Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

QUIJOTERÍAS

Un relato con menos de 200 palabras inspirado en QUIJOTERÍAS

ENoTiCias

Bienvenid@s a ENTC 2025 Comenzamos nuestro 15º AÑO de concurso. Este año hemos dejado que sean nuestros participantes los que nos ofrezcan los temas inspiradores, y el tercero serán QUIJOTERÍAS Y recuerda que el criterio no debe ser poner menos palabras sino no poner palabras de más. Bienvenid@
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Esta convocatoria finalizará el próximo
15 DE MAYO

Relatos

21. ANHELOS EN EL SIGLO DE ORO ESPAÑOL

Mañana podrá comprarle sus malditos cuadernos y la dichosa tinta a su señor. A regañadientes obedece esa tarea y se lamenta en silencio por no contar con la suerte de servir a un gran duque o a un cardenal, como ya lo hizo su padre. ¿De qué forma podría él satisfacer a su amo siendo solo un criado analfabeto, al que las letras se le antojaban garabatos? Su pena y su gloria serían pasarse la vida siendo el lacayo de un dramaturgo con la cabeza llena de molinos y al que, para colmo, apodaban ‘El manco de Lepanto’.

20. DE CUANDO NO QUERÍAN PERDERSE LA FIESTA

– Amigo, Sancho… ¿No crees que debiéramos salir de nuevo?
– Me deja vuesa merced sin palabras.
– ¿Qué quiere usted decir con ello?
– Porque tengo más ganas que las que usted tiene. No nos podemos perder la fiesta porque parece que se va a acabar. Aprovechemos todavía alguna de las que hay montadas, me aburro mucho encerrado en este cortijo en medio de la nada.
– Pero parece que hay que andar ahora con mucho cuidado. Me cuenta mi sobrina que ahora te atrapan con unas redes que dicen que arden.
– Me refiero a lo de no acabarse la fiesta a las muchas injusticias que aun hay, y parece que cada vez más. Es que ahora se dice así.
– Pues vamos amigo mío, no perdamos más el tiempo, ahora más que nunca unidos podemos.
– Sí, sí se puede.

19. Soñador de Jose María Escudero Ramos

-Abuelo, ¿por qué tengo que pasar el verano en Arganda? A mí me gusta estar en Alcalá, ayudando a papá en la consulta.
-Tu padre tiene mucho trabajo estos días. Estarás mejor jugando en el campo, respirando aire fresco.
-¿Sabes, abuelo?, cuando sea mayor quiero ser espía de la corte; o un valiente marinero que luche contra los corsarios otomanos. Si caigo prisionero, me rescatarán los trinitarios.
-Para llegar a ser todo eso has de obedecer. Para ser un buen caballero se ha de haber sido un buen escudero primero.
-¡Sí!, un valiente caballero andante. Eso seré. Cruzaré todos los reinos de la tierra en busca de aventuras, montado en mi caballo, lo llamaré Rocinante, tendré un escudero a mi cargo que me ayudará en mi noble ideal; socorrer al indefenso haciendo justicia.
-Con esa imaginación, querido nieto, mejor podrías dedicarte a escribir.
-¿Escribir? Pero si aquí no lee nadie, la gente apenas saben leer.
-¿Quién sabe? A lo mejor tus lectores todavía no han nacido.
-Cierto, abuelo. ¡Grandioso! Seré un respetado escritor… Escribiré una novela que hará historia. Podría comenzar así:
En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…
-¿Así? Empezamos bien, Miguelín, empezamos bien…

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18. Y listo

Por una vez, ayuda a tu hijo con los deberes, le recrimina la mujer. Al hombre le alegra descubrir que no se trata de complicadas operaciones matemáticas ni de la indigesta lista de verbos irregulares en inglés. Debe disfrazarse de un personaje cervantino, ni más ni menos que de Don Quijote. La coraza y la adarga la harán con un cartón forrado de papel aluminio. La lanza será el palo de la escoba. ¿Y el yelmo, papá? Sencillo. El plato de loza con florecitas que nos regaló tu abuela.

17. Dos grandes de la literatura

La del alba sería cuando agotados, el excelso caballero y su fiel escudero, se echaron al margen del camino.

El bachiller, azorado por el sueño sobrevenido a destiempo tras cometer la heroicidad de pasar la noche en vela para acabar con El Quijote, dejó caer al suelo el extenso tomo que reposaba sobre la colcha.

Sobresaltados por el impacto, los protagonistas rodaron por la tangente de un Tratado de Matemáticas y, siguiendo la recta hasta un Manual de Física dieron con la fórmula que, previo paso por el diccionario de latín, les llevaría al quid de la cuestión. Ya rumbo a la sección de Caballería, fue tal despropósito el encontronazo con aquel impostor que, Don Quijote se batió en duelo con el tal Avellaneda para honrar su nombre. Terminada la afrenta y repuesto su honor, continuaron la marcha.

