Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

NEPAKARTOJAMA

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el tema que te proponemos

ENoTiCias

Bienvenid@s a ENTC 2024 Este año, la inspiración llega a través de conceptos curiosos de otras lenguas del mundo. El tema de esta última propuesta es el concepto lituano NEPAKARTOJAMA, o ese momento irrepetible. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
Esta convocatoria finalizará el próximo
31 de DICIEMBRE

Relatos

52. TRES MESES

El día que decidieron intubar a Remigio, apenas quedaban UCIS en el hospital.

Él les rogó que no lo hicieran, a sus 88 años, su vida estaba completa. Quería volver a su amado pueblo, donde sólo quedaban, Nicomedes, Agamenón y el mismo.

Era mayo, el día de la fiesta mayor en Pueblo Viejo. Remigio lloraba de felicidad cuando volvió a escuchar las campanas que Nicomedes, el monaguillo, tañía llamando a misa de doce.

Llegó junio. Oyó la voz de Agamenón llamándole desde la orilla del rio, y, escapando de la bulliciosa escuela, estuvieron todo el mes pescando juntos.

Llegó julio y se sintió algo cansado. Subió hasta la cabaña del pastor Eustaquio y escuchó una vez más sus cuentos de lobos y ovejas.

Para finales de agosto supo que tenía que regresar.

A lo lejos oyó a la enfermera… “¡Dejémosle ir, tres meses es suficiente!” Remigio se alejó del  monótono pitido de su ya inerte corazón.

Bajó  el sendero junto al rio. A lo lejos, apoyada contra un árbol, le saludaba Inocencia, envueltos sus 20 años en un floreado vestido. Abajo, en la campa, empezaba la Romería de la Vendimia.

Era septiembre, comenzaba el otoño en Pueblo Viejo.

51. Pobre Diablo

Decidí pedir el divorcio a mi esposa a pesar de poner en riesgo mi fortuna. Al hacerse público, se presentó el mejor abogado de la ciudad para llevar el caso. El precio era muy alto, pero el dinero pasó a un segundo plano y acepté una cláusula especial solo para verla sufrir.

Después de la firma, el letrado cumplió su palabra y ya se paseaba junto a ella en el descapotable y se había ido a vivir a la mansión.

No ha pasado ni un mes y hoy el abogado me ha dicho que quiere verme para renegociar la cláusula. Al abrir la puerta me encuentro ante el mismísimo demonio en persona y me pide romper el pacto. Lo siento, pero un trato es un trato. Hacía tiempo que no era tan feliz.

50. NUEVOS DESPERTARES (Belén Mateos)

Aurora cada mañana despierta vestida de sábana, de geranios enredados en las motas de luz que se filtran por la persiana, entre las patas de su gata y el hocico de su perro.

 

Prepara el desayuno para tres; leche templada, jamón york y ensaimada rellena de nata y fresa. Lo comparten, maúlla, ladra, ríe con los labios cubiertos de mermelada, remueve el café con el dedo y les ofrece ese manjar humeante a sus lenguas.

 

Abre de par en par los portones que dan a la terraza. Se apresura a animarlos a depositar en el césped las necesidades más urgentes, a correr para digerir, a disfrutar de esa libertad que antes les fue vetada.

 

Después cura sus heridas, una a una, el costado amoratado, el ojo izquierdo de Ares, el derecho de Lina, revisa las uñas, sus orejas, la boca desprovista de dientes por quién sabe qué paliza; los mira, les habla, les canta mientras Lina se acurruca en su regazo y Ares lame sus tobillos.

 

Hace cinco meses que se los encontró en la cuneta despeluchados y famélicos.

 

Hoy por fin las moscas han emigrado de su pelaje y las lágrimas han desaparecido de sus ojos.

 

 

49. Miércoles, 14 de febrero

Hoy estoy contenta porque en clase de dibujo me ha pedido la goma de borrar. Yo se la he pasado sin mirarla, pero el próximo día que me pida algo no apartaré los ojos. He observado que ella tampoco se fija en los chicos. Creo que tengo posibilidades.

