Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

QUIJOTERÍAS

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en QUIJOTERÍAS

ENoTiCias

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el tercero serán QUIJOTERÍAS Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE MAYO

Relatos

38 Deseo cumplido

Cuando ya lo tenía en la camilla, le até con correas los brazos, piernas, abdomen e incluso cabeza.

No le puse ningún tipo de anestesia, tenía que sufrirlo para el plan previsto.

Sus gritos fueron lo más parecido a la matanza del puerco mientras le amputaba una mano, una pierna y le sacaba un ojo. Si se desmayaba no continuaba hasta que lo hacía volver.

La verdad es que yo también lo pasé mal,  pero cuando se fue tan contento con su garfio, su pata de palo y su parche, pensé que había hecho un buen trabajo.

37. Mme. Eugénie

Cuando Madame Eugénie se levanta de su silla en la terraza del Flora, ni siquiera el estridente arrastrar del metal sobre el embaldosado suelo, hace que los demás clientes se inmuten, quienes acomodados en ese hueco privilegiado de la plaza mayor, absorben cada milímetro de rayo solar.

Madame Eugénie, podría escapar a la atención de todos. Cada día, como porcelana, envuelta en elegantes ropas y joyas, zapatos de medio tacón, sombrero y bolso a juego, baja a las diez y tras su paseo matinal, para en la cafetería, ocupando la misma mesa de la esquina, se pide un chocolate y un trozo de su  bizcocho favorito. Pasantes, entran y salen, la saludan. Los de mayor edad se detienen junto a su mesa e intercambian unas palabras con ella. La conocen del pueblo, de toda la vida, pero nadie sabe del cierto quién es o de dónde viene. Apodada ¨la ida¨, ¨la rica¨ e Incluso  la nombran descendiente directa de Fokke capitán del ¨holandés errante¨, aunque viéndola de cerca,  tanta dulzura y amabilidad en su mirada, genera dudas de que pueda  provenir de tal fantasmagórico linaje.

Con frecuencia los ojos ven, mientras el entorno maquilla otra realidad.

 

36. POR EL PERDÓN DE MIS PECADOS (Isabel Cristina)

El cura me mandó rezar tres padrenuestros y dos avemarías antes de oficiar la  misa. Mi carita de querubín me ayudaba a pedir perdón fácilmente y también a ser perdonado.

En el pueblo, todos estaban acostumbrados a verme los sábados en la iglesia, rogando mi absolución antes de comulgar. ¡Estaban tan ricos esos trocitos de hostia!; además, el sacerdote decía unas palabras mágicas para convertirlos en muchos  pedacitos del Cuerpo de Cristo. Ese día por la tarde, el confesionario se llenaba con la chiquillería, mujeres y algunos hombres del pueblo. Nuestro párroco estaba muy orgulloso de sus feligreses. Según él, éramos buenos creyentes y practicantes.

Pero antes de todo esto, los viernes, después de clase, el maestro me explicaba que no hacía falta que yo confesara nuestro pequeño-pecadillo-sin-importancia. Me aclaraba que era suficiente con que lo hiciera él; así yo podría comulgar tranquilamente.

Mi madre y mi padre siempre me decían que don Luis era un buen maestro y que debía hacerle caso en todo.

35. La criba

La noticia mala: el supermeteorito. La buena: el nuevo planeta. Elthon Nash, el ser más respetado y poderoso, salió en su propio canal anunciándolo:

—Debemos ser tajantes y veloces. Miles de naves de nuestra agencia espacial partirán con las coordenadas exactas. Las plazas disponibles equivalen al treinta por ciento de la población, que empezará allí desde cero, procurando no cometer nuestros mismos errores. Entenderéis que lo más duro para mí será la criba. No elegiré a los más ricos, ni siquiera a los más jóvenes, debo ser consecuente con la historia y enviar a los más cualificados. El Nuevo Mundo precisa gobernantes sagaces; mentes brillantes, perfeccionistas, que jamás se conformen.

