Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

NEPAKARTOJAMA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta última propuesta es el concepto lituano NEPAKARTOJAMA, o ese momento irrepetible. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
Esta convocatoria finalizará el próximo
31 de DICIEMBRE

Relatos

AGO33. VERANO DEL 81, de Juan Torralba Padilla

Baje del autobús con mi sempiterno pantalón corto azul marino que no me quitaría en todo el verano. Como todos los años pasaría las vacaciones en el pueblo. Otra vez a jugar hasta las tantas con los primos, y sestear horas interminables a la orilla del rio, mientras mi padre pasaría las horas muertas en las tascas, y mi madre y sus hermanas se pondrían al día de los cotilleos sobre el Mascachinas y la Gerifalta. Pero ese verano nada fue lo mismo. Mi primo José no jugó con nosotros, se juntaba mucho con la del Molinero, y el resto decían que preferían ir a la calle Mayor, que había muy buenas vistas. Para colmo de males Maria la del Mascarranas, con la que siempre jugaba a Chorromorropicotañoque, no quería jugar, y me miraba raro, aleteando los párpados. Le preguntaba que le ocurría, suspiraba y no decía nada.
                Los años, con sus veranos a cuestas fueron pasando. Este año he vuelto al pueblo, con mi mujer y mi hijo. Por supuesto él lleva un pantalón corto azul marino. ¡Ah!, y le llaman  el Mascarranas.

AGO32. ANA Y LA MAR, de Gustavo Gareiz

Y el mar ya no fue azul. Fue el verde de sus ojos que le robó el color. Fue el rojo de mi sangre que lo disfrazó de púrpura. Fue el negro de mis lágrimas con ojos cerrados. La mar y Ana volvieron al azul marino apenas una ilusión, un recuerdo del antes de hundirme con ella, el antes de dejarme así, profundo y solo.

AGO31. RECUERDO COLEGIAL, de Blanca Oteiza Corujo

Esta mañana haciendo fila para sacar unas entradas, ha pasado una chica con minifalda de color azul. Al instante han sobrevolado recuerdos que creía olvidados de mi infancia. De pronto me abrazaron esos años de estudiante en la escuela, doña Matilde haciéndome salir a la pizarra, don Anselmo explicando los conjuntos y subconjuntos, don Manuel leyendo el dictado que íbamos escribiendo en el cuaderno… Aquellos años de patio compartiendo la comba, el balón quemado o corriendo a polis y cacos. Y todo por el recuerdo de aquella falda colegial plisada azul marino.

AGO30. AZUL, de Òscar Pareja Bañón

Salto y el mar me engulle con su frágil fuerza. Mi vida ya no me pertenece. Es de la gravedad. Arriba todo sigue su curso- el sol, los pasajeros en su ruta, el crucero dividiendo el mar con su cortante espuma-. Abro los ojos cuando hace tiempo que sólo me envuelve el silencio. Veo un fino rayo de luz que me indica de dónde vengo. Debajo la oscuridad de azul marino me sonríe, acogiéndome como nadie lo había hecho hasta entonces. Y me dejo seducir por ella. Siento la presión del recuerdo sobre mi muñón. Añoro la mano ausente, como la vida que voy perdiendo conforme me adentro en el profundo y frío fondo marino. Cómo pude pasar de  temible capitán de barco a un simple pasajero más. Sin respuesta, la sombra de Peter Pan vuela en el azul casi negro que me envuelve. Tal vez, nunca debí abandonar Nunca Jamás. Ni intentar saber qué había más allá de aquel lugar. Pero quise conocerlo y aquí estoy, hundiéndome en la profundidad marina, donde las luces son peces de colores tan frágiles como las lágrimas que surgían de mis ojos, antes de reflejar el vacío y mi final.

AGO29. VIEJOS COMPAÑEROS, de Mercedes Daza García

Tres amigos embriagados comparten tristezas sentados a la orilla de la playa, bajo la noche azul marina salpicada de destellos.
-Con incertidumbre he seguido tus pasos- dijo Olvido.
-Con nostalgia he recorrido los caminos que han dejado las estelas de tu silencio -contestó Recuerdo.
-Muchas son las muertes que he llorado y lloraré -se lamentó Tiempo, agotado de convivir con la eternidad.
Olvido se levantó y comenzó a deambular sobre la arena. Se perdió en la oscuridad del horizonte y nunca más se supo de él. Recuerdo se introdujo poco a poco en el mar hasta quedar cubierto por una manta de agua y de escurridizos anhelos. De vez en cuando asomaba la cabeza para respirar. Tiempo continuó sentado, contemplando la vida pasar.