48. ENTREGA

Llevo tiempo escribiendo pero ellos no lo saben.  El pudor ha sido la llave de mi secreto. Faltan pocos días para la gran revelación, mi corazón bulle nervioso ante la alegría que estoy convencida que voy a provocar.

En muchos de mis relatos ellos son los protagonistas y estoy deseosa de ver sus reacciones al comprobarlo.

He descubierto  que me gusta crear y lo mismo tengo entre las manos pinceles para pintar camisetas o láminas o agujas de coser o de crochet, y en todas mis pequeñas obras siento la admiración y el cariño que me profesa mi familia. Me reconcomía por dentro ocultarles estas otras pequeñas obras de escritura, tal vez porque  tenía miedo a perder el nivel de sus expectativas….

Es Navidad y mi regalo de Reyes será un pequeño manojito de fotocopias para ellos…¡qué alegría abrirte por completo y compartir emociones!

47. Escena que debió ocurrir el día más feliz de mi vida (Patricia Collazo)

¿Eres feliz? La pregunta me coge desprevenida. No sé muy bien quién es el hombre con quien estoy bailando el vals de los novios. Algún tío de Mauro, supongo. He pasado de brazo en brazo y estoy mareada. Claro, contesto sonriente. Con esta sonrisa que me he encajado en la cara al llegar a la iglesia. Lo sabía, responde. Pero en realidad no sé si se refiere a que suponía que siendo el día de mi boda soy feliz o a que sabía que iba a mentirle.

Le estoy mintiendo. No porque me duelan los pies y su aliento huela a alcohol asentado.  No porque el ramo no sea el que quería, ni porque falte mi padre en un día tan especial.

¿Por qué no soy feliz?, me pregunto mirando sobre su hombro. Tarde lo comprendo. Mauro viene a rescatarme. Es un pesado, dice señalando al del frac sudado que se aleja mientras seguimos girando. Cariño, estoy mareada, digo intentando explicar las lágrimas que me caen por las mejillas. ¡No me digas que vas a hacerme más feliz aun! exclama apoyando su palma sobre mi vientre. Se hace un pasillo de silencio mientras huyo despavorida entre los atónitos invitados.

46. MÁS CINE, POR FAVOR

Salma pasa la vida cosiendo. En su mesa hay una foto de su hermana pequeña y otra de un chico de ojos oscuros. Tiene dieciséis años, lleva cuatro en la Bombay Textil Corporation. Por las noches duerme en los sótanos junto a otras chicas de zonas rurales. Hay trescientas mesas separadas por exiguos pasillos que recorre el encargado, un uzbeko con un turbante grasiento que fuma sin parar. De las escasas ventanas surgen densas columnas de vapor de humanidad, como la respiración de un descomunal animal acezante. El trabajo es agotador, pero con el dinero que ha ahorrado su hermana pequeña podrá terminar la escuela primaria.
Los domingos va al cine y vive otras vidas. La última vez dejó los suburbios de Bombay para sentir en la cara la brisa helada del Atlántico Norte. Navegaba con los brazos en cruz en la proa de un barco insumergible, mientras un chico de ojos oscuros, intocable como ella, le sujetaba las manos. Las palomitas sabían a sueños, el ruido de las máquinas de coser se perdió entre las olas. Volvió a ser sólo una chica a la que le gustaba un chico y, durante dos horas, fue feliz.

45. TOC. Segundo intento (Fuera de concurso)

Enero de 2021:
11 meses después…
Tras fracasar en su intento de suicidio por sus incertidumbres ortográficas, decidió apuntarse a unas clases nocturnas de un profesor trasnochado experto en lingüística. En pocos meses aprendió las normas básicas del buen escribir, y sus conocimientos se aclararon de tal forma que se sintió preparado para emprender de nuevo el último camino de su destino.
Enmarcó su flamante título junto a la foto de la causante de su inercia por quitarse la vida y volvió a poner en la pared unas líneas dignas de aquel momento: «Aquí yace el cuerpo de un hombre culto al que la tristeza y la nostalgia empujaron a abandonar este mundo por un golpe de desamor».
Contento con su brillante prosa, se subió a una silla, ató a la viga del techo una cuerda, le hizo un nudo y echó un último vistazo a su frase, que podía ser perfectamente el comienzo de una colosal novela. Imaginó entonces un argumento con el que continuar, y en ese estado de creatividad, con una sonrisa inconsciente, bajó de su patíbulo improvisado, dispuesto a escribir una obra que le hiciera inmortal y, después, si acaso, ya se suicidaría… ¿O no?

