Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

FOBIAS

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en FOBIAS

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LAS FOBIAS. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
30 DE SEPTIEMBRE

Relatos

NOV70. RECUERDO NOCTURNO, de Blanca Oteiza Corujo

Esta noche me ha abrazado tu recuerdo. La imagen de tu rostro sonriendo frente al mío, de tu cuerpo pegado bailando junto a mí, de tus ojos brillando como el fuego. De pronto, aquello que creía refugiado en el rincón del olvido ha aparecido avivadamente como cuando prende la llama.  Las calles de tu ciudad que sirvieron de escenario de nuestro pequeño romance, los paseos de la mano recorriendo sus monumentos, las cenas que degustamos en los cálidos restaurantes con su chimenea encendida.  Escondidos de miradas furtivas, de cazadores de recompensa, de idas y venidas como niños que juegan con fuego.
La noche se adentra en sus entrañas y el sueño va apoderándose de mis párpados que comienzan a caer. Me acurruco abrazada a la almohada. Tu imagen se pierde como fuego extinguido.

NOV69. GIRA EL TAMBOR, de Maria Estevez


Frente a frente con las miradas fijas. La tarde quema como el fuego; el silencio ocupa el espacio conquistando oquedades.
Comienza el duelo. Reza para poder ver como salen disparados los sesos del asesino de su hija.

NOV00. LOS CHICOS DEL CALENDARIO, de Anónimo Anónimo

Hoy me despierto con la insolencia del fuego. Por el atrio del sueño desciendo hasta la orilla de los pozos dormidos de mis labios sedientos. Me sumerjo en la gruta que escancia los recodos de vientres desbordados que ocultan sus delirios con gestos encendidos. Repentino el deseo ha arrasado mi hielo y fundido palpita oculto entre las sábanas. Ardo: su rostro me ha arrasado y me entrego al incendio. Incontrolable el fuego se expande en mil ardores He de llamar Soy Julio en qué puedo ayudarla? (….) ciertamente un despertar complicado Lo siento señora ellos no están se han ido La flota acuosa del calendario en pleno se encuentra hace ya algunas horas en casa de un tal Epífisis intentando apagar
una llama rebelde Oh cielos y yo aquí sola tratando de sofocar este volcán.
Creo que no voy a volver a cenar chocolate


Recibimos este relato cuyo autor dicer ser el verdadero Anónimo Anónimo; se declara interesado en participar habitualmente en ENTC… pero le hemos dejado solo este mes (y fuera de concurso), porque sospechamos que es sólo un seudónimo… qué pensáis…
 

NOV68. LA GUERRA DEL FUEGO, de Maricarmen Brun Martíní

El jefe de la tribu estaba furioso, sus pupilas ardían como el fuego, las venas del rostro le reventaban de la rabia, rugía y aullaba como una fiera. Las hordas de la tribu enemiga le habían arrebatado, en el último ataque, el tesoro más valioso: el fuego. Y después de sembrar la más espantosa destrucción y la muerte, habían apagado hasta el último rescoldo.

¿Qué pasaría ahora en las crudas noches de invierno, cuando las fieras vinieran a atacarles? ¿Quien les protegería, cuando arreciara el invierno, del frío y de la nieve?

Las mujeres y los niños no podrían calentarse, comerían la carne cruda, las hierbas sin hervir, no podrían hacer ungüentos ni pócimas para curar las heridas, ni endurecer la punta de los venablos; sería el final más espantoso…

El jefe de la tribu no podía permitir que los pocos que habían sobrevivido perecieran de frío y de hambre o devorados por las fieras.

Reunió a sus hombres, les planteó la situación y decididos a rescatar el fuego que les habían robado, aunque fuera preciso perder la vida en el intento, marcharon a conquistarlo.

NOV66. ARENA BLANCA, de Mª Carmen Rodriguez Roriguez (Rotsita)

Los niños recogían sus flotadores y las raquetas de tenis, al día siguiente saldríamos muy temprano con dirección a la playa, necesitábamos llegar antes que el sol calentara mucho, Junio estaba siendo muy caluroso.
Ésas, eran unas vacaciones muy esperadas para mi, también los niños estaban ilusionados, tenían planes para esos días, el año había sido agotador, yo necesitaba aquellas vacaciones mas que respirar, el tiempo se hacía interminable entre la casa y el trabajo, ¡ya no podía mas!!.
Llegamos al medio día, justo cuando ya el sol se hacía mas intenso, casi irrespirable, pero allí, en la casa teníamos aire acondicionado, así que no pasaríamos calor, era una zona privilegiada, desde el salón divisábamos todo el litoral.
¡Por fin estábamos en el Mediterráneo!! ¿podría yo descansar al fin ? al día siguiente bajamos a la playa de arena blanca. ¡ Mi primer día de relax!! los niños jugaban en el agua, era la única manera de subsistir al calor, yo tumbada en la toalla ¡ no aguantaba más!, así que me fui al agua, caminando por aquella arena blanca que me quemaba tanto como el fuego, me zambullí en el mar escampando del calor ardiente de Junio.

