Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SERENDIPIA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en SERENDIPIA

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán LA SERENDIPIA. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE NOVIEMBRE

Relatos

SEP15. DEMONIOS, de Alberto Quiles

La oscuridad entraba por la ventana y frente a sí la luminosidad se difuminaba en cuestión de segundos. No hizo falta esperar y, sin fuerzas para defenderse, comprobó como aquella sombra le asfixiaba mientras yacía sobre la cama. No hicieron falta actores secundarios, ni sonidos lúgubres, el silencio y la oscuridad se apoderaban de lo que le quedaba de vida.
Espasmos recorrieron todo su cuerpo y a ello se le sumaron su último hálito y su último latido; la maquinaria dejó de funcionar.
¡Tac, tac! Y su pecho vibró. ¡Tac, tac! Y la electricidad recorrió cada minúscula parte de su cuerpo.
– ¿Por qué he de volver a levantarme cuando mis demonios me poseen una y otra vez? – gritaba aquel infeliz a aquella sombra que se iba alejando – ¡Llévame contigo!
Poco a poco fue recobrando el sentido, hasta que se dio cuenta que se encontraba en una ambulancia.
La próxima vez no usaré navaja – susurró sin que nadie lo notara, aquel hombre que volvía al sueño.

SEP14. EL ABRAZO, de Ginette Gilart

Treinta años habían pasado desde aquel día en que Celia cruzó la frontera. Ahora hacía el camino a la inversa. Cuando puso los pies en territorio español su hija pequeña, de diez años, la observó y notó el leve temblor de su barbilla y en sus ojos un nuevo brillo.
Después de un largo camino recorrido en tren, por fin, llegaron al pueblo, a la casa familiar.
Fue su hermana quien abrió la puerta y, nada más verse, las dos mujeres se fundieron en un abrazo eterno, sin decir palabra. La niña al ver la escena, sin saber ni cómo ni porqué, sintió, desde lo más hondo, subir como una ola y sus ojos se bañaron en lágrimas…
Desde aquel momento supo descifrar y leer las señales dibujadas en las caras de la gente, supo lo que significaba la palabra emocionarse.

SEP12. EL MEDALLÓN, de Susana Revuelta

Es de noche cuando Birgit regresa a la aldea nevada donde aguarda impaciente su madre, enferma de luto. En el tanatorio de la ciudad ha identificado el cadáver incorrupto, ha reconocido el rostro que llena las paredes y estantes de su casa convertida en santuario hace más de cincuenta años.
De pequeña, disfrutaba haciéndose la dormida cuando su padre venía a darle un beso antes de salir de caza. De aquel último le quedó un sabor salado, como cuando su madre la sacudía con el atizador.
Roald nunca se ausentaba más de uno o dos días. La búsqueda por las montañas resultó inútil. Nunca encontraron su trineo, ni su cuerpo.
Un repentino movimiento del glaciar le trajo de vuelta. Tal y como le recordaba. Ahora arrastra los pies sobre la nieve del camino a casa, se detiene al borde del risco y se asoma al vacío. Se gira para contemplar la silueta de la octogenaria en la ventana iluminada. Duda. Afloja el puño. Abre de nuevo el colgante. Dentro, la imagen de una desconocida con un niño. Y su padre. Abrazándoles.
Lo mete en el bolsillo del gabán y con una mirada de hielo enfila sus pasos hacia la cabaña.

SEP11. EN ESTADO DE EMERGENCIA, de Nicolás Megías Berdonce

Tras meses de relativa tranquilidad en la ciudad, sus habitantes habían vuelto a las calles, el amplío dispositivo policial desplegado se había reducido y todo parecía querer volver a la normalidad, hasta que un día, un viandante paseando, volvió a encontrar uno de aquellos objetos que con precisión había sido colocado en un lugar concurrido de gente.
Miró a su alrededor para comprobar que nadie de los presentes lo podían relacionar con aquello, huyó lo más rápido que pudo y entró en una de las primeras oficinas que encontró por el camino, oficinas dispuestas para denunciar casos como aquel, allí rellenó un formulario anónimo y lo entregó en la ventanilla de «Urgentes«.
El empleado al leer la denuncia, avisó a las autoridades competentes, que estas a su vez enviaron a los equipos especiales. Estos se desplegaron por toda la manzana, acordonaron calles y evacuaron a los vecinos ante el riesgo que conllevaba aquel objeto. Se estableció el estado de emergencia en la ciudad para evitar nuevos casos.
Pero aún así, un avión apareció surcando el cielo para sobrevolar sus cabezas estupefactas, tirando cientos de aquellos objetos con hojas y portando un cartel que decía: «La cultura ha vuelto para quedarse«.

