Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SCHADENFREUDE

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta tercera propuesta es el término alemán SCHADENFREUDE, que viene a significar la "alegría por el mal ajeno" Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de MAYO

Relatos

¡¡HUBO UNA ELEGIDA!!

…como decía alguien por las redes «en ENTC no están todos los que practican el género corto» (menos mal…) y de hecho en el Concurso de Relatos sobre la pobreza y exclusión social que ha convocado el prestigioso Club de Escritua Fuentetaja sólo hemos encontrado una conocida entre ganadores y seleccionados ¡¡y son unos 20!!
Más merito el de
LAURA GARRIDO
que ha sido sinalista con su «Acordes de violín«
¡¡ENHORABUENA!!

OCT29. OBSESIÓN, de Txaro Cárdenas Peña

Llega a ser una obsesión…Te fundes con tu deseo más íntimo hasta el punto de no distinguir entre tu vida y la ansiada. Vives tu día a día como si de los alrededores de la realidad se tratara, te molesta que los demás intenten ayudarte en tu locura, pues ellos ven en qué estado de irracionalidad te has sumido, y tú no. Haces caso omiso, sólo existes tú, tú y tu ego sin voluntad…
Cada vez que pienso en esas pobres almas torturadas, sufro. Es la empatía que va indefectiblemente unida a mi alma.
Dicho esto, sigo orbitando.
La Luna. En fase creciente.
No intentéis fotografiarme. Me cansáis.

OCT28. ¿TÚ OTRA VEZ?, de Luis Molina

¿Tu otra vez?
Has vuelto a buscarme, y esta vez no me perdonarás.
Sabía que volverías, era inevitable, aunque no te esperaba aún.
Nunca faltas a la cita.
Quiero pedirte como favor que des un escaso tiempo para despedirme de mis amigos, juro que no tardaré.
Tu gesto irónico me dice que no me lo darás. No tienes sentimientos, es tu misión.
Quisiera decirle a ella que la seguiré amando, a ellos que…
Está bien vamos.

www.luismolin.blogspot.com

OCT27. REUNIÓN INEVITABLE, de Juan H. García-Zeballos

-¿Por qué me habrá convocado? Siempre creí que aparecía sin avisar, al menos todos los casos que conozco fueron así; uno podía tener cierta idea de su cercanía, pero el instante exacto de su arribo, jamás.
Entonces, ¿cuál es el propósito de una cita con la muerte? ¿Decirme cuánto me queda de vida? ¿Notificarme personalmente en ese mismo momento de mi partida? ¿Simplemente charlar?
Demasiadas preguntas y pocas respuestas para un tema tan misterioso y que ha desvelado a la Humanidad desde los comienzos.
Acepté la invitación, quedamos en encontrarnos en aquél sórdido café frente a la Aduana. Llegué a horario, ella aún no estaba en el lugar, se notaba su ausencia… ¡la impuntualidad empezó a fastidiarme!
…Y aquí me encuentro… sentado hace años y como cada día en una mesa solitaria, sin nada que hablar ni que decir; esperando que quien me citó, se digne a venir-.

OCT26. INVOCACIÓN, de María Estévez

Sonrió ante el espejo. Se veía bonita, su pelo recién lavado, y una nariz respingona. Veinte pecas adornaban su cara igual que unos topitos bordados en fieltro. Llevaba puesta una camisa tres tallas más grandes cubriéndoles los dedos de las manos, un vaquero roído y unas bambas azules. Volvió a sonreír, ésta vez atusando la larga melena negra; alzándola para recoger en un moño la mitad, la otra, caería en cascada hacia el lado izquierdo del cuello. Había aceptado el reto en el instituto el día anterior: Bloody Mary, Bloody Mary, Bloody Mary, Bloody Mary, Bloody Mary. El cristal estalló en mil pedazos diseminando por toda la habitación los topitos.

OCT25. LA CENA DE MAMÁ, de Rakel Ugarriza Lacalle

La noche del jueves Belinda y su amante decidieron escaparse juntos. Una hora antes de la huida, limpió el pescado y lo metió en el horno. Tras fregar lo que había manchado, agarró el cuchillo más largo que encontró en la cocina, y propinó doce puñaladas a su marido, mientras este dormitaba en el sofá; ese de cuero blanco que ella tanto odiaba por ser tan frío en invierno y tan pegajoso en verano, el mismo que su suegra se había empeñado en regalarles por su décimo aniversario y que ahora permanecía cubierto de sangre. Tras el crimen, descolgó el auricular del teléfono, marcó el número de su hijo y cuando contestó, Belinda acertó a decir: “Cariño, la cena te espera. No tardes, tu padre se enfría”.

OCT24. ACTO DE FE, de Salvador Esteve

Los pasajeros del boeing 787 tenían pánico, el desastre se presumía inminente. El avión se tambaleaba de un lado a otro, en cualquier momento su vuelo sería en picado. Joseph Sleiter tambien tenia miedo. A su lado, un sacerdote rezaba. Sleiter no era católico pero creía en las señales, iba a morir y su alma estaba en pecado mortal. Cuando el avión se inclino hacia delante se apresuró a pedir al padre en confesión. Había asesinado a su mujer, todo el mundo la creía desaparecida, pero en realidad estaba enterrada en el bosque Cookson, al pie de una enorme encina. El avión, ya en frenetico descenso, hizo un movimiento brusco y retornó a su trayectoria normal. Debajo de la sotana el teniente de homicidios Robert Bogar sonreía satisfecho, la operación «Acto de fe» había sido un éxito.