  http://maryluna.mundoforo.com/

NOV65. EN LIQUIDACIÓN, de Nicolás Jarque Alegre

No miento si afirmo que mi longeva existencia ha estado marcada por el trabajo de sol a sol y por el refugio que me ha proporcionado la escritura, sin ella no hubiese llegado hasta aquí. ¿Y qué he conseguido? Una casa, un utilitario y un gato que me huye, sí, pero nada más. Siempre he estado solo. Tampoco las dos novelas, los miles de relatos, los poemas, las cartas al director y los palíndromos han servido, ahora lo veo, para dignificar mi nombre.  Por eso que el Dios de la inspiración me perdone por lo que voy a hacer: apilaré todos mis escritos en una caja grande y la colocaré cerca de la chimenea para ir quemándolos hoja a hoja, sabiendo que su combustión acabará conmigo. Y cuando eso suceda ya podré aceptar el diagnóstico terminal y que mi paso por la Tierra no dejó huella.

 escribenicolasjarque.blogspot.com

UNA INSPIRACIÓN… PARA TANTO FUEGO…

…Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.- El mundo es eso – reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con la luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay gente de fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas; algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende…

EDUARDO GALEANO. El libro de los abrazos (Un mar de fueguitos)

Lectura propuesta por Paloma Hidalgo

NOV64. A FUEGO LENTO, de Sara Snezha Pozo Rodríguez

Nuestras bocas degustaban el dulce néctar de nuestras salivas que se formaban con el contacto de nuestras lenguas cuando empezaban a danzar. Nuestros senos, a punto de estallar de éxtasis, empezaban a sentir ese calor corporal que se emite cuando dos cuerpos se juntan y era entonces cuando tus manos empezaron a presionar ligeramente mi torso desnudo calmando mi estado de ánimo animal… nuestra chimenea caldeaba el ambiente era una noche de invierno y nuestros cuerpos necesitaban calor.
A fuego lento la chimenea iba poco a poco consumiéndose mientras que nosotras jugábamos y explorábamos nuevas sensaciones. Tus caderas tambaleantes se ajustaban libremente en las mías. Tus ojos empezaron a fantasear y mis pupilas a dilatarse poco a poco mientras que la locura nos iba consumiendo… tal y como el fuego iba lentamente acariciando las brasas desparramadas en la chimenea.
A fuego lento nuestras bocas degustaban el dulce néctar de nuestras salivas y así, con la lluvia de fondo, íbamos consumando la noche poco a poco…

NOV63. VENGANZA A FUEGO ALTO, de Patricia Mejías

Edelmira, una dama. Se quedó quieta y silenciosa, con el único ruego de que no le rasgara el traje a medio acabar. Evadí los alfileres del vestido de novia, y conforme desaguaba en ella ese fuego líquido, sus ojos se iban llenando de ese mismo furor. Tuve miedo y huí.

Ni ordenes de captura ni policías rastreándome. Después de cuatro meses de ausencia, regreso al pueblo. Solo sonrisas amables por la calle. Y el marido del brazo de ella a la salida de misa, como si nada.
— Venimos de agradecer a Dios por el hijo que nos envía, a Edelmira y a mí —me dice espontáneamente Julián al verme—. Dentro de seis meses serás tío.
“Solo el fuego sabe cuando surgirán los retoños”, me felicito y digo en voz alta: —Quizás cinco. Lo consigo: me mira. Pálida, ojerosa. Como sin sangre. Solo los celajes ígneos bailan en las cenizas de sus ojos.
Asustado y sin despedirme, regreso a mi apartamento. Encima de la mesa, un paquete; en su interior, un frasco de cristal. Las lágrimas no cuajan en mi piel tan caliente como el fuego por la humillación. Dentro, muerto y embotellado, mi hijo.

NOV62. EL TAXIDERMISTA, de Miguel Pereira Rodrigo

Hay pasiones que son como el fuego, lo llenan todo de luz y calor. Eso le debió pasar a Luisito cuando a sus cinco años se plantó en el Museo de Ciencias Naturales frente al diorama de un lince ibérico. Ese día su voraz curiosidad desbordó la sapiencia de su abuelo y, tres años después, lo tenía claro: como futurible taxidermista. A los 18 ya dominaba el oficio, y por sus manos rápidamente pasaron jabalíes; águilas; ciervos… en una incontable inversión de horas.
Lo extraño de todo fue que sacara tiempo para seducir a Lola. En un principio se mostró quejicosa ante el aparente abandono que sufría, pero las pasiones, como el fuego, se extienden rápidamente y ella se contagió de tal manera que pronto lo acompañó diariamente, para observar absorta la pericia de su marido ante tan complejo arte.
Después de tres décadas juntos, ya ha visto disecar tigres, rinocerontes, elefantes… y actualmente es complicado saber quién siente más pasión pues cuando éste abandona el taller, ella sigue sobre la silla con ese ictus de felicidad tan suyo .

 http://cuentospigmeos.blogspot.com.es/

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