Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

FOBIAS

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en FOBIAS

ENoTiCias

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LAS FOBIAS. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
30 DE SEPTIEMBRE

Relatos

34. DUELO EN LA CUMBRE

Me mira desde su rincón con felino disimulo, me recuerda quién manda en casa y yo me inclino ante su majestuosa indiferencia, tratando de curarme los rasguños recibidos por violar sus dominios sin permiso. Tras aquellos bigotes había una sonrisa imperceptible pero claramente despiadada, y lamiéndose las patas, parecía borrar las últimas huellas de sus actos y reclamarme comida, ajeno a que, a sus espaldas, se adivinaban cambios, pues una rata resentida con el sutil peludo le lanzó una sonrisa pendenciera, y este se puso en guardia, lo que les devolvió a ambos un semblante grave, y a mí la impresión de que habría un duelo de titanes tras el que la jerarquía en casa podría cambiar, como así fue, pues la aspirante tuvo la pavorosa idea de declarar sus intenciones metiendo su hocico ponzoñoso en el platillo de atún con gambas, y el gato, asqueado y temeroso, se retiró dignamente, como si hubiera vencido, mientras veía a la ganadora chapotear en su leche enriquecida para mascotas esterilizadas. Satisfecha con sus deudas saldadas, la rata bebió un último trago, se contempló en el agua y salió a propagar el mal con las luces del ocaso.

33. LA CANCIÓN PROFÉTICA

“Angelitos míos venid, angelitos venid” se escuchaba  a lo lejos en las noches que precedían siempre a la noticia de algún suicidio o muerte repentina.

Yo esperaba que esa voz clara y suave se acercase a mi casa.

“Angelitos míos venid” y yo quería ir, pero no podía. Hasta que una noche, la canción sonó tras  la puerta.

Al día siguiente , Tomás, el pobre tonto como le decían en el pueblo, me sonrió y susurró a mi oído, “angelito ya no sufrirás más”, mientras enterrábamos a mi padre.

32. Oremos

Ángeles habrá muchos, pero como mi Ángel, ninguno. Me hace el amor que es una gloria bendita, vamos, que no me sube al séptimo cielo, que lo suyo ya no tiene número. Me provoca tales éxtasis que ni santa Teresa en sus mejores momentos; me deja desmayada, en un limbo que ni cielo ni infierno, yo qué sé, una suspensión del alma que se sale del cuerpo del gusto; con una proporción tan divina que ni el Hombre de Vitruvio, ni el número áureo, ni la secuencia de Fibonacci juntas podrían superarle. Lo malo es que yo no soy creyente, y tener que rezarle para que no me abandone, y me deje desamparada, me está costando, pero a ver dónde y cómo encuentro otro como él, porque habrá muchos, ya ves tú, pero si éste es el mío, qué necesidad tengo de complicarme la vida, y total, parece que no le importa si creo o no, casi diría que oírme rezar le hace gracia. En fin, que: “Cuatro esquinitas tiene mi cama, dos miran a Cuenca y dos a Guadarrama, Ángel de mi alma, si no me echas un polvo hoy, que sea, sin falta, mañana.”

31. a. C / d. C (Rafael Loscertales)

En el pueblo hay una gran expectación. Doña Milagros, nuestra beata, jura por Cristo Señor que un delicado coro de ángeles, serafines y querubines, liderado por un arcángel, interpretará con sus deliciosas voces un concierto divino. Así se lo ha manifestado una voz tremendamente profunda en la capilla del santo Patrón. Don Miguel, el cura, afirma que si ella lo dice, será verdad. El alcalde, por si las moscas, ha colocado un escenario en la plaza de la iglesia: no quiere arder en el infierno si es que existe.

              A las ocho de la tarde, con puntualidad sobrehumana, los Ángeles del Cielo llegan en sus motos. Cubren las preciadas alas con cazadoras de cuero y los ojos con gafas de sol. «Tienen pupilas delicadas», explica la beata.

