Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

NEPAKARTOJAMA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta última propuesta es el concepto lituano NEPAKARTOJAMA, o ese momento irrepetible. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
Esta convocatoria finalizará el próximo
31 de DICIEMBRE

Relatos

465. AMIGOS, de Boletus Edulis

El río estaba seco antes ya de empezar el verano; en primavera no había llovido prácticamente nada. El bar estaba lleno antes incluso de empezar la mañana, los hombres tenían prisa por abandonar sus casas. El bosque estaba solo desde antes de que el río se secara y continuaba estándolo cuando los hombres abandonaban el bar. Solamente un niño, disfrazado de niño, iba todos los días con una botellita de plástico llena de agua para verterla a los pies de un pequeño pino, que sobrevivió aquel verano gracias a eso.
¬Cuando sea mayor, te regalaré mi sombra -le prometió el pino.
Esa tarde, al llegar a casa, el niño escondió el hacha de su padre.

464. MONTAÑA VIEJA, de Festuca

Era una montaña tan vieja, que había visto como los bosques de encinas, robles y nogales se convertían en lentiscos, palmitos y arrayanes.
Donde antes habían madroños, fresnos, hayas y avellanos, ahora cubrían sus laderas, lozanos y verdes pinares de agujas y piñas verdes y marrones.
Vió marcharse a las águilas, dijo adiós a lobos y ciervos, cuando se marcharon a esconderse en otras montañas mas alejadas. Aprendió a jugar con la niebla, aprovechaba el viento mas recio, coqueta, para peinarse.
Al llegar la primavera, lo celebraba, contenta, usando las nubes como collares y pulseras.
Era una montaña vieja, pero tomaba la forma de un pecho de mujer adolescente cuando desde lejanos lugares, la veías dibujada en el horizonte.
Reía con las tormentas, mojada, brillante, alegre y sintiendo como cosquillas con el loco deslizarse, ladera abajo del agua por sus torrentes

463. NOTICIAS, de Dedalera

Algo pasaba en el bosque. Algo increíble, algo que celebrar. A no ser que no fuese cierto… ¿Quién fue el primero que corrió la voz? Las noticias venían del confín del bosque, aunque el límite no siempre estuvo allí.
 Hace años, aquellas personas cuyos abuelos habían convivido con los seres del bosque y lo habían cuidado para poder dejárselo en herencia a sus nietos, eliminaron toda la vida en aquellos terrenos y plantaron eucaliptos para hacerlos más rentables. ¡Eucaliptos! Seres altivos y estirados que nunca encajaron allí y que en el fondo, aunque jamás lo fuesen a admitir, extrañaban su tierra natal y sus koalas.
 Una extraña comitiva formada por habitantes de todos los rincones del bosque fue hasta la frontera entre el bosque y la plantación de eucaliptos. Y allí lo vieron. Un pequeño roble, todavía apenas un brote, pero hundiendo sus raíces vigorosamente en el suelo, se había aventurado a crecer entre los eucaliptos. Dispuesto a pelear por su vida y por lo que, a fin de cuentas, era una parte de su hogar. Esa noche, al fin, después de tantos años soportando los desprecios de los seres humanos, en el bosque hubo una celebración.

462. NADIE SABE CÓMO PASÓ, de Bosquejo

Se adentró en el bosque cercano a la casa de sus padres sin permiso. Corrió sin pensarlo atraída por el inquieto ladrido del perro, que salió por la cancela como cuando veía un gato. Eran contadas las veces en las que se veía enfurecido al san bernardo.
La niña corrió tras él sin pensar que papá o mamá podían reñirle por no avisarles, como cada vez que quería jugar fuera. Corría, pero se iba haciendo más difícil perseguir al animal. La espesura del bosque iba poniéndole más obstáculos en forma de gruesas raíces de árbol a cada paso que se adentraba.
Cuando le alcanzó el perro estaba en un claro del bosque que no había visto antes. La gran charca que lo presidía parecía un espejo en el que se reflejaban todas las nubes del cielo. El san bernardo parecía hacer frente a alguien pero no había nadie. Corrió con él pero al llegar, ella también pareció percibir la presencia y subió a un viejo tronco para intentar escuchar mejor. El perro, atemorizado ahora, gemía. Se escuchó un golpe seco al caer al suelo. El perro ahora sí, ignoró la presencia extraña e invisible y correr a pedir ayuda.

