Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

SCHADENFREUDE

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta tercera propuesta es el término alemán SCHADENFREUDE, que viene a significar la "alegría por el mal ajeno" Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de MAYO

Relatos

¡ OTRO JUEVES DE PLATA !

Hoy volvemos a confirmar el buen nivel de la familia ENTC con la noticia de que mañana, en la final semanal de RELATO EN CADENA (REC) convocado por la Cadena Ser y la Escuela de Escritores contaremos con… ¡doble representación, de nuevo!:
  Paloma Hidalgo y Mar Horno estarán en la final semanal.
Os recuerdo que el programa en directo será mañana jueves a las 17, 30 en horario peninsular español… estaremos atentos y apoyando.
¡Enhorabuena a las dos y SUERTE!

NOV101. 31 DE ENERO DE 2011, de Elena Urbano Sojo

Cogí mi chaqueta y supe que el momento había llegado. Miré a mi alrededor sabiendo que siempre recordaría aquel dormitorio, tan familiar y tan seguro. Maldije la realidad de la vida por obligarme a irme tan lejos a buscar aquel trabajo. Entré en el salón y vi a mis padres de pie esperándome. Abracé a mi madre muy fuerte, quería impregnarme de su olor y llevarlo conmigo. Con la voz apagada me dijo: “ abrígate que allí donde vas hace frío. Te quiero mucho”. Después igual con mi padre: “ estamos orgullosos de ti. Ya sabes que esta siempre será tu casa”. Yo temblaba: “ mamá, papá, os quiero”. Nos abrazamos llorando, las lágrimas ahogaron las palabras y nadie dijo nada más.
Comencé a nadar hacia la puerta mientras sentía que un calor me recorría por dentro como el fuego, las piernas me temblaban, tenía las manos sudadas, la maleta me pesaba demasiado y la cabeza me daba vueltas.
En la calle el aire frío me abofeteó, respiré y me dije: “ Ánimo, sigue adelante. El momento más difícil de éste viaje ya ha pasado”.

NOV99. PUNTO DE IGNICIÓN, de Nieves Martínez Menaya

“Tarde o temprano os lo demostraré”- añadió. Y Simplissimus cerró la portezuela.
Aunque tenue, un hálito de luna se había colado  por entre las rendijas de la contraventana y aquellos preciados frascos, alineados en el desorden crónico que acompañaba siempre  su scriptorium, debían  preservarse celosamente de la luz: eran fotones.
Aquella noche se disponía a iniciar el último capítulo de un libro al que había titulado escuetamente: “Conclusión”.
Buscaba hacía tiempo el origen de su perseverancia; su insobornable afán por devorar geografías; la altivez  de su rumbo. En algún lugar había escrito: “….el fuego es insolente, persevera,  irregular se impone, acecha, arrasa, se extingue y luego muere, pero nunca se olvida y el temor que genera es su victoria”.
Los había clasificado en largas listas manuscritas: el fatuo, el límbico, el eterno, el del beso huidizo, el que viaja desde el fondo del ojo y te abrasa en silencio; el que duerme en el cráter; el que aguarda en la antorcha los sueños del testigo o el que desciende al  árbol abrazándose al rayo…..
Pero hoy iba añadir un fuego nuevo. Y él quiso estar allí para contarlo. Siempre soñó ser punto de ignición.

NOV98. HERACLES SE EMPLEA A FONDO, de Ricardo J. Gómez Tovar

Hércules se limpió el sudor de la frente al ver la abrumadora fila de personas que tenía delante. ¿Acaso buscaban todas ellas el vellocino de oro? Mientras esperaba su turno, sacó unos documentos de la piel de león que le ceñía el cuerpo. El certificado de vida laboral, expedido en Micenas por su tío Euristeo, comenzaba con su primer trabajo en Nemea y terminaba refiriendo aquel viscoso asunto del can Cerbero en los Infiernos. Le habían aconsejado adjuntar una fotografía al CV, así que se había traído consigo dos lienzos: el que le pintó Pollaiuolo luchando contra la Hidra de Lerna y otro que le hizo Zurbarán, inmortalizado tal y como vino al mundo en pleno acto de asfixiar al felino de Nemea. Si le pedían referencias, Jasón o Atenea no tendrían inconveniente en escribirle una carta de recomendación. Hasta que le saliese algo, su compañero de hazañas Yolao le había ofrecido la vacante que ocupaba Teseo en “Viejas Glorias S.L.”, la empresa de mudanza
 s donde trabajaba. Nada muy mítico, claro está, pero suficiente para salir del paso. Como el fuego extinguido por el agua, Hércules sintió que su fuerza se debilitaba al ver su nombre sobre la tarjeta sellada.