AGO28. NEPTUNO, de Paloma Casado Marco

Navega el pequeño velero a lomos de olas con festones de espuma. El sol brilla alto y oblicuo, acariciando la superficie de las aguas inquietas. A babor, un pulpo se aproxima amenazante, obligándole a desviar su trayectoria para  evitar la acometida de sus tentáculos gigantes.
La mar se agita, presagiando tormenta. Es el dios Neptuno que patalea. El navío se eleva, acogidas sus velas por manos celestiales, para volver a caer con estrépito sobre las aguas. Esta vez, su proa choca con el pato amarillo que sonríe.
Rea levanta a su hijo, desoyendo sus protestas de dios caprichoso, y lo arropa amorosamente con la toalla que lleva sus iniciales bordadas. Después tira del tapón que retiene el océano.
Un remolino de espumas arrastra el velero, el pulpo, el pato risueño y  una tortuga que pita hacia el sumidero de la bañera en donde, momentos antes, el pequeño Neptuno se bañaba.
Concursa CAN
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RELATO FUERA DE CONCURSO 
YA QUE SU AUTORA ES JURADO ESTE MES

AGO26. MUJER AZUL, de Teresa Elena Hernández Villagómez

Azul…..marino, turquesa, celeste, plúmgabo, todo azul….el Caribe maravilloso.
El día amanecía dejándole al mar destellos de diamantes, turquesas, incluso esmeraldas, era un día más y una docena de pescadores se disponía a partir.
Sobre la blanca arena estampó sus pasos, desnuda, tostada, gigante. Se abrió paso entre ellos como si fuera una aparición, tan irreal, mujer desconocida, mujer azul marino. Cuando llegó al límite del océano miró atrás y pronunció sus palabras guturales. Después echó a correr rumbo al mar, nadie pudo detenerla, nadie lo intentó. Se perdió de su vista nadando veloz, sólo vieron esa cola gigante de pez donde debían estar sus piernas.
Si no lo hubieran visto, no lo creerían.
Juan Poh, el más viejo pescador,  sabía lo que ella había dicho: «Profundo sueño, destino de agua» en la lengua maya de sus antepasados.  Misterioso y sutil acertijo.
Partieron tratando de olvidar lo sucedido.
Esa mañana su embarcación se perdió, no hubo tormenta, no hubo furia, simplemente el mar se los comió. Once viudas y una madre lloraban desconsoladas pero ni el bote ni los hombres fueron encontrados.
Profundo sueño, destino de agua….la sirena lo advirtió.

AGO25. QUERIDA HIJA, de Ángeles Sánchez Gandarillas

Querida hija:
Espero que ya te encuentres mejor.
Mejorarás si paseas por el bosque que hay cerca de tu casa, te ayudará a recuperar las fuerzas e, intenta pintar cada día, como una autentica celebración.
Sostén fuertemente el pincel del afecto y mójale en el bote de la paciencia de color canela, mézclala con el amarillo blanquecino del sol, formarás el gris plomo de la tarde y transparentará el silencio. Camina entre los árboles, asomará el verde esperanza del presente, y en el cielo, quizá veas estratos de paz azul marino.
Para facilitar la libertad, pinta a brocha gorda las ternuras naranjas con brochazos de blanco impoluto…
Remueve los colores para que fluya la salud y destapa rápidamente, otro bote de azul despreocupación. El poderoso color morado del dinero, pintará, seguro, la sombría economía.
Busca tubos de óleo pues, perdurarán en el tiempo. Distribuye en tu paleta de la vida toda la gama de pasteles, para tus hijos, los hijos de tus hijos…, serán protagonistas del colorido cariño, pintarán en azul marino de mar en calma.
Compra aguarrás para eliminar los borrones sociales y la tristeza, blanqueará las almas.
Después, regresa azul y segura.
Un beso desde el alma.
Mami “blue”

AGO24. JUGANDO A LAS PALABRAS, de Nieves Martinez Menaya

Mmmmm…….azul azul azul….azul cerúleo….
Azul azul….azul oscuro, claro.
Azul de hielo, antiguo, azul silente…..
Azul azul…..azul australia de hombro dorado al sol jugando con   las olas.
Azul azul…..azul danubio bailando con la novia.
Azul de risa y juego : azul pitufo contado por un niño.
Azul……azul de príncipe encantado que no supo ser sapo :  azul como de cuento….
Azul de brisa y olas besando el horizonte: azul de mar, marino.
Azul de mi uniforme, perdido entre otros muchos del colegio.
Azul de mi mantel, de tu camisa, azul de su pijama.
Azul el de la tinta de sus cartas.
Perfumes de babero y canastilla….azul nenuco.
Azul profundo y mudo, casi negro…. azul titanic.
Azul único azul, mi azul : azul mediterráneo.
Azul volátil, dulce, con nombre de mujer : “el azafata”
Azul incierto, hostil….el de las noches largas.
Azul oro y cristal entre las cuentas de un collar, de un abalorio
Azul el del contorno de las llamas, fingiendo que no abrasa
Azul el infinito donde  allí las estrellas…..azul……az….
(¡!. se ha dormido)