461. ESTA NOCHE TE CUENTO…, de Sauce Llorón 2

Asomada al alfeizar de la ventana, ve como la noche cae en el bosque que rodea su hogar. Satisfecha observa a la niña que ansiosa espera, como cada día, a que de entre los sauces asomen esas pequeñas y brillantes luces que siempre juegan con ella. Sabe exactamente lo que la pequeña siente. Esa alegría cada vez que es capaz de atrapar con delicadeza una de ellas en sus diminutas manos, cómo esa esfera de luz, pura y clara, provoca que la pequeña le persiga, ahora para mostrarle unas raras flores que sólo se abren de noche, ahora para que conozca las costumbres de los búhos que habitan en los alrededores de la casa… Esta mañana la niña preguntó de nuevo, y ella se limitó como siempre a decirle: esta noche te cuento…  Ya no queda mucho tiempo. Ahora su hija conocerá la verdad. Comprenderá que ninguna de ellas pertenecen al plano de los mortales, que llegado el momento su deber es volver a ser un hada que proteja y cuide el bosque y cumpla con su función natural…Abre la ventana y suavemente la llama, ha llegado la hora de compartir la verdad y de decir hasta luego…

460. LA INFANCIA ENCONTRADA, de Boletus Edulis

Cuando me perdí tenía diez años. Nadie creyó mi historia al encontrarme sano y salvo al día siguiente y contarles que había dormido en casa de Fergui y Rune, dentro de un roble.
Duendes, gnomos… fantasías de chiquillo, dijeron todos.
Continué yendo con mi padre a buscar setas todos los otoños al mismo lugar, pero jamás volví a ver a mis amigos. Con el tiempo, crecí y abandoné el pueblo, aunque en verano o navidad, cuando visitaba a mis padres, siempre iba a perderme entre los robles. El mes pasado regresé para siempre: faltaron mis padres, en un mes los dos. Y ayer fui al bosque; buscando a Rune y a su marido Fergui. Cuando llegué al roble que fue su casa, solo hallé un tocón con el aspecto de haber sido cortado hace tiempo. Desconsolado, me senté en él sin ganas de hacer nada. Quería perderme para siempre, volver a tener diez años…
Quizá tenían razón y todo fue una fantasía de niño, estaba pensando cuando escuché golpear (toc, toc) bajo mis posaderas. Me levanté sobresaltado para ver a Fergui saliendo del tronco cortado y decirme:
-¿Por qué no entras a nuestra casa? Está empezando a caer la noche…

459. HUÉRFANO, de Barro

El veintisiete de octubre mis botas se impregnaban a cada paso de más y más barro mientras las espesas hojas me impedían ver más allá de mis narices. Llevaba dos horas perdido en aquel bosque desconocido. Desistí. Decidí rendirme. Me senté en una roca y por primera desde la muerte de mi padre, lloré. Lloré por sentirme huérfano, por Lola que tanto me había sabido querer y a la que había dejado escapar, por mi amigo Mario y la distancia que ahora había entre nosotros y por el peso de los 46 años que se me antojaba imposible de transportar en el camino de mi vida.
 Y de pronto, la voz de un diminuto duendecillo pálido y compasivo me dijo “Vamos arriba, arriba una vez más”.
Qué extraño, pensé, si yo jamás he creído en duendes…

458. EL DESTINO, de Nomeolvides

Mi origen fue una gran masa de agua. Cuando nací ya tenía millones de hermanas.
‘Hermana Mayor’  nos contaba misteriosas historias sobre nuestro destino.
–       “Pronto viajaremos”.  – Aseguraba nuestra ‘Hermana Mayor’
–       “¿Dónde iremos?”. –  Preguntábamos ansiosas.
–       “Nunca lo sabemos”.  Sonreía mientras nos estrujaba. “No tengáis miedo. Casi siempre somos bien recibidas. “ .

–       “Ha llegado la hora “. –  Gritó ‘Hermana Mayor’.
Nuestro recorrido duró unos días. Fuimos rápido,  nuestro primo ‘Viento’  nos ayudaba.  Contemplamos mares grises, playas devoradas, extrañas formaciones  en el cielo recortadas…
–       “Es aquí.” – Tronó su voz.  “Preparad la formación.”
La formación ordenada de mayor a  menor empezó a  saltar. Nosotras, las ‘peques’, nerviosas y charlatanas nos afanábamos por ver el sitio mientras esperábamos nuestro  turno. Todavía era de noche y no se vislumbraba casi nada.
Con un apretón cariñoso me despidió ‘Hermana Mayor’.
–        “Disfruta. Es el bosque”,  me dijo empujándome con determinación.
Empecé a caer lentamente  mientras el sol empezó a asomar detrás de las montañas.
–       “¡ Ooooh! – Mi boca chilló.
El paisaje era turbador. Mis hermanas habían dejado todo resplandeciente. Árboles naranjas, botones multicolores, verde terciopelo, cadenas  plateadas…  Miles de arcoíris aparecían con nuestro roce.
       ¡¡¡ Splash !!!