Entre nubes de esperanza y dolor, las naves partieron, pero, al mes de viaje, un hacker filtró dos nuevas noticias. La buena: el meteorito jamás había existido. La mala: una tremenda hambruna asolaría la Tierra durante décadas. El propio Elthon, en pijama, desde su casa de Florida, se lo contaba así a su padre:

—Afortunadamente somos menos a repartir, y los que nos hemos quedado nos conformamos con lo puesto.

Los elegidos escucharon la frase por radio, todos a un tiempo. Mientras veían caer la aguja del combustible.

34. La sombra del éxito (Alberto BF)

Guardó la estilográfica en el bolsillo interior de su chaqueta. Acababa de firmar el quinto contrato millonario en el último mes. Posó para la foto en actitud triunfal, estrechando la mano del satisfecho magnate.

Según regresaba en su descapotable camino de la mansión de la costa, puso el manos libres para llamar a su socio. Demasiado dinero para tributar en España, había que moverlo para que fuera rentable. Mañana discutirían la manera de hacerlo.

Al llegar a la villa, abrazó a su hija pequeña y besó a su pareja, como cada tarde. Masaje relajante antes de la cena, baño en jacuzzi y agradable sensación de felicidad completa. ¿Se podía pedir más? Y todo conseguido a base de esfuerzo, dedicación y olfato para los negocios.

Tras la cena, fingiendo indisposición, se encerró en el baño de su lujosa habitación, y rompió a llorar una noche más. Era angustioso representar ese implacable personaje de apariencia feliz que tanto odiaba. Pero hoy acabaría con la farsa de una vez por todas. Con manos temblorosas, agarró el frasco de pastillas y sacó del bolsillo su breve y meditado mensaje de despedida: «Me cansé de fingir, pero siempre os quise. Ana Patricia».

33. CARTA A UNA HIJA

Tu papá era algo canijo, aunque muy tierno y dulzón. Allá donde fuera, tus cientos de tías y primas lo acosaban voraces, babeaban nada más verlo esas pelanduscas. Yo en cambio me mostraba enigmática, nunca lo provoqué, aguardando pacientemente mi oportunidad en la sombra. Cuando ya no pudo más, se acercó hacia mí, confiando en que sería diferente a con el resto. Le sonreí complaciente, le dejé hacer, gemí para animarlo hasta que se licuó entero en mi interior.

Entonces le di un beso de despedida y empecé a devorarlo por la cabeza, como haría cualquier mantis bien educada.

32. NO CORRAS, PAPÁ

El tiempo y nuestros actos avanzan siempre en el mismo sentido, hacia delante, y lo que nos ocurra después no dejará de ser algo tan impalpable como lo que nos sucedió en el pasado. Esto mismo se repetía el conductor que, con la vista al frente, avanzaba por la carretera aunque con un ojo puesto en las menguantes imágenes del retrovisor que cada vez eran más difusas y desaparecían en las curvas. También echaba una ojeada de vez en cuando al salpicadero, donde, como en un altar, reinaba una vieja foto de ellos tres, de cuando todo iba bien y ni se le habría pasado por la cabeza huir con los restos de su familia en el maletero.

31. TODO O NADA

María llega a Madrid de su Cantabria natal, impartía lengua y literatura en un instituto de secundaria; joven, y con ganas de comerse el mundo, no dudó en aceptar el reto y vivir nuevas experiencias, a sabiendas que sus alumnos eran conflictivos. Nada hace presagiar el calvario que se avecina.

-Buenos días, mi nombre es María y soy vuestra nueva docente de lengua y literatura,

Ha pasado un mes y nuestra cántabra está integrada, sus alumnos, a pesar de ser conflictivos y no tenerlo fácil en la vida, son geniales y tienen ganas de aprender, todos menos… Javier.

– ¡Que buena está! – ¿Quedamos en los billares? – No puedo más con este chaval…

María lleva días sin aparecer y sus alumnos temen lo peor, Montoya tampoco aparece, blanco y en botella.

Eugenio se presenta con María mal herida en urgencias… salvada por el alumno engreído y mal educado, es interrogado por varios agentes y su testimonio es crucial; él, es inocente, solo se ha enamorado.