          Después de los primeros acordes, nadie sabe qué decir. Todos pensaban que los coros celestiales eran menos estruendosos. A pesar de todo, doña Milagros baila como poseída en mitad de la plaza. Por un momento parece levitar sobre los adoquines mientras el ser divino de cabellos de ángel que tanto recuerda a don Miguel aporrea la batería y canta con voz tremendamente profunda Highway to Heaven.

30. Ángel de ojos tristes (Marta Navarro)

A veces sucede que un ángel del cielo, queriendo comprender el misterio de los mortales, tanto al filo de su nube se acerca  que cae a la tierra. Entonces en lágrimas su memoria se deshace. Condenado a vagar por el mundo, reirá, amará, sufrirá y tal vez, solo tal vez, hallará la alegría. Muy al fondo de sus ojos celestes, sin embargo, oculta en su mirada más profunda, si observáis con cuidado, encontraréis siempre la sombra de una decepción inexplicable. Un recuerdo, un silencio, un  lamento que entre sus sueños late. Un eco de eternidad que, al despertar, inalcanzable, etéreo, fugaz como una estrella, en el aire raudo se deshace.

29. HISTORIA SANGRADA (Rafa Olivares)

Todo empezó con la aparición de aquel ángel servicial con su absurdo y caprichoso encargo. Unas horas después de que se hubiera marchado le pareció oír una voz.

–¿Me has entendido?

–Disculpa, estaba ocupado y no te escuchaba.

–Que digo que tu fe te ha salvado, que liberes a tu hijo y sacrifiques un carnero en su lugar.

–Demasiado tarde, Yahvé; por aquí no hay carneros e Isaac parece que ya no respira.

28 Indulgencia (Mirta Calabrese)

Estaba muy molesto, dijo que no podía más, que esto lo colmaba todo, nervioso  se restregaba las manos. Nunca lo había visto así, él, un ejemplo de paciencia y dulzura, lo desconocía. Fue entonces cuando afirmó que me abandonaba, que nunca había tenido que proteger a alguien así, tan imprevisible, que se ponía en situaciones de  riesgo y tenía la cabeza dura como piedra, que no lo llamara. Dio un portazo y desapareció. Estaba desolada, no sabía qué hacer, solo pensaba cómo sería mi vida desde ahora sin él.

Al cabo de un rato aparté un poco las cortinas y ahí estaba mi ángel, sentadito en el alféizar de la  ventana, con sus alitas de luz y su ternura. Al percatarse me guiño un ojo y sonrió..

y yo suspiré aliviada.

 

27 ACTUALIZACIÓN (A. BARCELÓ)

No hemos tenido más remedio que ponernos al día y lo hemos hecho apostando por invertir en I+D+I. El resultado es el algoritmo “LO5V4E/5G”, que se ha implementado en la aplicación CUPI2.0, denominada así para aprovechar el brand equity de marca existente y potenciar su implantación.

El sistema es muy sencillo. Un simple registro y la creación de un perfil da acceso a una gigantesca base de datos con infinidad de enlaces compatibles.

El proyecto no está exento de riesgos. Se han sucedido numerosos intentos de hackeo del nick “ángel caído” que han obligado a extremar la seguridad y desarrollar potentes cortafuegos.

Los resultados iniciales estaban siendo muy esperanzadores, pero el verdadero escollo no deja de ser la propia naturaleza humana. El algoritmo no es capaz de detectar perfiles falsos ni consigue evitar los embustes en los chats. Con todo, se espera mejorar mucho en futuras versiones, pues regresar al modelo anterior es impensable. ¿Se imaginan volver a esa especie de angelito en pañales con esa horterada salvaje de las flechitas?

 

26. Pobre diablo (Javier Igarreta)

Una vez abortada la rebelión, no tuvieron compasión. Maldijeron su nombre, le cortaron las alas y perdió el aura. En realidad, nunca fue un adalid de la revuelta, simplemente se dejó seducir por el rimbombante aleteo de una entelequia de altos vuelos. Antes de caer arrojado a las tinieblas exteriores, sintió un repentino crujir de dientes. Apenas un leve síntoma de la dimensión de su desvarío. Sólo merced a una innata gallardía pudo permanecer  inasequible al arrepentimiento. Aunque nunca lograría olvidar su querencia hacia las alturas. Proscrito y relegado a un estatus de bajo rango, tuvo que malearse y renacer de sus cenizas. Siempre dispondría de terreno abonado en el barro de sus víctimas.

