Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

BLANCO Y NEGRO

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en BLANCO Y NEGRO

ENoTiCias

Bienvenid@s a ENTC 2025 ya estamos en nuestro 15º AÑO de concurso, y hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores. En esta ocasión serán relatos que desarrollen el concepto BLANCO Y NEGRO. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
30 DE DICIEMBRE

Relatos

39. El Aleph, de nuevo

En la calle Garay, encontré los restos de lo que antaño fue una confitería. Aun así no me importó haber gastado el dinero del premio literario en este viaje. Cuando  ya me disponía a marchar, apareció un anciano. Me invitó a entrar por una puerta que creí clausurada y me susurró: “Nunca  lo destruyeron”. Emocionado, le seguí. Solo y tumbado en la oscuridad, contemplé el aleph. Vi el amanecer en Kiribati y la puesta de sol en Gotemburgo, vi a hombres pidiendo auxilio con el móvil en una patera a la deriva en el Mediterráneo, vi jirafas, nenúfares, huracanes y baobabs, vi la Torre de Shanghái, vi ataques aéreos sobre el sur del Líbano, vi la selva amazónica, vi a una muchedumbre, vi tu cara, vi la sangre negra del anciano coagulada en sus venas, vi cadáveres en la pieza contigua a este sótano y junto a ellos un cuaderno escolar, vi una lista escrita a lápiz —ay, la misma letra que en los manuscritos del maestro expuestos en la Biblioteca Nacional argentina—, vi el título que decía: “Autores que nunca recibimos el Nobel de Literatura”, vi su nombre en la primera línea, vi el mío en la última.

38. Primera clase (Luisa Hurtado)

El niño solo veía manchas, garabatos, borrones y salpicaduras hasta que el dedo índice de la maestra se acercó a un dibujo concreto y dijo: “esto de aquí es la letra a” y al pequeño, el que con el tiempo se convertiría en un ávido lector, se le iluminó la mirada.

36. El viaje

Nos empeñamos en viajar a la Isla de Pascua y lo conseguimos. Y después de un vuelo nocturno, surcando el cielo de diversos países, llegamos al amanecer, agotadas pero con buen ánimo. Nada más bajar del avión nos obsequiaron con los famosos collares de flores y un coche de la agencia nos esperaba para llevarnos al hotel.

Una vez instaladas, desayunamos y nos marchamos a la playa. El día parecía radiante, nada hacía presagiar el desastre que nos aguardaba. Tumbadas en la arena planeábamos la estancia, cuando de repente el sol se ocultó tras unas nubes que consideramos pasajeras. Pero no fue así. El cielo se oscureció y comenzó a soplar un viento desapacible y fuerte. Comprobamos que la gente recogía y se marchaba…

Nosotras nos resistíamos, no queríamos marcharnos. Hasta que de pronto vimos cómo se desplazaba desde lejos una ola gigante hacia nosotras. Corrimos pero fue inútil. Aquella muralla de agua se estrelló contra la costa arrasándolo todo, sembrando el desorden y el pánico. Nos metimos dentro de un tubo de una alcantarilla, con tanta suerte que el agua nos cubrió hasta la cintura. Cuando salimos un sosegado y silencioso caos imponía un nuevo paisaje en la Isla.

35. Abstracta

El día de su cumpleaños Meissa recibió un regalo no grato; una mancha blanca en su piel daba los buenos días. Al transcurrir los meses, aparecieron más puntos claros resaltando el color de la piel. Las personas la miraban con extrañeza y se alejaban, ella no comprendía lo que pasaba.

Una tarde de primavera, Meissa asistió a su primera clase de pintura. Sentada frente a su lienzo en blanco escuchaba a su profesor decir: -«Observen la naturaleza, colores y formas se mezclan en total libertad, la perfección no se limita, es libre»

Meissa se acercó al pintor confesando su anhelo por lucir una piel normal como la de los demás, sus compañeros la miraban mientras ella mostraba áreas despigmentada de su anatomía. Él maestro la observó con detenimiento, y dirigiéndose al resto de la clase afirmó: – Las formas y los contrastes en su piel crean patrones únicos en su cuerpo. Su epidermis es un lienzo vivo, una obra de arte cambiante.

Desde esa día, Meissa ya no esconde su belleza, exhibe sus obras en la mayor galería de arte: El mundo.

33. 》CAN-CERVEceRO《

Un buen fin de año, en el infierno, entre espumillón y espirituosas, siguió bebiendo el perro saciada ya su sed,

se le fue subiendo, perdiendo sus cabezas… una, dos y tres.

Así olvidó su misión de carcelero, y en burbujas, escaparon sus demonios por ser CAN…CERVEceRO.

Muchas almas perdidas los siguieron, otras, quedarse y cambiarlo todo, decidieron.

Los fuegos eternos se apagaron, las cadenas se quebraron, los trabajos forzosos ya cesaron.

La oportunidad fue la motivación, con un golpe de estado, hubo cambio de dirección y el Averno transformaron.

 

 

«¡Bienvenido al Nuevo Infierno!

Parque de atracciones para todos los públicos, abierto primavera, verano, otoño e invierno…

Antes no podías irte y ahora no querrás, de lo que vas a divertirte…

No lo dudes más, te lo voy a aclarar:

¡El cielo siempre puede esperar!

