompedora, creativa, alucinante, transgresora,… La presentación de la nueva campaña publicitaria de “SEROLF”, el perfume del futuro, resultó un éxito asombroso.
La joven ASOR, responsable del diseño, regresa a su apartamento satisfecha, ilusionada por los resultados obtenidos.
Tiene un mensaje en el contestador:
—ROSA, se te veía guapísima en la tele, rodeada de tantas FLORES… Llámame cuando llegues, hija.
Regó su galán de noche, aspirando el dulce aroma nocturno, y marcó el 1:
—Hola mamá. ¿Te ha gustado la presentación?
—Ha sido magnífica, ROSA. Muy ingeniosa.
—Solo tuve que llenar la sala con el nombre del perfume… El resto lo hicieron los espejos.
¡No hemos sacrificado ni una flor para el evento! Aun estando rodeados de FLORES… como tú me enseñaste, mamá.
—Así es ASOR,… así es.

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MAY29. POR QUÉ AQUELLA TARDE DE PRIMAVERA, de Carla Rivera Montero

Clara estaba tumbada en la fresca hierba mirando el cielo azul. Tenía los ojos llenos de lágrimas. Estaba sola y nadie la comprendía. Una sola niña se había dado cuenta del gran error que había cometido la humanidad. Como es posible, se repetía una y otra vez. Como hemos podido ser tan tontos, se decía a ella misma. Lloraba, pero eso no iba arreglar nada. ¿Por que estaba llorando? Seguramente te estarás preguntando eso desde que comenzaste a leer el relato. La niña lloraba por su pueblo, destruido por la guerra, una estúpida guerra. ¿Para que sirve la guerra? ¿Para ver quien mata a más gente? eso no soluciona ningún problema. Maldito el día que se inventaron las armas, grito la niña a los cuatro vientos. Clara se puso de pie y se limpio las lágrimas. Ella era la única sobreviviente de su familia y no se iba a quedar de brazos cruzados. No pienses mal, no iba a vengarles, iba a impedir más muertes. Se juro a si misma que impediría la próxima guerra aunque fuera lo ultimo que hiciese en su vida. Porqué aquella tarde de primavera no hubo flores.

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MAY28. CAMPOS MUERTOS, de JoséMa P. Carpintero

No habrá flores en ese campo asolado, yermo, agónico y hambriento. Al polvoriento manto de su corteza no se acercará la vida, volará por encima o lo rodeará pero no ocupará ya nunca ese espacio abrasado por el odio.
Las flores le negarán sus colores y aromas. No brotará la vida sobre las minas que esperan -traicioneras- mutilaciones y venganzas, en nombre de una causa que ya nadie recuerda.

MAY27. ONCE PRIMAVERAS EN OTOÑO, de Miguel Pereira Rodrigo

 Miró a su alrededor todavía ruborizado, dolorido, avergonzado… con la delatadora mejilla claramente enrojecida y una familiar voz interior reprochando tanta valentía. Recordó el trágico momento que acababa de sufrir y su rostro se entristeció, si cabe más de lo que estaba. Cabizbajo no hizo nada para evitar que los hombros se desplomasen y con ellos cayó el resto del cuerpo sobre un cobrizo manto de verdes venidos a menos. Allí, hundido en su propio dolor, permaneció inmóvil durante cinco minutos esperando que el piar de los pájaros sanara sus heridas. De repente, en su rostro se dibujó una sonrisa. Apoyó sus escuálidos codos sobre la tierra seca y rápidamente se incorporó pensando que podría despejar sus dudas. Buscó una margarita para hacerlo y, ante su ausencia, intentó encontrar otra flor. Giró lentamente sobre sí mismo una última vez y regresó a la melancolía anterior. No hubo flores, ni pétalos, ni certezas… Nada, o casi nada. Sólo un niño con corazón de trapo y muchas dudas que esa tarde de otoño, cuando intentaba robar un beso, se encontró con los cinco dedos de Carla.

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MAY26. UNA NUEVA VIDA, de Irene Pastor

Había ido a comprar unas flores para la ocasión y sospechó del tipo que esperaba en la puerta, pero estaba tan ilusionado por la noticia que pagó rápidamente y se dirigió al restaurante. Lo que menos podía pensar es que venían siguiéndole desde Toulouse.

Todos eligieron el menú. Tras el café pidieron champán para celebrar la estupenda noticia de que M.T. y A.G. iban a ser padres. Cuando brindaban por una nueva vida, la División Antiterroristales interrumpió para detenerlos a todos.

UN JURADO…SIN FLORES…PARA MAYO

Después de volver a agradecer a Nacho su buena labor como jurado en el mes de abril, os comunico que para este mes de Mayo ejerceremos de jurado: Rosa Sáez (representando al alojamiento Molino de Bonaco), Xavier Blanco, uno de los flamantes seleccionados del mes de abril (representando a los participantes) y mismamente yo, Juan Morán (representando al Sendero del Agua).
Aprovecho para advertiros que tanto el relato que abre el concurso de mayo, firmado por mí, como el que posiblemente aparezca de Xavier Blanco en cualquier fecha de este mes, quedan excluidos del concurso y de su posible edición final.

MAY25. UN MUNDO PERFECTO, de Esperanza Temprano

Hace más de un mes que se cortaron las últimas flores y no ha pasado nada,  sus clones las han superando con creces, no necesitan tierra ni riego y nunca se marchitan, además nos ofrecen una completa gama de colores lisos, estampados a rayas, con  cuadros o con lunares y ello sin contar con que podemos elegir  el aroma que más nos guste: rosas con olor a café o margaritas que huelen a jabón de Marsella.
 Hace más de un mes que se llevaron a Violeta y me dejaron a su clon, es perfecta, no discute, no se queja  y no necesita cariño. Todas las  noches  después de hacer el amor la busco en esa mirada fría y distante. La echo de menos.

 https://elrastrodelapalabra.blogspot.com

MAY24. ALERGIAS, de Paloma Casado Marco

Nunca hubo flores, ni tan siquiera plantas de hojas lustrosas que adornaran su casa. Su marido tenía alergia a la alegría. Tampoco quiso tener hijos, y Manolito, su tabla de salvación, nació como fruto de la única mentira que se permitió, – ese descuido- en todos los años de vida en común.
Ahora, en el tanatorio, abrazada a su hijo, escoge la corona más grande, la más florida, para cubrir su ataúd, y sonríe entre lágrimas, como si el sol se abriera paso por fin, entre las nubes de una tormenta que acaba de terminar. Es su pequeña venganza.

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