OCT23. ENSAYO DE UN SUICIDIO, de Héctor Hernández

Hoy es el día esperado. Altura: 3,500 pies y en ascenso; clima inmejorable: el sol corona desde el cenit al inmenso tapiz azul decorado con ramilletes límpidos. Ayer realizó su último salto
obligatorio con instructor. Pero ahora, por primera vez, lo hará él solo, tal y como lo había deseado. Mientras se abre la puerta del aeroplano, concentra todo su ser para el lance triunfal que ejecutará enseguida: experimentará la sacudida de adrenalina que brinda una caída libre, luego le seguirá la sensación inigualable de vaciedad y, entonces, dará inicio su interpretación. ¡Ah, si tan solo los demás pudieran apreciar la belleza de sus actos! A medida que caiga, los rostros que alguna vez tuvo entre sus manos serán emulados por el suyo propio con una maestría atroz: rostros de desesperación, de agonía, rostros descompuestos por el terror de saber que en cuestión de segundos terminará todo. Pero, sabedor de su arte, dejará para el final, para cuando consiga cortar la última correa y su cuerpo esté a punto de despedazarse en tierra, el mejor de todos: la calma y benignidad en los ojos de su última víctima serán dignos de un colofón apoteósico como el que siempre imaginó.

OCT22. CAZADO, de Susana Revuelta

El pequeño antílope se agita convulsionado sobre la tierra polvorienta, es lanzado por los aires como un pelele y cae preso en las fauces de la leona, que lo sujeta con fuerza.
—Ramírez, ¿está usted sordo o qué? Deje de mirar a las musarañas y salga de una vez al encerado a resolver la ecuación.
En un intento de huida se marca un instintivo zigzag, pero no consigue ponerse a salvo junto al resto de la manada. Su verdugo le oprime el cuello y comienza a sentir que no le llega el oxigeno. En un estertor de muerte trata un escape a la desesperada.
—Señorita, es que me he torcido la muñeca saltando el potro en clase de gimnasia.
La mandíbula de la felina da un giro a su pescuezo y se oye un fuerte craaack que retumba en su cabeza y en toda la meseta del Serengueti. El cielo azul se oscurece y el sol deja de brillar para él, para siempre.
—Recoja sus bártulos y abandone el aula. Esta tarde tendré unas palabras con sus padres. Y no me mire con esa cara de cordero degollado, que todavía no me he comido a nadie, aunque nunca se sabe…

OCT21. A LAS CINCO DE LA TARDE, de Nuria Casado Marco

Con la mochila al hombro cargada de recuerdos, emprende el viaje. Mientras sube la escarpada colina entre violentos espasmos sanguinolentos, va despojándose de los momentos y vivencias que han marcado su dilatada vida. Ve con claridad la miseria de sus primeros años de maletilla, el arrojo en las plazas cuyo reflejo quedó en su cuerpo marcado de cicatrices, y las heridas que no se ven, las heridas del alma. Recuerda como los escasos momentos de gloria fueron catapultados por el alcohol y los excesos. Una nube cruza su rostro al ver nítidamente la imagen de la mujer que amaba, la que tanto le cuidó y a la que dejó marchar, el desencadenante que propició el vertiginoso descenso a los infiernos.
Por fin llega a su destino, puntual a la cita. De pronto, el aullido del viento se transforma en vítores, el graznido de las aves en aplausos. Con gesto concentrado se ajusta la montera, separa las piernas, adelanta el mentón desafiante, despliega su capote con garbo torero dispuesto a ejecutar una verónica y a enfrentarse a Ella con honor, a una muerte segura, el último lance. A las cinco de la tarde.

OCT20. VOLUTAS DE HUMO, de Mari Carmen Brun Martín

Apoyada sobre la mesa del despacho, le esperaba ocultando la belleza de su figura entre sinuosas volutas de humo. La noche anterior se habían conocido en un club de alterne. Era hermosa y deseable como no había conocido mujer alguna.

Todo ocurrió deprisa, en una llamarada de orgía y de pasión…

Le rogó, le suplicó, que dejara aquella absurda rutina que era su vida: familia, trabajo, amigos; que vivirían intensamente, que ella le enseñaría la verdadera felicidad…

Por más que insistió, el no quiso escucharla.

Acostumbrada como estaba a que nadie se resistiera a sus deseos, le aseguró que volvería.

Una noche se sintió indispuesto, dio las buenas noches a su esposa y se fue a descansar. Sentada al borde de la cama, estaba esperándole aquella extraña mujer, que ocultaba su figura avejentada y decrépita entre sinuosas volutas de humo…

OCT19. LA SIGUIENTE, de Virtudes Torres

Debéis creerme cuando os digo que amo a la vida más que a nada en este mundo.
Debéis creerme si os digo que la amo tanto como a mi madre, pues por ella soy.
Debéis creerme si os digo que daría mi vida si de ella dependiera la de mi madre.
Pero deseo tanto vivir…
Por favor mamá: ¡anula tu cita con la Clínica!

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