Sólo algunos resentidos lo subestiman bajo el infundio de que, en sus horas muertas, mata moscas con el rabo. Otros, muertos de envidia, aseguran que es más sabio por viejo que por diablo. Pero a nadie se le oculta que el condenado tiene ángel.

25. SERAFÍN (Mariángeles Abelli Bonardi)

Tras ese primer, maravilloso baño, notamos la pelusa blanca, que atribuimos a su piel de bebé, una piel que ganaba en lozanía, con esa pelusa que medraba en su espalda, tenaz e iridiscente…

No había cumplido un mes cuando por fin lo aceptamos: las cosas tomaban otro cariz, otra textura, que tocaba aprender a manejar…  Al principio fue sencillo, con las batas y los saquitos bastaba, pero crecían y crecían, cada vez más evidentes… “¿Y por qué seguirlo ocultando?”, nos dijimos, y así, con el correr de los meses, llenas de amor y de cuidado, se fueron convirtiendo en lo que eran, por eso no lloramos cuando, apenas un año después, lo vimos alzar vuelo en el balcón: en el fondo, siempre supimos que era un angelito.

24 MITOS Y ANGELITOS (Jesús Alfonso Redondo Lavín)

“El obispo de Atenas, Dionisio, un discípulo de San Pablo del barrio de Aerópago, algo así como el Baracaldo de Atenas, que por ello lo apodaron el Aeropagita, afirmaba que los Ángeles se clasificaban en serafines, querubines, tronos, dominaciones, virtudes, potestades, principados, arcángeles y custodios. A estos últimos pertenece vuestro ángel de la guarda”.

Mientras el hermano Efrén nos daba esa clase de religión, fuera, una tormenta de primavera había oscurecido la tarde y tamborileaba con sus gotonas sobre los cristales de las ventanas del aula, tras los cuales solo se adivinaba el titán de Goya con su puño amenazante pintado en la nube negra.

Terminada la clase, la tormenta y esfumado el arcoíris quedó un cielo pletórico de cúmulos blancos heridos por los rayos del sol poniente.

Camino de casa mirando extasiado aquel panorama mi imaginación se echó a volar. Por el oeste, en la cumbre de un cirro, Prometeo sufría las garras del águila y Sísifo subía hacia él empujando una roca de nube; a su derecha se desarrollaba una pelea de Alóadas; a su izquierda toreaban dos centauros a un minotauro encabritado.

Eché de menos a los ángeles del hermano Efrén que pusieran orden en aquel caos.

23. GOLIATH

Estamos en Ascalon. Entrevistamos a la madre del héroe filisteo que cayó ante el israelí David.

P. Hola Maljishua. ¿Cómo estáis?

R. Mi querido hijo descansa ya en los dominios de Baal. Celebramos su cremación en el Valle del Terebinto, donde reposará junto a sus ancestros.

P. ¿Qué sucedió?

R. Los israelíes quieren echarnos de nuestra tierra Peleset. Llegaron ante las murallas y exigieron lucha. Nuestros dirigentes deseaban evitar muertes absurdas. Plantearon enfrentamiento singular. Eligieron a mi hijo.

P. ¿El gigante?

R. Sí, mi buen Goliath. El más joven de mis quince hijos. Tan grande como su abuelo, quien construyó estas murallas. Quería ser cantero pero lo hicieron luchador. Cuando vi al joven israelí con aquel artefacto en la mano supe que era su fin. Le di un beso de despedida.

P. ¿Qué dijo?

R. Gol era muy bueno e inteligente. Conocía su destino. Me besó y me cogió la mano. El resto fue rápido. Nada más salir, la piedra le rompió la cabeza.

P. ¿Y ahora?

R. Los israelíes exigen que vayamos al exilio. Nosotros queremos vivir aquí en paz.

P. Les deseamos suerte. Esto es todo desde Ascalon, la capital de los filisteos. Para Jerico´s News, Avinadav Absalon.

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