Las pesquisas policiales llevan a la detención de Julián, acusado de secuestro y agresión hacia la profesora, era tal su obsesión hacia ella, que decidió tomar esa drástica decisión.

Queda claro, las apariencias engañan.

30. Trampantojo

Aunque parezcan estar hechos con rotulador, ella afirma que son tatuajes. Los mensajes y dibujos de distinto tamaño simulan haber sido colocados al azar, pero en realidad, cubren su cuerpo de manera estratégica. Sin ella pretenderlo, a ojos de los demás, le confieren ese aspecto de tía dura, que provoca entre los compañeros admiración y temor a partes iguales. Su rostro impenetrable les infunde demasiado respeto a todos. Por eso ninguno se atreve a negarle un favor ni a llevarle la contraria en nada, excepto yo. Ella confía totalmente en mí, sin embargo, comprendo que a veces prefiera estar sola. Algunos confunden su mirada ausente con desdén y prepotencia. Ignoran que se equivocan. Tal vez porque jamás la han visto tragarse su dolor y llorar de impotencia con el alma herida, como lo he hecho yo. Desconocen lo difícil que resulta ocultar las huellas de esas caricias que tanto duelen.

29. Turbulencias (Marta Navarro)

De espaldas a la ventana, Amelia intentaba no hacer caso a la tormenta. «No tengas miedo, chiquitina ─tranquilizaba en un susurro a su muñeca─, los truenos no hacen nada, solo ruido, mucho ruido. Antes a mí también me asustaban, ¿sabes?, pero  ahora que soy grande ya no ─Brrrmmm, la desmintió el cielo con estrépito─. Bueno, a lo mejor todavía un poco sí… Ven, vamos a escondernos dentro del armario, ya verás qué tranquilitas estamos».

─Mamáááa ─el grito de Álvaro la sacó de su refugio─ la he encontradoooo.

Acurrucada entre abrigos y mantas viejas, Amelia parecía un pajarito asustado.

─Ven, abuela, ven conmigo ─la abrazo el chiquillo, recogiendo del suelo la muñeca─, no llores. ¡Mira! ¡Mira, si ya escampa!

28 Ménage á trois

He comprado una botella de vodka para agasajarlas, aunque ellas no beben. Vivir con dos supermodelos rusas me ha cambiado la vida. Son inmunes al frío, se pasean por casa semidesnudas como diosas eslavas. Es un placer ver sus pies de anuncio de sandalias sobre la mesa de centro, mientras vemos en la tele la versión  rusa de Pasapalabra. A veces me leen Crimen y Castigo o Los hermanos Karamazov. Da gusto oírlas pronunciar los patronímicos, parecen del mismo San Petersburgo. En el ajedrez son intratables, jamás he conseguido ganarlas.
– Hijas de Karpov – les digo algo picado mientras recojo las piezas.
Mi mujer se fue hace meses reprochándome que vivía fuera de la realidad. Nunca entendió que la realidad es para el que no puede pagar algo mejor. Cuando nos vamos a la cama se me saltan las lágrimas. Svetlana, siempre tan responsable, se pone seria y me dice que nueve de cada diez oftalmólogos no recomiendan convivir más de ocho horas con un holograma. Que lea el manual de instrucciones para más información. Entonces me echo unas gotas para la irritación y las apago con ternura. Mañana vienen mis padres a comer y quiero que estén radiantes.

27. CATAS (Rafa Olivares)

Con absoluta concentración, observa el fluido al trasluz y afirma «Tonalidad de primavera suave con destellos dorados, brillantes y sensuales; presencia de microsedimentos», luego aspira su aroma y asevera «Esencias de frutos silvestres con notas de algas marinas». A continuación, degusta unas gotas y proclama «Un punto de ligera acidez y permanencia retronasal en el paladar». La auxiliar ha tomado nota de todo en la ficha. Los informes salen ahora muy completos y los diagnósticos y tratamientos resultan más sencillos y eficaces. El Jefe del Servicio de Análisis Clínicos del Hospital General está muy satisfecho con la incorporación de un sumiller al equipo para el examen de las muestras de orina.

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