Con San Pedro en la puerta, que no es tan divertido como nuestro monologuista Satanás, ¿quieres algo más? Descúbrelo, ¡Vennos a visitar!

Aquí lo que te gusta no es pecado… y, si te va el deporte, siempre está la Laguna Estigia para nadar o remar.

Con pase y un par de monedas, que cobrará Caronte, te vamos a esperar…

ETERNAMENTE suya,

La Nueva Dirección.»

32. Entre la Tierra y el Cielo

El Agua inundó toda la Tierra, haciéndola desaparecer durante tantos días con sus noches, que perdimos la noción del Tiempo.

No sabíamos hacia dónde nos dirigíamos. Solo obedecíamos las órdenes confusas de Padre, que tomó todas las decisiones en la gestión de aquella crisis. Que solo a Él le había sido anunciada.

Agotado por una posible falta de víveres, los vaivenes de la nave, el mal olor de las estancias interiores, debido al hacinamiento de humanos y animales, uno de cada especie fue su única explicación, y por el largo viaje que afectaba a su edad, de vez en cuando subía a cubierta con pasos vacilantes; buscando, quizás, vigilar la lluvia, meditar en silencio, o el por qué de aquel extraño viaje… Los tres Hermanos le observábamos, preocupados por su salud.

Un día dejó de llover. Y miramos al Cielo, aún de tormenta, de un singular color grisáceo.

Tras la agitación del Diluvio, los cuatro, en silencio, coincidimos en que era lo más hermoso que habíamos visto jamás.

31. Alma libre

Abro la agenda que la regalé, mientras me pregunto si tiene sentido seguir llamando así a ese amasijo de papeles rasgados, recortes aleatorios, mandalas imposibles y dibujos que no comprendo. Las fechas impresas en la esquina superior derecha apenas se adivinan, enterradas entre pegatinas de caritas sonrientes y flores de mil colores. Y, sabiendo que ya nadie descolocará mis calcetines para esconder una carta de amor entre ellos, ni desordenará las baldas de la nevera para encajar un bizcocho recién horneado, tan deforme como apetitoso, ni me llamará en medio de una importante reunión para regalarme un te quiero, vuelvo a dejarla en la caja que vendrá a recoger mañana, vete tú a saber a qué hora.

30. Psique

L’amour est un oiseau rebelle.

Carmen, G. Bizet

Un gorrión entra en la cocina, chocando asustado contra puertas y cristales. Tras de sí, un rastro de polvo, plumas y objetos rotos. La niña, el alma de la casa, lo persigue por todas las estancias mientras los gritos de la madre remueven incluso los cimientos. Tropieza sin consideración con muebles y jarrones hasta que, en un ágil giro de muñeca, logra enredarle las alas con un retal de tela que encuentra sobre la mesa de costura. La fragilidad del pajarillo despierta al instante la ternura de la muchacha. «¿Puedo quedármelo?». Sabe de sobra por otras veces que sus progenitores no quieren animales. Para no resultar muy severo, el padre propone buscarle juntos un nombre antes de soltarlo. «Se llama Eros, papá», se apresura a responder ella. Y, nada más dejarlo ir, vuela tras él.

29. PRECIPITACIÓN (Rafa Olivares)

Sus riñones vuelan hacia Toronto; allí permitirán a su receptor prescindir de las dos sesiones semanales de diálisis y recuperar una vida normal. El corazón ya debe de estar llegando a Leipzig, donde una joven podrá, por fin, acompasar sus latidos a los de su novio. Su hígado, en viaje a Sidney, devolverá a su destinatario el color bronceado de su piel. Las córneas ya están en Toulouse, donde permitirán recuperar la vista a un chico de trece años. Y los pulmones, con destino a Denver, evitarán el ahogo y la sensación de asfixia de una profesora jubilada. Entretanto, Ireneo Ripalda, el donante, de vuelta de su letargo, se pregunta qué habrá ocurrido durante su último ataque de catalepsia.

28. El dragón

El dragón

Estaba allí; pero no estaba allí; en realidad no estaba en ningún sitio. A su alrededor todo se había apagado y el mundo se había sumido en el silencio más absoluto. Sabía que estaba viva porque le palpitaban las sienes pero toda la sangre de su cuerpo le había abandonado de repente .-“¿Paloma?”.- La voz sonaba lejana e irreal.- “Paloma, ¿me escuchas?”.- La miró sin verla; la bata blanca, el frío y aséptico metal y, de repente, la cegadora luz de la revelación.- “¿Sí?”.- “Vamos a plantarle cara, Paloma; y lo haremos juntas”.- ¿Cómo podía ser? Ya le había tocado todo: el mezquino divorcio, las dos mayores con su adolescencia revenida, el pequeño con un diagnóstico de TEA; su madre señalándola con el dedo de la culpa; y ahora esto. Sintió una mano apoyada en su brazo, sacudiendo el recuerdo.-“¿Paloma? Espabila, que salimos ya”.- Suspiró, entrecerró los ojos y se dejó bañar por la cegadora luz reflejada en el agua; se sentó en el barco con sus siete compañeras y hundió el remo con decisión; el dragón con el lazo rosa se deslizó potente y suavemente hacia la meta; sonrió.

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