Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

ANIMALES

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en ANIMALES

ENoTiCias

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el 5º de este año serán LOS ANIMALES. Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 de AGOSTO

Relatos

25. Bodas de oro

Hace 50 años, los ancianos prometieron decirse siempre la verdad. No lo cumplieron.

Y felices lo celebran junto a sus hijos y nietos.

24. ¡Al suelo!

Nuestro padre era un hombre de paz. Durante la comida nos animaba a resolver los conflictos mediante el diálogo, en lugar de recurrir a la violencia. «Ojo por ojo y el mundo acabará ciego», solía repetirnos. Obedientes, mis hermanos y yo seguíamos su consejo en las peleas: siempre terminábamos con una pedrada en la frente.

Pronto nos convertimos en el hazmerreír del barrio. Nuestro pacifismo nos volvía débiles a ojos de las demás familias, y aquello terminó por superarlo. Una mañana se dejó crecer el bigote y desempolvó el traje de teniente coronel que había heredado de su padre. De esa guisa se presentaba en el instituto cuando algún compañero nos humillaba, en las fatigosas reuniones de vecinos o incluso en el banco, a reclamar los intereses abusivos que la entidad le cobraba. Su porte gallardo y las condecoraciones en el pecho despertaban un respeto instantáneo. Nadie se atrevía a contradecirlo.

El magnetismo del uniforme y la firmeza del engaño lo absorbieron. Cansado de ver por la televisión las fusilerías verbales que se lanzaban nuestros políticos, decidió apretarse el cinturón, enfundarse una pistola de fogueo y presentarse en el Congreso. El resto de la historia la conoce todo el mundo.

23. Una vida de fábula -VALDESUEI-

Comencé a mentir a edad muy temprana para que mis padres no me castigaran por las malas notas, después, para conseguir que me invitaran a unas copas o poder entrar en la discoteca de moda.

Esta habilidad me ha enseñado la diferencia entre lo que te gusta y lo que se te da bien. Y a mí, la mentira, se me da realmente bien.

Gracias a ella he logrado viajar en jets privados, he jugado en el casino de Moscú o Montecarlo, he visto una final de Champions en el palco, me he codeado con mandamases internacionales y me he acostado con las mujeres más bellas.

Con la mentira puedes lograr todo lo que te propongas.

¿Que cómo? Muy sencillo, solo tienes que inventártelo.

22. GEPETTO (Paloma Casado)

Desde la cama mira con ternura al joven que dormita sentado en la silla. A pesar de sus defectos, adora a ese chico. Nunca fue fácil. Recuerda el día en que, a costa de todos sus ahorros, pudo sacarlo de la cárcel a donde lo habían conducido las malas compañías. O cuando consiguió liberarlo del vientre devastador de la droga que a punto estuvo de anular su conciencia. Sonríe al pensar en la psicóloga que, como un hada madrina, ha conseguido convertir en hombre al que antes fuera un títere de sus propios engaños. Lo ve desperezarse y levantarse despacio para decirle al oído:

-Parece que la quimio está dando buenos resultados, pronto volverás a casa.

Sabe que es su última mentira.

 

21. Miércoles

Los miércoles por la tarde, es ella quien me saca. Vamos al parque, deja que yo haga las necesidades más urgentes y enseguida subimos a aquel apartamento que hay cerca. Yo me quedo en la salita, tumbado sobre una manta de lana. Al poco rato, escucho unos gemidos parecidos a los que se sienten en casa algunas noches. Después, volvemos a nuestro piso de siempre. Mientras cenan, ella cuenta en que lugares hemos estado y las cosas que hemos hecho. Exagera respecto a algunas y se olvida de otras. Al acabar, dice que le duele la cabeza y entonces ya sé que aquella noche no escucharé ningún gemido.

20. Tocomocho

 

Contactó conmigo por Pinder y me conquistó en dos pantallazos. Captó mi atención porque nadie me había escrito con tanta formalidad. Un militar educado, a la vieja usanza. Empezamos a chatear por Pistagram y en dos semanas lo di por bueno. Le gustaba lo mismo que a mí, quería viajar a los mismos lugares y hasta bailaba pasodobles, cosa rara en un americano.

Al poco tiempo propuso quedar por Pims y empezamos a conectarnos una vez por semana. Yo usaba un avatar de cerdita con voz dulce e inocente y él uno de Rambo, con esa voz metálica y grave que me encantaba.

Los meses pasaron y mi soledad y nivel de inglés mejoraron notablemente en su compañía.

Hasta que un día desapareció tal como vino. De repente, dejó de haber rastro de él en internet. Supongo que se cansó de mí, de mis conversaciones fantasiosas de vejez acaudalada, de que no le enviase dinero. No lo sé.

Quizás descubrió que me llamo Antonio, que vivo en un piso de protección oficial y necesitaba aprobar el curso de idiomas para que no me quitasen la prestación.

19. TAXONOMÍA DE LA MENTIRA (Mariángeles Abelli Bonardi)

Su nombre latino es Fallacia, y su nombre vulgar, mentira común.