AGO22. MAR ANTIGUO, de Ginette Gilart

Azul, azul como el cielo de verano en Provenza. Azul, como el mar que bordea su costa, el Mar Mediterráneo, el Mar Antiguo.
Me dirigía al pueblo costero, Les -Saintes-Maries-de-la-Mer, atraída por la leyenda que existe sobre él.
Atravesaba la Camargue, “Cap-Marca” en lengua de Oc que significa “sin límite”. Tierra mítica y salvaje, lugar de extensas llanuras húmedas, de arrozales, salinas, estanques y pantanos;  donde galopan manadas de caballos blancos, donde los flamencos rosas encuentran su sitio y los toros bravos viven en libertad.
Al llegar al pueblo, caminé hasta la playa, me senté en la arena mirando el horizonte azul, cerré los ojos y vi llegar una barcaza. Era el año 44 después de Cristo, cuando encalló una embarcación; a bordo, entre otros pasajeros, viajaban María Salomé y María Jacobé, acompañadas de su sirvienta egipcia, Sara. Las santas dieron nombre al pueblo; sus reliquias se conservan en la iglesia Nôtre-Dame-de-la-Mer. En cuanto a Sara, los gitanos la veneran como su patrona. Su imagen negra se encuentra en la cripta, donde, cada 24 de mayo, los romaníes venidos de todas partes, acuden a honrarla.
Seguía sentada en la orilla, cuando se me acercó una niña morena que, extrañamente, se parecía a mí. Al llegar a mi altura, se paró, y mirándome a los ojos, me preguntó:”¿ Tú eres Sara?”

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AGO21. ESCALA IN BLUE, de Marta Trutxuelo García

Alcé mi cabeza hacia el firmamento y me deslumbró una potente bombilla amarilla… y pinté el sol. Colmé mis pulmones de aquella fragancia roja… y garabateé una flor. Perdí mi mirada en el horizonte, “donde el cielo se une con el mar”, tarareé y trasladé aquella línea al lienzo. Pero me pareció tan huérfana, casi muerta, como un encefalograma plano, y dibujé otra para acompañarla… y otra más… hasta que cinco horizontes enmarcaron cuatro cielos. Y aquel pentagrama azul oscuro tornó casi negro al verse salpicado por siete notas de tonalidad intensa, que colorearon una escala… Una escala por la que subí hasta llegar a un lugar…
DOnde se anclan los sueños imposibles
REgresa para danzar con su amada orilla que huye de su abrazo
tica patria por la que navegan las penas errantes
FAntasía del acorde del pianista, de la rima del poeta, del óleo del pintor
SOL y luna estrenan un vestido cerúleo frente a su espejo
grimas de amargura y sal a la deriva
SInfonía de olas y ondas, de tonos y tonalidades…
Una escala hacia el mar azul…
Donde reposar mi fatiga… soltar lastre… silencio.

AGO20. AZUL ZORRO Y CABIZBAJO ZEN, de Marcos Santander Llona

Aquel elefante afamado coleccionista de arte que había heredado una gran colección de su paciente y rico progenitor se disponía a entrar en aquella nueva galería que habían inaugurado en la ciudad con una temporal sobre neo-dadaísmo de mediados del XX cuando se cruzó justamente en la puerta con un famoso crítico de arte que acudía por razones obvias de su trabajo al mismo lugar

después de saludarse, habían coincidido, elefante y zorro, en innumerables exposiciones y cócteles, decidieron disfrutar juntos de la velada y ante un cuadro en el que se mostraba una infinitud de globos de color azul sobre un azul cielo tachonado de azules de diversa gradación ambos entraron en una discusión sobre los significados de la monocromía y la metafísica del azul según aquel pintor

no puestos de acuerdo sobre la inmateriabilidad de la obra o sobre si representaba más bien cierto concepto influenciado por la filosofía zen dentro de la corriente más innovadora de los muchos significados y usos del vacío estruendoso y presencial o el concepto más clásico y ortodoxo de la ausencia decidieron recabar la opinión del asno que hierático vigilaba el buen orden de la sala: “eso es el azul. . . marino para más señas”

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