Nublada su mente como de costumbre, el Hidalgo creyó reconocer al manco que les creó. Al arribar en la venta llamada Buñolería Modernista,  anacrónicos y desconcertados, reconocieron a sus «alter ego» en Max y Don Latino, y viendo éstos a todas luces (de bohemia), de quienes se trataba, no dudaron en acercarles a la Cueva de Zaratustra, para devolverles a su ejemplar.

16 EL ACTOR, EL RETO Y EL SUEÑO IMPOSIBLE (IsidrøMorenø)

 “¡Señoras, señores, la representación va a comenzar!”, anunció Alonso tras el telón que a continuación subiría pulsando un interruptor. Mientras se abre la boca del escenario, apaga el micrófono, acciona las luces con sutil intensidad progresiva hacia la escena y, con la otra mano, reduce lentamente la iluminación del patio de butacas. Alonso Prendes no tiene tramoyistas, ni maquilladora, ni técnicos de luz y sonido, ni regidor de escena. Él es el productor de la obra y el alquiler del teatro es caro.  También es el director y el único actor. Estaba cansado de esperar alguna llamada. Un día, escuchando «The Impossible Dream», se propuso alcanzar ‘la estrella inalcanzable’.

Alonso se atusa el pelo y bajo la melodía de La Primavera de Verdi, que él mismo silba, sale a escena e inicia un diálogo frente a un imaginado actor, seguidamente, cambia de posición para darse  la réplica. Así se suceden las escenas. Cuatro personajes en un solo actor.  El magistral y continuo cambio de interpretación de los distintos personajes entusiasma al público que, según programa, esperaba a Godot con expectación, pero no tanta.

Alcanzado el final, Alonso hace mutis por el foro. Acciona la palanca y…

Cae el telón.

Vítores.

15. Lucha de gigantes

—Que no, hombre, que no. Ir de Quijote por la vida no paga facturas. Vale que esos molinos de viento giran imponentes, proyectando sus sombras sobre los campos y alterando el vuelo de las aves. Pero, ¿verdad que te gusta pagar menos por la factura de la luz? Si entran o no las renovables en el mercado, lo deciden los gigantes, las multinacionales —de cuyos nombres no quiero acordarme—, que convierten el aire en gas natural y te crujen con facturas, letra pequeña y compromisos leoninos. Aunque han salido comercializadoras alternativas. Más pequeñas, sí, como escuderos sin blasón, pero con espadas más afiladas. Lo mismo ocurre con los bancos, esos castillos encantados que prometen oro y esconden deudas. Ahí están las fintech, ofreciendo otro camino. Por no hablar de los medios de comunicación, como Maese Pedro con su retablo de marionetas, que te cuentan la historia que más conviene al titiritero. Me callo ya, mejor estar en paz que en pendencias…dicen.

En el silencio, solo los ladridos de los perros.

—¿Escuchas? Ladran, Sancho. Señal de que cabalgamos.

14. Ciberamor (Susana Revuelta)

En el aeropuerto, un Simón nerviosísimo sujeta un globo rojo con la palabra «Welcome». Está esperando a que aterrice el vuelo de Caracas, se abra la puerta de «Llegadas» y aparezca Marlene.

La conoció en un chat de vídeos porno. Ella tonteó con él, le escribió por privado, le mandó unas fotos muy sexis, le dijo que era muy simpático y él cayó enamorado. Jamás de los jamases, nunca, en ningún lado, ninguna mujer había reparado en él. Se propuso entonces alejarla de la mala vida y traérsela a España. Él la cuidaría y le daría todos los caprichos; todo, cualquier cosa que se le antojase.

Empezó enviándole dinero para vestidos. Luego para pagar el alquiler, que ese mes no le alcanzaba. Después que si medicinas, hasta que hipotecó el piso porque la madre tenía un cáncer y en Boston la operaban. Tuvo que pedir otro préstamo, pues el tratamiento médico se alargaba. Así estuvieron dos meses, hasta que ella le pidió plata para el visado y el billete de avión.

¡Al fin podría abrazarla!

Pero Marlene no sale.

Qué ha podido pasarle.

Le escribe, angustiado. ¿Dónde estás?

Y desde un cuchitril, en Tanzania, un hombre sudoroso contesta el mensaje.

(Fuera de concurso)

13. UNA NOVELA MUY REALISTA (VALDESUEI)

Cansado de humillaciones, de golpes de molino y cantazos de pastores, decidió enfrentarse al verdadero causante de todos sus males, que ya no era el malvado mago Frestón.