44. LA NIÑA QUE VIVE EN MÍ (Ginette Gilart)

A menudo noto su presencia, especialmente en primavera y en verano. Durante los días largos y soleados casi siempre está presente y me inunda con sus risas, sus juegos y sus canciones. Conmigo recorre los caminos a bicicleta, silbando un estribillo, dejando que el viento alborote mi cabello. Los baños de mar son sus preferidos, se siente como un pez en el agua y los disfruta hasta que le salen escamas. En otoño, si paso cerca de la antigua escuela me pellizca y me obliga a acercarme a la panadería donde la veo saborear un pan de chocolate, o me dirige hacia el quiosco a comprar nubes de algodón o palos de regaliz. Durante el invierno pasa más desapercibida, pues el frío y la lluvia nunca fueron de su agrado. Tal vez algunos días aparece, cuando la nieve lo recubre todo; entonces la veo llegar sonriendo en su trineo. La peor época es la Navidad, no sé dónde está, se esconde o se duerme. Con el tiempo he aprendido a despertarla y alegrarla, decorando la casa y preparando postres ricos a los que ella no se puede negar.

43. Y LLEGÓ EL DÍA.

 

Siempre fértil de intensas emociones, se había considerado un tipo afortunado en el arte de la felicidad, entendiendo como tal, la capacidad de coleccionar amantes de nacionalidad y gustos varios. Acostumbrado a satisfacer sus deseos (carnales y morales) hacía alarde de esos triunfos y ni se imaginaba que era cuestión de tiempo que se colaría todo ese gozo por el desagüe de la soledad y la indiferencia.

La llegada de un naufragio económico y la acumulación de años con achaques se escaparon por los poros de su piel y se embriagó de los aromas decadentes de una vida de conquistador conquistado por la vejez y la ruina de su imperio.

En un rincón de su alma, apela a la bondad desinteresada de aquellas interesadas para cubrir el vacío de su existencia. No quiere reconocer que hoy, no es ayer.

42. ALLEGRO MA NON TROPPO

Todo el mundo alababa a Purita como a una figura del bel canto y no era más que una enchufada que lucía los mismos tonillos que una oveja tiritando, pero ahí residía la ventaja de ser la sobrina del director del coro al que me habían apuntado mis padres mientras resolvían el dilema de tener otro hijo o divorciarse. Más partidario de lo segundo, el caso es que acabé descubriendo mi afición musical y un cierto don para cantar, pero al mismo tiempo fui reconociendo quién tenía buena voz y quién buenos padrinos, lo que me procuraba tanta felicidad como rencores, sobre todo contra Purita. El día en que vinieron a hacernos las pruebas, cuando el profesor del conservatorio le dio el tono y la vicetiple trató de seducirlo con esos gorgoritos, no tuvo otra respuesta que un desabrido «deja de balar y mira la partitura de una vez por todas» que la dejó helada y abatida.
Al verla salir llorando, allí descubrí la felicidad, y la sonrisa me duró días, aunque todos pensaban que era por la inminente llegada al mundo del hermanito que salvaría mi estabilidad familiar.

41. CIGÜEÑAS (María Jesús Briones Arreba)

Feliz y Felisa, tras quince años de matrimonio estéril, realizarán el sueño: Han invertido ilusiones y parte de su fortuna en un método infalible de gestación.

La Cigüeña ha registrado el pedido. Hará llegar a la criatura para cubrir un hueco huérfano y proyectos de una vida futura.
Nueve meses después, un repartidor «Amazónico» hace entrega a la pareja del Robot «ZR-2050» programado para cumplir cualquier deseo y necesidad cotidiana, física y afectiva.
Feliz y Felisa se abrazan felices ante «ZR-2050», quien cada primero de Noviembre depositará crisantemos sobre el mármol lapidario, recordándolos con memoria matemática, muy superior a cualquier hijo o hija que hubieran podido tener.

 

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