SEPO9. QUE ESTE CULITO NO PASE HAMBRE, de Sotirios Moutsanas

Estaba en la Gran Vía, llegué a la calle Gravina. La noche era bastante amena, con una luna llena, radiante, que incitaba pasear por la vía. Crucé una esquina y entré en un pub abarrotado de hombres; con gran esfuerzo pasé por el gentío pidiendo una cerveza. Cuando tomaba un sorbo, se me acercó un hombre robusto de baja estatura. Tenía la barba tan larga que parecía el hermano gemelo de Rasputín.
— ¡Hola!
—Hola.
— ¿Te puedo preguntar algo?
— ¿Qué?
— ¿Cuánto mide tu polla?
—Veintidós centímetros.
—¡Eh, amigos, este chaval la tiene con veintidós centímetros!
De pronto estaba rodeado de diez tíos intentando entablar amistad conmigo. “Que gente más agradable”, pensé.
— ¿Te la chupo?
Sin tener tiempo ni de responder sentí a alguien palpándome el culo y otro tocándome el pene. Miré al lado, y vi a otro que era más feo que un perro sarnoso sacándome la lengua.
— ¿Qué es este sitio?— dije balbuceando.
—Estás en Chueca, en un local de maricones como tú, guapo.
“Tengo que salir pitando si me quedo dos horas más aquí tendré un agujero en el culo” Volví intentando salir como pude mientras una voz me susurraba al oído:
Que este culito no pase hambre.

SEP07. VUELTA AL COLE, de Nuria Casado Marco

Despertó con las primeras luces del amanecer. Hacía mucho tiempo que no se encontraba tan bien, tanto, que fue el primero en asearse y vestirse. El primero en acabar el desayuno que nunca era de su agrado, y negaba a comerse la mayoría de las veces. El resto, conocedor del mal humor cuando no mutismo que le caracterizaban, le miraban con desconcierto sin acabar de entender aquella transformación, y esperando un desenlace más trágico que feliz.
Él, ajeno a esas inquietudes, recogió la bolsa que había preparado la noche anterior con esmero, dio un repaso al contenido comprobando sus nuevos cuadernos, los lápices de punta afilada y demás útiles, se la echó al hombro y emprendió el camino para iniciar el primer día de escuela.
Sólo que al poner un pie en la calle, sintió una mano en el hombro y una cara que le resultaba vagamente familiar le conminó a volver al geriátrico.

SEP06. NODRIZA REAL, de Jesús Alfonso Redondo Lavín

Octubre de 1875, Orejo, hogar de mis bisabuelos Castanedo-Agüero.
Virginia, en su octava falta, sentía las pataditas de mi abuela Florentina.
Aquella tarde de mortecino sol otoñal, una calesa paró frente a la casa familiar. De ella se apeó un larguirucho personaje ensombrerado. Acarreaba maletín, estampado con el escudo real, acreditándose así como médico de la Corte.
—Virginia, desnúdese de medio cuerpo, tenga la bondad.
Aplicó la trompetilla sobre espalda y pecho, no apreciando rumores que indicasen tisis. Examinó y palpó los pechos encontrándolos firmes y de buen color; no se apreciaron grietas, ni estrías, ni pústulas; los “caños” bien marcados, sin riesgo de “pelo-teta”. No sería necesario “hacer los pezones”, al uso, con un dedal sin fondo.
Las referencias morales de familia, ya fueron proporcionadas por el párroco beneficiado del pueblo.
Virginia quedó “nominada” como “ama de retén” de vástagos reales.
A primeros de noviembre nació mi abuela y a finales el que fuera Alfonso XII.
La legendaria María Gómez, de Vega de Pas, fue llamada a Palacio.
La calesa no volvió.
Mi prima Tere, la de Llerana de Saro, dice que a la romería de Valvanuz, frente al museo del Ama-de-Cría, va poca gente, pero pasiegos, a montones.