 www.ricardogomeztovar.blogspot.com

NOV97. COMO UN FUEGO MUDO, de Malen

Así te sentí yo cuando tras treinta años de vida en común me dijiste, o mejor te arranqué, que me dejabas por otra, sin más. Jamás hubiera imaginado que la convivencia fuera una competición… Pasé a ser tu ex con un simple chasquido de dedos. Me quemaste el corazón y todo nuestro pasado y vida en común quedaron reducidos a cenizas. Ha sido una traición por tu parte. No quiero que seas mi amigo, ni los peores enemigos asestan estos golpes tan bajos. No sé cómo expresarlo, no tengo palabras para el abandono. Necesito que alguien recoja mis cenizas y las esparza en algún lugar que tú no pises nunca.

 http://enredadaenlaspalabras.blogspot.com.es/

NOV96. TRANSFORMACIÓN INESPERADA, de Zoe C. Grant

Despertó, miró en torno aun adormilada, él ya no estaba. Evidencias de la pasada velada se hallaban desperdigadas por doquier: las sabanas revueltas, la calidez en la almohada, el aroma a él, a ellos, a la excitación de ambos que aún flotaba en el aire. No obstante, las mayores pruebas se encontraban en su propio cuerpo: el hormigueo de su piel al rememorar, el enrojecimiento en donde la incipiente barba masculina la había rozado, las marcas de sus besos en el cuello… Sabía que volvería; su chaqueta, con la que la había resguardado del frío, continuaba colgada en la silla de junto. Como el fuego que todo lo arrasaba, así era él. Así arrasó él con su vida en tan solo una noche, reduciéndola a simples cenizas, para hacerla resurgir renovada, completa, más femenina que nunca por la mañana. Ella dejo caer la cabeza sobre la almohada y se arrebujó en las sabanas mientras se desperezaba. Un tintinear de llaves provino desde la puerta y una sensual sonrisa se extendió por los labios de la joven. Sabía que volvería, el fuego los había cambiado a ambos.

 facebook.com/zoec.grant.9

NOV95. EL FUEGO DE UNA TRAICIÓN, de Dylan Martínez

Esta tarde de frío invierno he recordado el fuego de tu cuerpo arrimándose a mí mientras te abrazaba, el suave dulzor de tu respiración en mi cuello.
Esta tarde hace un frío intenso y siento más que nunca el fuego de tu cuerpo apretándose con fuerza al mío, sonrío y disfruto de esa agradable sensación mientras la áspera cuerda rompe mi cuello.

NOV94. ¡BASTA CON ESTE INFIERNO!, de María José Padilla Jiménez

Como el fuego me quema tu cuerpo sin tocarme, como el hielo me deja congelada tu mirada, golpean tus palabras, puñetazos en mi alma y esos sentimientos ausentes de los ojos de quien ¿me ama ?. No me engaño, no me engañas, no te engañes, NO ME AMAS. ¡¿Amor este infierno?! ¡NO!. ¡Entérate!. No soy una prolongación de tu mente, de tu imagen. No tengo que pensar como tú. ¡Yo tengo criterio propio!. Fuera de mi boca tus palabras, las escupo. ¡Fuera de mi mente tus ambiciones, tus ideas! ¡Fuera de mi cuerpo tus ropas, tus peinados, tus maquillajes! El amor no te da derecho a colonizarme. Yo me pertenezco. ¡Mírame tal como soy! ¡Así soy yo! ¡Sí, distinta a ti!. ¡¿De qué te sorprendes?!. ¡¿Cuál es el problema?! ¡Sí, mi libertad limita la tuya!! ¡¿ y te da derecho a anularme?! ¡¡Para eso déjame en paz!! Vive tu libertad solo. ¿Qué no soportas ver lo vacío que estás solo?… ¿la mierda que te sientes sin mí?. Levántate si eres persona.
Empieza a recoger tus desechos. Limpia tu dignidad, tu estima. ¡Ten coraje!. ¡Basta con este infierno!