Pero mire vuestra merced, que esta es la peor idea que ha tenido y pueden acusarle de herejía. ¿Cómo pretende enfrentarse a Nuestro Creador?

Amigo Sancho, he tenido una visión. Y no seré caballero hasta que no acabe con ese malandrín, que no es nuestro Señor Jesucristo, sino un tullido, un expresidiario y un simple gacetillero.

Don Quijote, consciente de lo afilada de la pluma de su adversario, galopó sobre Rocinante lanza en ristre y visera del yelmo bajada.

Tropezó contra un signo de exclamación y el impacto fue descomunal. Jinete y caballería rodaron sobre los renglones clavándose en las costillas una punzante i.

Dolorido, desenvainó la espada con intención de acometer contra el único brazo de su oponente. Lo persiguió durante varias páginas; subió una bajada para dejar atrás una antítesis y, con sus piernas de saltamontes, superó una cómica metáfora.

Cuando le estaba dando alcance, el novelista, con un rápido golpe de ingenio, escribió que los alguaciles arrestaban al hidalgo.

Exhausto, decidió que era momento de ir concluyendo aquella obra.

12. QUIJOTADAS DE RICO (Edita)

La amenaza de guerra mundial inminente le había brindado la oportunidad de cumplir un sueño que ya daba por perdido: pasar a la historia como salvador de su pueblo. Invirtió sin demora una escandalosa cantidad de millones en construir el búnker más grande y mejor dotado, donde podrían cobijarse cientos de personas, incluso miles si fuera necesario.

El placer de la obra rematada en tiempo récord duró poco porque la gran contienda se pospuso por tiempo indefinido. Su edad abultada le impedía esperar; además, la ilusión de trascender a causa de una heroicidad en favor de los conciudadanos había mutado a obsesión. Así que reconvirtió el refugio subterráneo en numerosos habitáculos mínimos destinados al arrendamiento social.

En contra de previsiones escépticas, la oferta de estancias bajo tierra se quedó muy escasa ante la avalancha de solicitudes. Tanto que el Gobierno no descarta copiar la idea para solucionar definitivamente el problema de la vivienda. Entre aclamaciones de unos y reproches de los contrarios, el asunto ha invadido debates, tertulias y cotilleos televisivos. Debido a esa controversia mediática, el artífice de semejante proeza arquitectónica saborea por adelantado la popularidad que esperaba contemplar desde el más allá.

11. ÍMPROBO (Juan Manuel Pérez Torres)

A Manuel Marín Navarro

Mi vecino es un hombre de hoy, perfectamente capaz de lidiar con la más puntera tecnología, de manejar sus tiempos con equilibrio de funambulista y de cultivar cada lado de su poliédrico intelecto con música, pintura, fútbol, cine y literatura. Su afición favorita es la caligrafía y la rotulación a tinta china y plumilla. Muy fan de Cervantes, se ha propuesto hacer una copia manuscrita de El Quijote con letra gótica. Y la escribe a pulso. Dice que es lo suyo, que el castellano antíguo no va bien con la moderna tipografía de la letra de imprenta del siglo XXI. Cuatro o cinco páginas del libro llenan un cuaderno y ya lleva un buen montón. Es un ingente trabajo, de increíble paciencia, de apasionada dedicación.
-Precioso, don Manuel, pero se le va la vida en esto ¿por qué lo hace?
Con gesto de orgullo, pero sin altivez, cesa un momento en la tarea, deja la pluma bien colocada, se levanta de la silla y, señalando hacia arriba con el índice derecho, contesta con determinación.
-Porque no es cuestión de conseguir una hazaña sino de desfacer un entuerto.

10. El viaje aplazado de doña Aldonza Lorenzo

La del alba sería cuando se encaminó a buen paso a la parada de autobuses. Las combinaciones desde El Toboso con otras localidades castellanomanchegas no ofrecen demasiadas opciones, así que debía madrugar para cumplir su propósito. Lo había demorado más de la cuenta, pero dos años después de la muerte de su marido y con sus hijos ya mayores, quería zanjar la cuestión de una vez por todas.

En su bolso llevaba la llave de un apartado de correos, la misma que le entregó hace mucho tiempo un empleado de la notaría Carrasco, cumpliendo la voluntad del caballero misterioso que le había dado tantos quebraderos de cabeza desde su lejana juventud. Todavía recuerda apurada las habladurías en el pueblo y aquellos extraños personajes que acudían al negocio familiar para presentarse de su parte, aunque ella nunca llegara a conocerlo. Ni siquiera quería acordarse del nombre de su lugar de origen, que alguna vez le llegaron a insinuar.

Ya en la oficina, abrió el cajetín metálico y extrajo un sobre grande que abrió con cautela, preguntándose qué serían todos aquellos folios amarillentos escritos a máquina.

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