SEP05.MI REGRESO, de Janeth Chacon

¿Cómo y Cuándo? Se preguntaban, conectamos todo, prepárenla. Hoy es el día, la bomba ha estallado, tenemos que actuar, oye las voces. Está sentada, sin destino fijo sus ojos azules se refugiaban en el mar intenso, rodeándola, casi abrazándola, su brisa me tocaba con su roció, la luz brillaba y con violenta fuerza, revoloteando, demostró su enojo a mi ser, estaba estática en cero, ¿porque repetía? De repente, tocan con tal volumen, retumbo un colapso de emociones en mis entrañas, y decían, ¡Esta y no esta!, sus sentidos invisibles, carentes de gran luz con un voltaje que no llegaba, ya lo hemos tocado no existe, de prisa el tiempo invadió su cuerpo, no hay signos, pero existe un corazón que desea llorar tanto, quiere formar una gran cascada para penetrar todo su ser, que tan ansioso lo espera para brindarle el huracán de vida reposado.
¡Conectemos ha regresado! Escucho, ¡Aprendió a oír!, lo ha logrado, las voces que corren son ráfagas de circuitos, prendió el combustible que podría traerlo, ¡su hijo! se ha convertido en una represa energética llevada con corrientes rápidas como la estrella fugaz, se convirtió en su universo, despertó, mi querida Madre del coma eterno…

SEP03. PROBLEMAS VERBALIZADOS, de Juan H. García-Zeballos

-Yo volvo; tu volves; él volve… ¡No! ¡¿Cómo puede ser que todavía no sepas conjugar!?- Increpaba de manera iracunda la maestra a su alumno Rodolfo. -Volver es un verbo irregular, como tener, venir o jugar-. Sentenció.
-Jugar- pensaba el niño,- eso mismo me gustaría hacer ahora-.
El día de clases terminó y con él, la extenuante experiencia para Rodolfo. Todo indicaba que sus notas no serían buenas y que de seguir así, repetiría el curso; pero ese misterio a la vez extenso y corto que es el destino, hizo que la docente pidiera licencia; que viniera otra cuyas principales virtudes fueron el amor a la educación y la paciencia a los pequeños; que Rodolfo aprobara el año; que culminara los estudios; que se graduara de maestro y que por concurso de oposición empezara a trabajar en su antigua escuela.
Hablar de lo que a uno le aqueja, superarlo y regresar para empezar de nuevo… ¡ésas sí que son las vueltas de la vida!

SEP02. RADIACIÓN DE FONDO CÓSMICA DE MICROONDAS ESCUCHADA A TRAVÉS DE UN TELEVISOR, O FFFFFFFFFFFFFFFF, de Marcos Santander

Parto de un lugar oscuro y frío que me lleva sangrando hasta el infinito y es por el camino que sus bifurcaciones se multiplican hasta lo sempiterno también unas veces sangrando otras llorando ya que todo es multicolor, incierto y desesperado. Los mares se repiten pero las olas no, todo es azul o verde o gris porque todo es azul o verde o gris. Miro hacia delante y veo la foto de mi primera comunión en la que mi cabello brilla retorciéndose como oro, aunque no reconozco las cunetas de la carretera. Dicen que son mis hijos pero yo no los encuentro, solo rocas que debo escalar si quiero perderme enésimamente todos esos ojos que parece que me observan similares a túneles llenos de lágrimas como cristales. El miedo se ovilla a mi alrededor y la pena parece extraída de un pozo con brocal inmenso. Es posible que si camino infinitamente encuentre alguno de esos otros infinitos pero no puedo distinguir las voces apabullantes que me guían. Parece que lo único que deseo es perderme, perder todo, incluso mis referencias y hallar el mismo punto oscuro que perdí. Doctor adúleme, digo, ayúdeme, con ye de rey de Ítaca.

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