457. EL PRIMER LOBO DEL BOSQUE, de Lobo

En el principio fue el bosque. Y al poco tiempo, llegué yo: el LOBO. Todas las criaturas de este bosque me temían. Y yo, y sólo yo, tenía la facultad de perdonar o devorar a quien quisiese. Igual me comía a la ninfa que perdonaba a la liebre. Lo mismo me comía a la amanita (aunque me sentase algo mal al estómago), que desechaba a la humilde bellota. Y así estuve durante muchos relatos en este bosque: solo. Luego llegó el lobo feroz, sin esperar a caperucita siquiera, más tarde \»lobo blanco\», \»el lobo malo\», \»lobito feroz\» y hasta un lobo2, que ningún parentesco guarda conmigo. En los días que faltan para que finalice el concurso me temo que puedan aparecer lobos grises, lobos de mar y hasta el lobo Carrasco. Ya nada es igual, como cuando apenas estábamos el bosque y yo y algunas otras criaturas de la foresta. Sólo me queda el orgullo de haber sido el primer LOBO. En fín, demasiado lobo para tan poco bosque.

456. BUENAS NOCHES PADRE, de Orilla 2

      Esa mañana de mayo, el aviador no quería fumigar los campos sembrados, ni dañar las hiedras o el bosque. Prefería quedarse en tierra y acompañar a su esposa al médico, para comprobar un posible embarazo. Pero como capitán de flota, tuvo que viajar en contra de su voluntad.
     Ana, corrió a su casa por el húmedo sendero, con el sobre blanco apretujado a su pecho, daba vueltas con pasos de vals, mientras leía la palabra mágica: “positivo”. Sí, positivo que sería madre. Sabía que al esconderse el sol, su marido llegaba y esa noche le contaría. De pronto el timbre sonó, mientras un búho aleteaba en su ventana y su mano tembló al abrir la puerta.
     Los ojos de sus amigos no necesitaban palabras. Su amor había muerto, había explotado al chocar con un bello alerce, sin darle tiempo de conocer a su hijo.
     Soy el adolescente que mira al cielo y dice: ¡Buenas noches padre!                                                                         

455. METAMORFOSIS, de Musgo 5

Lo vieron por última vez entrando en un bosque, con el verde absorbiendo las huellas de sus pasos y el tiempo escondido en las ramas más altas.
Dicen que el murmullo de sus palabras se confundió con el rumor de la brisa entre las hojas y que ahora es una canción vegetal para quien sepa escucharla.
Cuentan que su piel es un terciopelo silvestre que acaricia el alma de quien se adentra a oler el aroma de la tierra mojada que descansa bajo el musgo. Que inventó un nombre para cada árbol y lo susurra, incansable, a cada rayo de luna que logra atravesar la espesura. Que coloca en su lugar a cada gota de lluvia, a cada brillo de sol, a cada soplo de viento.
Cuentan que convirtió sus prisas en un salto de agua, sus complicaciones en piedras junto al camino y sus problemas humanos quedaron escondidos en troncos centenarios.
Aseguran que se transformó en el bosque que lo acogió, en el verde que calmó sus ansias, en la paz que cubrió su necesidad.

454. IMAGÍNATE LA HISTORIA, de El Dragón

Dicen que el tiempo lo borra todo, pero no fue así cuando la pequeña Carlota se encontró  con la terrible situación al despertar de la tormentosa  pesadilla,  descubrió que el poderoso dragón negro de ojos naranjas  y su  malvado  guardián estaban hay todavía en el fondo de su habitación, ella creía haberse desecho de ellos, pues se había escapado de la guarida en la que la tenían retenida en los adentros del bosque y a la que habían llevado tras cogerla de sus placidos sueños en los alojamientos rurales del Sendero del Agua, cuando el malvado guardián al lomo del cruel dragón intento cogerla de nuevo, apareció de la nada un gran dragón blanco de ojos rosas que se la llevo hasta las habitaciones reales de Molino de Bonaco, para así poder volver a sus más placidos sueños y olvidarse para siempre de los bosques malditos, en la que había estado retenida y en los que en nada se parecían a los verdes bosques en los que descansaba y jugaba con su papa y amiguitos.                   

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