El color de la mentira varía según la especie:

La blanca o piadosa se dice para evitar un disgusto o una pena.

La verde u oficiosa se dice para obtener un provecho o ventaja sin producir daño a otro.

La roja se dice en momentos de lascivia o celos,

y la negra es de carácter criminal.

También llamada embuste, la mentira habita en todo el mundo. De naturaleza parasitaria, tiene patas cortas y se transmite de boca en boca.

(Nota de la autora: la presente taxonomía no se ajusta, necesariamente, a la verdad).

 

18. Falsa apariencia

Mi madre siempre me decía que derrochaba aires de grandeza, que debía conformarme con lo que tenía y que la envidia era mala, y todo porque soñaba con llevar una vida mejor que la suya. Me consumía rivalizar con mis amigas y compañeras: sus ropas, sus coches, sus casas…Pero en la vida las cosas no siempre salen como se planean, y al final resulta que llevo una vida mediocre. Eso sí, de vez en cuando me permito el lujo de fingir ser quien no soy y tener lo que no tengo: me visto con mis mejores galas y visito casas en venta. Nada de pisos, solo chalets y mansiones. A la chica o chico de la inmobiliaria le digo que busco una gran casa, porque somos cinco en la familia además de dos mascotas. Que tiene que tener al menos cinco dormitorios con baño, dos salones, un sótano, jardín, piscina y casa de invitados. Mi marido es un ingeniero de reconocido prestigio y yo una abogada que dejó de ejercer para educar a sus hijos… Los vendedores derrochan amabilidad, se quedan prendados con mis historias y me miran con una cara de envidia en la que me reconozco…

17. Dos por una

Me descuidé un instante en el pasillo de las conservas. Me volví con las manos vacías y, despistada, agarré aquella cesta sin prestar atención. Luego seguí caminando por el alambre de los ocho euros con veinte de mi bolsillo. Fue poco después, al meter en la cesta un paquete de salchichas en oferta, cuando descubrí aquel prodigio: pescado fresco; jamón ibérico; un panetone gigante; el perfume ese que anuncia Julia Roberts. Busqué con la mirada a la autora de tal derroche. Imaginaba que aparecería arrastrando con incomodidad mi cesta a rebosar de miseria. Estaba dispuesta a pedirle mil disculpas, qué menos —por rango social o porque sí—, pero allí no apareció nadie. Así que ahora desdeño promociones y marcas blancas, elijo vinos de añadas excelentes, describo una estela de opulencia por cada pasillo (en especial por el del aceite de oliva) hasta que busco una zona tranquila del súper. Y si algún empleado de esos que no me quitan ojo me sorprende abandonando el carro, le digo que enseguida vuelvo. Al fin y al cabo, ellos también mienten cuando, a la salida, palpan sus bolsillos y mascullan que no llevan suelto mientras yo les deseo que tengan un buen día.

16. A liar to love

Miró fijamente los ojos del enchufe y vio como descargaban una baba verde que llegaba de un lugar enroscado en su mente, como un caracol con su tapa bien cerrada. Agitó la cabeza por si se había quedado dormida; empezó a entender. Comprobó que el fluido verdoso que iba llegando al suelo era la bilis de sus mentiras, tan enquistadas e infectadas, que al despertar estalló el continente y esa lealtad que le había unido a él, se derramaba con frustración sobre el suelo y la alfombra. Tan pronto como fijó sus ojos allí, una catarsis venida por el flujo eléctrico que proyectaba el desengaño, le llevó a preparar una pequeña mochila, buscó un mechero en el segundo cajón. Antes de empujar la puerta, las llamas ya devoraban su colección de trajes y camisas. Dejó sonando en bucle «A liar to love».

Ella, que nunca había existido, se marchó invisible dejando solo una huella verde en el descansillo.

15. El sorteo

Cada diciembre, coincidiendo con la onomástica de su fundador, el bufete de Eloy Bergareche celebra el aniversario de su inauguración. El veterano jurista, con una copa de champán en la mano, aguarda impaciente el sorteo de una cesta navideña entre socios y trabajadores. Le sorprenden de nuevo los cambios en la decoración y, sobre todo la escasa concurrencia, justificable por el trabajo febril en épocas de cierre de ejercicio; pero su inquietud desaparece cuando el administrador le entrega la caja decorada, que guarda los nombres de los posibles agraciados.

Uno tras otro lee en voz alta los papelitos que extrae, Al no obtener respuesta, los descarta alborozado con la fórmula: ¡Decae en su derecho! Finalmente, sucede lo inevitable y don Eloy grita como un niño su propio nombre.

Solo entonces advierte la presencia de dos desconocidos con bata blanca, que toma por empleados de los almacenes proveedores del obsequio.

– Tranquilo don Eloy, se la llevamos a casa, como otras veces.

El anciano regresa feliz a la residencia donde vive hace tiempo, aunque al administrador no le cuadren las cuentas, empeñado en mantener la tradición un año más, sin saber cómo justificar los gastos ante la nueva directiva.

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