NOV93. EL HILO DE LA HISTORIA, de Mª Carmen Gómez Caro

Encontró la puerta abierta y entró sin llamar. En la estancia iluminada por el fuego del hogar, tres mujeres hilaban y cantaban. La luz de las llamas bailaba en sus rostros y la lluvia se hacía música en sus voces. Enlazaban historias de encantadas y brujas, de tiempos de cosechas, de años de nieves…De vez en cuando alimentaban el fuego con varetas de almendro extrañamente talladas.

Ella comprendió que tenía que narrar su propia historia. Miró el fuego y su voz se hizo lejana. Las hilanderas siguieron sus labores acompañando los silencios con el ronco quejido de la rueca…
Empezó con su familia y sus amigos, y siguió hablando de su pueblo, la universidad, los conciertos, del gato callejero, de su etapa nihilista. Refirió sus aventuras, sus problemas, y elogió a su marido y a sus hijos. Les habló de sus búsquedas, y de aquel libro que aún  no había escrito.
Al terminar miró a las tres mujeres esperando una respuesta. Una de ellas echó al fuego una vara , y la más anciana anudó un extremo de la labor y cortó el hilo.

-¿Ya está?- preguntó ella decepcionada.
-Se acabó tu relato. – confirmó la anciana-  ¿Esperabas otro final?.

NOV92. ESE SILENCIO, de Calamanda Nevado

Crecida la mañana y pleno el mediodía, Luis, aburrido  de clase, asomó su afilada mirada por los ventanales abiertos. Buscaba,   contiguo al colegio, el gozo  candoroso del puesto de golosinas de José. Mientras lo recogía cayó sobre él,  desde el altísimo invernadero del colegio, una gran maceta de rosas rojas. El niño, rápidamente, recorrió con los  ojos  la guirnalda de su balconada. Allí los profesores de biología y gimnasia, sorprendidos y  descubiertos,  remarcaron   silencio sobre los labios. Esa tarde tenía clase con ellos; se escondió en los lavabos. El viernes, de nuevo, le dolió alrededor de la cintura;  tampoco pasó.  Así mismo, las  semanas y meses siguientes.
El quiosco, oscuro, continuaba cerrado; y  su cuerpo cambiaba. Un sendero de grasa derramaba su abdomen, y una  desierta culpa ahogaba su mirada.  Ya no alborotaba. Doliente, recogía los desgastados   enseres en su mochila; y   silencioso marchaba a casa solo.  Sus padres, siempre sombríos, ocasionalmente le preguntaban  por esas asignaturas. Se arrebolaban  y encendían, acérrimos como el fuego, sus pómulos; despojando sinceras y  repetidas respuestas sin voz. Ese silencio, permitió apagarse el resplandor de sus extraordinarias dotes para el deporte;  y el amor de sus padres. Nunca aludieron, las continuas faltas a clase.

NOV91. LÁZARO, de Francisco Javier Alfaro Martínez

Hace tiempo que permanece escondido, dejándose llevar por el azar de su memoria y la fluidez de su absurda historia. Pensando en el significado de su existencia, sin encontrar respuesta. Sus holgados e inmundos ropajes, apenas si cubren su esquelético cuerpo en estado de descomposición. Las bacterias y los parásitos jamás terminaron de realizar su trabajo, aunque el olor a podrido y el moho siguieron acrecentándose en gran parte de su ser.

Por más de dos milenios ha vagado por el mundo, provocando la más funesta repulsión. Lo han llamado; monstruo, zombie, vampiro y hasta un simple y vulgar chupa cabras.

Pero ya no sufre, porque se acostumbró al dolor. Ya no llora, porque sus lágrimas como ácido le quemaban sus roídas mejillas. Ya no siente coraje, ni odio por los hombres que tienen oportunidad de morir. Porque sabe que ese celo lo haría terminar con ellos, erradicando de la tierra su huella.

Por eso ahí oculto, con su rostro lacerado por el mortecino pasar de los años, permanecerá con un solo pensamiento que le quema como el fuego  su maltrecha mente… ¿Por qué fue resucitado?

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